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Tecpatl

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1/13/10

National Day of Action: Jan 16, 2010 in Phoenix, AZ





XI Encuentro Indígena y Cultural de las Américas

Por la Unidad de los Pueblos Indígenas



Pukara




En Colorado, Estados Unidos, del 3 al 8 de diciembre de 2009 tuvo lugar el XI Encuentro Indígena y Cultural de las Américas. Este undécimo encuentro es consecuencia de un esfuerzo iniciado el año de 1998 en la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, cuando a iniciativa del actual coordinador internacional de este Encuentro, Ramón Nenadich Ph.D., se conformó un cuerpo de trabajo que se ha ido consolidando desde entonces.

En la actualidad, esta iniciativa cuenta con grupos, organizaciones y personas que han participado en todos o en varios de los encuentros. Este XI Encuentro agrupó a delegaciones de varias naciones indígenas de Norte América, en especial de los pueblos Dakota y de los pueblos indígenas de Alaska. Estuvieron presentes también delegados de organizaciones indígenas procedentes de los actuales estados de Panamá, Costa Rica, México, Guatemala, Brasil, Ecuador, Bolivia y Chile. El encuentro se realizó en La Universidad del Estado de Colorado y en sitios ceremoniales de las Montañas Rocallosas de Colorado, en inmediaciones del pueblo de Carbondale.

Este encuentro significó un hito importante en el crecimiento y fortalecimiento de esta iniciativa, concretizándose en cuatro principales decisiones: La constitución de una Fundación Internacional, la cuestión del perdón indígena a Cristobal Colón, la confirmación de una alianza con sectores de las sociedades no indígenas comprometidos con la salvaguarda de la naturaleza y la decisión sobre la sede del XII Encuentro Indígena de las Américas.

Carbondale será la sede de la Fundación Internacional para el Avance de los Pueblos Indígenas, a través de la cual será posible la realización de distintos proyectos educativos, culturales, espirituales, sociales, políticos y económicos que permitan avanzar en el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros pueblos y en la protección de nuestras tierras y demás derechos humanos y naturales. Además, a través de la Fundación se promoverá la unidad de todos los pueblos indígenas, para que juntos y con los aliados que se pueda allegar, se superen las diversas situaciones de explotación, marginación, pobreza y discriminación en la que actualmente se debaten nuestros pueblos.

Un tema importante que salió en las discusiones fue el perdón indígena a Cristobal Colón. Según la opinión de varios participantes, la energía liberadora indígena está implicada en su efectividad por el trauma de la invasión. Este trauma, que de alguna manera genera evidentemente una memoria histórica necesaria para una práctica liberadora, origina también sentimientos de rencor y encono que sin la adecuada práctica emancipadora resultan perjudiciales a los objetivos descolonizadores indígenas, explicando quizás el inmovilismo ante los poderes opresores que marca la situación de muchos de nuestros pueblos. De ahí que varios delegados sugirieron perdonar a la persona de Cristobal Colón, con un perdón que no signifique anuencia al proceso colonizador sino la liberación positiva de las energías y potencialidades para que estas se encaminen decididamente hacia el logro histórico de los objetivos indígenas. Es mérito de este Encuentro haber planteado este tema, que por sus implicaciones políticas e históricas es todavía asunto de debate y definición.

Este XI Encuentro significó también la discusión de la naturaleza de las alianzas de los pueblos indígenas. En el mundo contemporáneo existen sectores que se aproximan a los objetivos de los pueblos originarios y que se manifiestan en ensayos cada vez más importantes por poner en marcha formas económicas alternativas; grupos de más en más importantes preocupados por la salvaguarda de la naturaleza y por dar un nuevo sentido a la relación de esta con el ser humano; comunidades humanas interesadas en definir el significado ideológico y espiritual de los cambios que vivimos… Estos sectores, entre otros, pueden ser aliados naturales de la causa indígena. Un logro de este Encuentro es haber discutido la obligatoriedad de que se efectuen aproximaciones a estos aliados que no estén mediatizadas por las organizaciones políticas o sociales de los estados colonizadores, sino por las propias organizaciones indígenas.

Finalmente, es importante recalcar la decisión de que en marzo de 2010 se realice el XII Encuentro Indígena de las Américas en Ecuador, en la Comunidad de Cayambe. La delegación indígena Cayambe presente en este Encuentro asumió, en nombre de su pueblo, la responsabilidad de organizar este nuevo Encuentro.

El próximo Encuentro Indígena y Cultural de las Américas

El XII Encuentro Indígena y Cultural de las Américas de se realizará en Sudamérica, en Ecuador. La sede será el territorio de la Confederación del pueblo Kichwa Kayambi, ubicado al norte de la región sierra ecuatoriana.

Este encuentro se realizará del 18 al 22 de marzo de 2010.

Habrá conferencias, mesas temáticas y exposiciones. Todo el programa estará relacionado con la descolonización, la soberanía y la autonomía de los pueblos indígenas de las Américas.

Se coordinará con programas de música y bailes autóctonos. Habrá una feria gastronómica nativa y una feria exposición de semillas y artesanías ancestrales. Habrá proyección de documentales sobre la lucha de los pueblos indígenas de las Américas.

Este XII Encuentro cuenta con el apoyo del Municipio de Cayambe. Cayambe es un cantón de la provincia de Pichincha. La localida de Cayambe se halla a 78 Km al norte de Quito. Tiene una temperatura que varía en el día entre 12 y 23 grados centígrados.

El 21 de marzo se celebrará con amawt’as y líderes espirituales la ceremonia del Muskuk Nina, o Fuego Nuevo, en el templo sagrado de los Kayambis, la pirámide de Puntiatzil.

Only Fools Rush Into Yemen

Three Guns for Every Person

By PATRICK COCKBURN

CounterPunch

Protestors are walking confidently down a street a street in the southern Yemeni port of Aden when there is a rattle of gunfire as the security services shoot into the crowd and people run panic-stricken seeking cover. A man in a check shirt is left lying face down in the dust in the empty street, a stream of blood flowing from a bullet wound in his head.

In northern Yemen government tanks and artillery pound the mountains as they try to dislodge Shia rebels holding positions among the mountain crags. Plumes of white smoke rise from exploding shells. Tribesmen not in uniform fighting on the government side sit behind their heavy machine guns and spray the hillsides with fire. A few miles away on a dusty piece of flat ground thousands of refugees driven from their homes by the war cower in small over-crowded tents.

Nobody paid much attention in the West to violent incidents like these in Yemen last year, though both of those described above were recorded on film. The mounting crisis in the country only attracted notice when a Nigerian student is revealed to have been “trained” in Yemen by al-Qa’ida to detonate explosives in his underpants on plane heading for Detroit. But this botched attack has led to the US and Britain starting to become entangled in one of the more violent countries in the world. The problems of Yemen are social, economic and political, and stretch back to the civil war in Yemen in the 1960s, but Gordon Brown believes solutions can be found by holding a one day summit on Yemen to “tackle extremism.”

Al-Qa’ida in Yemen is small, its active members numbering only 200-300 lightly armed militants in a country of 22 million people who are estimated to own no less than 60 million weapons. Al-Qa’ida has room to operate because central government authority barely extends outside the cities and because it can ally itself with the many opponents of President Ali Abdullah Saleh, who has been in office since the 1970s.

The power of al-Qa’ida is not its military expertise or sinister training camps in the mountains of Yemen. Its strength is rather its ability to lure the US and Britain into commitments in dangerous countries like Yemen, Afghanistan and Iraq, where the state is weak and its rule contested. It can do this because in the wake of 9/11 the US instinctively over-reacts to the most amateur and unsuccessful attack on the homeland.

Al-Qa’ida has always had some activists in Yemen. In 2000 they rammed The USS Cole in Aden port with a boat packed with explosives and ripped a hole in its hull, killing 17 American sailors. The Yemeni government made a secret truce with the group under whose term it would not be pursued if it carried out no more attacks. In 2006 al Qa’ida began to reorganize when 23 of its militants escaped from Sanaa jail. As al-Qa’ida members came under greater pressure in Saudi Arabia some fled to Yemen and set up a joint Saudi-Yemeni movement, al-Qa’ida in the Arabian Peninsula (AQAP)

It is easy to see why AQAP finds Yemen an hospitable place to be. It is not a country where the state expects to have a monopoly of violence or authority. Long before 9/11 I used to be intrigued by the Yemeni authorities’ attitude to personal weapons as exemplified by security measures at Sanaa airport. These were very strict with all luggage X-rayed before it was even allowed into the airport building and X-rayed again at each stage of the suitcase’s journey to the plane. Passengers were given frequent body searches until they reached the departure lounge. This, as in most airports, had many shops selling local handicrafts and curios to travellers. The difference in Sanaa airport was that many of these items turned out to be swords and long curved knives. Discovering to their horror that many of passengers were carrying such weapons western airlines had to get their own flight crews to ask Yemenis, as they boarded the plane, if they were armed. Yemenis found it a strange question but dutifully handed over their daggers to be placed in plastic bags in the hold of the aircraft.

The US and Britain are about to increase their support for a government which is highly unpopular and engaged in a series of actual or potential civil wars. The heaviest fighting so far has been with the Zaydi Shia insurgents just south of the border with Saudi Arabia. They contest that they fighting discrimination and are responding to President Saleh’s dependence on Saudi Arabia and its extreme Sunni Wahhabism. President Saleh, for his part, has been portraying the Shia rebels as pawns of Iran, though his government has produced no evidence for this.

The dilemma for the US and Britain is that as they become more openly supportive of the Yemeni government they will be targeted as its sponsor by its many enemies. The south of the country, independent until 1990 and defeated in a civil war in 1994, is seething with rebellion. Government forces shoot at protestors. There have been many shootings, arrests and torture is endemic. “They can make a zebra say it is a gazelle,” is a chilling Yemeni saying of the government’s interrogation methods.

Southern newspapers have been shut down including al-Ayyam, which is the most widely read. Hisham Bashraheel, its 66-year-old editor, was arrested last Wednesday at his newspaper office in the Crater district of Aden after a protest against its closure last May when the paper was accused of supporting separatism. Some 30 protestors and 20 guards had fought a battle with the police in which one policeman and one guard were killed. They later gave themselves up.

I met Mr Bashraheel in the cluttered office of al-Ayyam some years ago when he was already engaged in daily skirmishes with the authorities. Sitting on a chair in his office was a man called Abdul Hakim Mahyub, with a long scar down the side of his face, to whom Mr Bashraheel introduced me. He said Mr Mahyub’s story of how he came by the scar explained a lot about current tensions between north and south in Yemen.

Mr Mahyub said he was a teacher in Aden and several weeks earlier he had an argument with a man laying pipes outside his school. As is common in Yemen the pipe-layer had a knife in his belt. In the course of the argument he drew it and stabbed Mr Mahyub in the face, cutting through his cheek and into his tongue. His speech was affected and he found it difficult to do his job teaching, but the reason he had come to al-Ayyam to complain was that he had just heard that the man who stabbed him, who came from Marib in northern Yemen, had been released by an official from the same province.

Mr Bashraheel said that favouritism towards northerners was becoming very common but for publishing Mr Mahyub’s story he risked being accused of “separatism” and stirring up hostility between north and south.

The US and Britain will face a similar difficulty in Yemen as they already do in Afghanistan. They will be supporting an unpopular and corrupt government. It is not that al-Qa’ida is very strong but that it will be swimming in sympathetic waters because the government is very weak.

The government itself can see the danger being labelled as an American pawn if it is too openly welcoming to foreign military aid. “Any intervention or direct military action by the United States could strengthen the al-Qa’ida network not weaken it,” said the deputy prime minister for defense and security affairs Rasheed al-Aleemi last week. The government would have liked to take all the aid it could get but without telling anybody about it.

All this sounds very like Afghanistan. And there is a further way in which the two countries resemble each other. Just as Pakistan believes it is crucially affected by what happens in Afghanistan so Saudi Arabia regards the future of Yemen as a vital interest. Saudi Arabia is by far the most important foreign power in Yemen, providing $2 billion in budget support, but its interest has always been in a weak government in Sanaa and one over which it can exercise some control.

The only way that the US and Britain could entirely squeeze out al-Qa’ida from Yemen is by strengthening its armed forces to the point at which the central government could take over parts of the country it has not ruled for decades. But this would provoke tribes and communities which exist in a state of semi-independence from the state. As in Afghanistan foreign intervention in Yemen soon begins to create a counter-reaction of which al-Qa’ida would be able to take advantage.

Patrick Cockburn is the Ihe author of "Muqtada: Muqtada Al-Sadr, the Shia Revival, and the Struggle for Iraq."

1/12/10

The Decade of Fraud, Fear, Hate and Permanent War

by Roberto Dr. Cintli Rodriguez

It has been said that the march of history, particularly in the realm
of human rights, is always forward. Embedded within this concept is
the idea that despite tragedies and war, the human condition always
progresses. Unquestionably, whoever created the expression did so long
before our just completed decade.

The decade began with arguably the first fraudulent presidential
election in the history of the United States. Rather than a clear and
decisive victory for Bush-Cheney, it was a Reagan-Bush hand-picked
Supreme Court that intervened to give us two candidates who had
received less votes than their opponents in a hotly disputed election.
Upon being sworn into office, these two grabbed the reigns of power
and began to govern as though the U.S. electorate had granted them a
unanimous mandate. From there it went straight downhill.

Bush-Cheney pompously began to govern where Reagan-Bush had left off;
all power to the corporate sector and all power to the
military-industrial complex. Not that Clinton had been a moral beacon
or a champion of the poor, but Bush-Cheney ensured that every aspect
of government came to be placed at the service of the corporate
sector.

Then came 9-11. And what could have been a moment that could have
united all of humanity, the Bush-Cheney administration turned it into
an opportunity to divide the world up into good vs. evil and to
consolidate the power of the United States on a global scale. 9-11
virtually became a war marketing opportunity based on fear, religious
fanaticism and U.S. extreme nationalism and exceptionalism. It became
the birth of “The Homeland.”

9-11 became a clarion call for a fanatical crusade against
Arabs/Muslims and a call for a permanent worldwide war: God Bless
America. With it also came a moral demand for the speeding up of Big
Brother Society with nonsensical mantras such as: “The U.S.
Constitution is not a suicide pact” and “the Geneva Conventions are
now ‘quaint’ and obsolete.” God had bequeathed to the United States
its own special set of laws that Americans could obey or disobey at
the discretion of their God-inspired leader. That’s why the
Bush-Cheney administration worked feverishly to ensure that Americans
[soldiers and/or mercenaries] were not subject to the International
Criminal Court of Justice. The idea was also advanced that U.S.
soldiers were entitled to torture because what they were doing was not
actually torture and also because those being subjected to this
torture or non-torture were not protected by any laws whatsoever.

A rationale for dehumanization: Where had we heard that before? New
arguments were contrived that not all human beings were entitled to
the full protection of the law, especially if we were at war. Thus,
the notion of permanent worldwide war was conceived. And thus, the
Bush-Cheney administration abrogated unto themselves the rogue notion
that in carrying out this war, the U.S. now had permission to ignore,
interpret as it saw fit, or create new laws, permanently.

In war, no trials are necessary. The only rationale necessary is that
a legitimate target has been targeted. Whether it is actually hit is
irrelevant and dead civilians are but collateral damage. In this
scenario, drone technology became the weapon of choice with no
fingerprints and no accountability.

Enter hate. The climate was created that those that were to be
receiving our bombs were different than us. Brown people became the
enemy… with turbans. Brown people became the enemy in Afghanistan and
then at home. And it didn’t matter what kind of brown people. They
became both the enemy and the convenient scapegoat. Enter the era of
Lou Dobbs and Sheriff Joe Arpaio. Enter the era of closed borders and
closed minds. As long as the enemy is “not us” – the loss of rights
became acceptable. And to facilitate this era, it became necessary to
stoke fear, periodically. Enter color codes. Or was it simply a return
to America’s old-fashioned color codes? Enter a cheerleading media and
the end of its governmental watchdog function.

Then came the Iraq War.

No weapons of mass destruction were ever found, but the [true] reasons
for war – and the laws governing war – became irrelevant. The stage
had already been set; Iraq was simply the latest enemy and their
leader the embodiment of evil. And the mainstream media again stepped
forward or jumped: “How can we help?”

Hundreds of thousands of Iraqis have lost their lives; many more
hundreds of thousands have been maimed while millions have been
displaced and through all this, Americans yawn. Less than 5,000
Americans dead and only 30,000 Americans wounded has not been quite
enough to bother the American conscience.

Even when the Democrats took back control of Congress in 2006,
impeachment for prosecuting a clearly illegal war became “off the
table” and ending the war was also declared out of the question.


When Barack Obama became President Barack Obama, everything was to
change. But “Supporting the troops” became the circular and continuing
argument for continuing the Iraq war. And the change we could believe
in and Yes We Can began to rhyme with Afghani-stan… the sequel. And
Paki-stan.

That was the lost decade. That is how America lost its mythical
conscience. And the decade ended with explosives in the underwear of a
Nigerian man; a jarring reminder that our permanent war is here to
stay. And now, Yemen also rhymes with Yes We Can? Now too, we also
know that Big Brother is also never going to go away. It really wasn’t
government; it was the people who gave this decade away.

© 2010 Column of the Americas

Rodriguez can be reached at XColumn@gmail.com

Column of the Americas
PO BOX 85476
Tucson, AZ 85754

Africom, el último intento estadounidense de volver a colonizar el continente

Tichaona Nhamoyebonde
allAfrica.com


Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos




Los revolucionarios africanos tienen que dormir ahora con un ojo abierto porque Estados Unidos de América no se detiene ante nada en su intento de establecer Africom, un ejército estadounidense altamente equipado que residirá permanentemente en África para supervisar los intereses imperialistas estadounidenses.

A finales del año pasado el gobierno estadounidense intensificó sus esfuerzos por establecer un ejército permanente en África llamado Comando de África (Africom, African Command) como la última herramienta de la sutil recolonización de África.

Antes de que terminara el año pasado el general William E. Garret, comandante del ejército estadounidense para África, se reunió con los agregados de defensa de todas las embajadas africanas en Washington para vender a sus gobiernos la idea de un ejército estadounidense basado en África.

Los últimos informes de la Casa Blanca de este mes de enero indican que el 75% del trabajo del ejército se ha hecho a través de una unidad militar con base en Stuttgart, Alemania, y que el resto se dedica a conseguir un país africano que albergue al ejército y haga que las cosas se muevan.

Liberia y Marruecos se han ofrecido para albergar al Africom, mientras que la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC, en sus siglas en inglés*) se ha cerrado a toda posibilidad de que alguno de sus Estados miembros albergue al ejército estadounidense.

Otros países han permanecido en silencio.

Liberia tiene una larga relación con Estados Unidos debido a su historia de esclavitud, mientras que el descarriado Marruecos, que no pertenece a la Unión Africana y no celebra elecciones, puede que quiera al ejército estadounidense para que éste le ayude a suprimir cualquier levantamiento democrático.

La negativa de la SADC es una pequeña victoria para los pueblos de África en su lucha por la independencia total, pero el resto de los bloques regionales de África tienen que llegar todavía a una postura común, lo cual es preocupante.

El propio Estados Unidos quiere un país más estratégico que Marruecos y Liberia ya que el ejército será el epicentro de influyentes, articuladoras y protectoras políticas estadounidenses económicas y exteriores.

El otro peligro es que el Africom abra África como un campo de batalla entre Estados Unidos y grupos terroristas antiestadounidenses.

El Africom no es ni más ni menos que una cortina de humo detrás de la cual Estados Unidos quiere esconder sus medios de asegurar el petróleo y otros recursos naturales de África.

Los dirigentes africanos no deben olvidar que Estados Unidos y Europa han utilizado una y otra vez la fuerza militar como el único medio eficaz de cumplir su agenda y de asegurar que los gobiernos de cada país están dirigidos por personas sumisas a la disciplina estadounidense.

Por el hecho de residir en África, el Africom garantizará que los tentáculos de Estados Unidos lleguen fácilmente a cada país africano e influyan en cada acontecimiento a beneficio de Estados Unidos.

Al albergar al ejército [estadounidense] África habrá subcontratado su independencia militar a Estados Unidos y habrá aceptado el proceso que inicia su recolonización a través de un ejército que puede contener cualquier intento por parte de África de mostrar su propia destreza militar.

La pregunta fundamental es: ¿quién quitará el Africom una vez se establezca? ¿Con qué medios?

Debido a su origen el Africom será técnica y financieramente superior a cualquier ejército de un país africano y marcará el paso para el cambio de régimen en cualquier país a voluntad [de Estados Unidos], y también dará profundidad, dirección e ímpetu al esquema estadounidense de explotación de recursos naturales.

No cabe la menor duda de que en cuanto el ejército [estadounidense] sea operativo en África se revocarán todos los logros de la independencia.

Si los actuales dirigentes africanos sucumben a los deseos de Estados Unidos y aceptan la operación de su ejército en África, constarán en los anales de la historia como la generación de políticos que aceptó que prevaleciera el mal.

Hasta William Shakespeare se retorcería en su tumba y exclamaría: “Os dije que para que triunfe el mal basta con que los hombres de bien no hagan nada”.

No debemos olvidar que los africanos, que todavía se resienten de la humillación, de la subyugación, de la brutalidad y del complejo de inferioridad provocados por el colonialismo, no necesitan que se les haga retroceder a otra forma de colonialismo, aunque sea sutil.

El Africom ha sido controvertido en el continente desde el mismo momento en que el ex presidente estadounidense George W. Bush lo anunciara por primera vez en febrero de 2007.

Los dirigentes africanos no deben olvidar que bajo la administración de Barack Obama la política estadounidense respecto a África y al resto del mundo en vías de desarrollo no ha cambiado un ápice. Sigue siendo una política militar y materialista.

Los altos cargos tanto de la administración Bush como de la de Obama argumentan que el objetivo principal del Africom es profesionalizar a las fuerzas de seguridad en países clave de toda África.

Sin embargo, ninguna de las dos administraciones trata de considerar el impacto del establecimiento del Africom sobre partidos y gobiernos minoritarios, y sobre dirigentes fuertes considerados infieles, ni si Estados Unidos utilizará Africom para promover a dictadores amigos.

Los programas de adiestramiento y de armamento, y la transferencia de armas desde Ucrania a Guinea Ecuatorial, Chad, Etiopía y al gobierno de transición en Somalia indican claramente el uso de poder militar para mantener la influencia [estadounidense] en los gobiernos de África, que sigue siendo una prioridad de la política exterior estadounidense.

Con la Revolución Naranja Estados Unidos llevó al poder a los actuales dirigentes de Ucrania y se les está dando carta blanca para suministrar armamento a los conflictos africanos.

Los dirigentes africanos deben dar muestras de solidaridad y bloquear todo movimiento por parte de Estados Unidos para establecer sus bases en la madre patria, a menos que quieran ver un nuevo asalto de la colonización.

Si se permite que el Africom establezca una base en África, Kwame Nkrumah, Robert Mugabe, Sam Nujoma, Nelson Mandela, Julius Nyerere, Hastings Kamuzu Banda, Kenneth Kaunda, Augustino Neto y Samora Machel, entre otros, habrán luchado las guerras de liberación para nada.

Miles de africanos que murieron en las cárceles coloniales y en los frentes de guerra durante las luchas de liberación habrán derramado su sangre por nada si África es colonizada de nuevo.

¿Por qué debería el grupo actual de dirigentes africanos aceptar sistemáticamente la recolonización cuando han aprendido tanto del colonialismo, el apartheid y el racismo? ¿Por qué no iba el actual grupo de dirigentes africanos a tratar a la administración estadounidense de igual a igual y decirle a la cara que no necesita un ejército extranjero ya que la Unión Africana esta preparando su propio ejército?

Los dirigentes africanos no necesitan profetas procedentes de Marte para saber que la fascinación estadounidense por el petróleo, la guerra contra el terrorismo y el ejército se centrará ahora en África después de la aventura en Iraq.

* N. de la t.: La Comunidad de Desarrollo del África Austral (Southern African Development Community, SADC) es una organización intergubernamental creada en 1979 cuya sede se encuentra en Gaborone, Botswana. Su objetivo es fomentar una mayor cooperación e integración así como la cooperación política y de seguridad entre 15 Estados del África austral (Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática del Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe).

Tichaona Nhamoyebonde es un politólogo que reside en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Help Save the Macehualli Center

Dear Friends,

As we reach the beginning of a new year we would like to thank you for
all the support you have given us to help save the Macehualli Center.

However, the families helped with the center will lose this important
pillar of support early next year unless we do an extraordinary effort
to save it. We have had many fundraising activities to save the Center
in this time of financial distress. However, with the frontal attack
by Sheriff Joe Arpaio many have cowered and now face the same attacks
the Jornaleros were the first to confront. What better way to confront
oppression than using our culture in a virtual counter attack by
helping the workers during Posadas and Xmas with a virtual tamale
sale.

You can donate online anywhere from $1 to $50 and receive a virtual
tamale, you choose the flavor and quantity that helps a great cause
this holiday season. Tonatierra is a Non-Profit and your contributions
are tax deductible.

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Thank you for all your support throughout this year!

Sincerely,

Salvador Reza & Sylvia Herrera

Por qué marchamos en Arizona?

Pablo Alvarado

La Jornada




Estados Unidos enfrenta una crisis que debe resolver preservando su carácter de nación de inmigrantes. Esto comienza respetando la dignidad e integridad de los seres humanos. Caracterizar el fenómeno de la migración como un asunto de criminalidad aleja al país, cada vez más, de estos principios universales. Cuando 12 millones de personas huyen de la violencia, de desastres naturales y de la extrema pobreza no se habla de crimen, sino de crisis humanitaria.

Este año, esa nación intentará nuevamente reparar y modernizar un sistema migratorio quebrantado que permite que la sociedad estadounidense se beneficie y goce de los frutos del trabajo del inmigrante sin aceptar su humanidad y sin reconocer sus derechos. Los legisladores ya hicieron un intento y fallaron en 2006 y 2007. No pudieron llegar a un acuerdo alrededor de la reforma migratoria, dando luz verde para que los estados, los condados y las municipalidades asuman la responsabilidad del gobierno federal y adopten su propia versión de reforma migratoria. Esto únicamente ha causado sufrimiento y caos.

Las fuerzas antimigrantes extremas de ese país han envenenado el debate con odio y racismo. La ola de ataques contra el pueblo migrante toma matices cada vez más agresivos, más groseros y crueles. Pareciera que la ingratitud y perversidad no tienen parámetros éticos, morales o espirituales. Los adversarios procuran hacer la vida del pueblo migrante tan mísera y desdichada como para que éste se autodeporte. Para ello, deben cerrar todas las posibilidades de sobrevivencia económica y despojar a la persona migrante de sus derechos y de su humanidad.

Las agresiones van desde negar servicios de salud básicos hasta transformar doctores y enfermeras en agentes de migración. Desde negar subsidios de vivienda, incluso a personas con documentos, hasta criminalizar a propietarios de casas y apartamentos por rentarle a indocumentados. Desde tener a agentes de migración en las cárceles hasta dar poder a la policía de parar a cualquier persona en la calle y pedirle sus documentos migratorios. Desde quitarle el derecho a un proceso debido al indocumentado hasta dar poder de decisión absoluta a los oficiales de migración.

La embestida contra el migrante no sólo se reduce a una estrategia de desgaste económico. Despojarlo de su dignidad humana es ciertamente una de las premisas fundamentales para legitimar y normalizar cualquier allanamiento en su contra. Es decir, se trata de humillarlo para que sus derechos sean vistos, de alguno u otro modo, en otra dimensión. Se comienza caracterizándolo como un ser "ilegal", calificativo que ha adquirido connotaciones racistas, de desprecio y de burla. Este epíteto ha evolucionado de "ilegal" a "invasor", de "criminal" a "terrorista".

En su afán de materializar este proceso de deshumanización, los adversarios de los inmigrantes están implementando prácticas de perfil racial, persecución sistemática y niveles de degradación de la persona no vistos en más de una generación. En este sentido, no es una simple coincidencia que madres indocumentadas detenidas tengan que dar a luz esposadas de pies y manos a las camillas. No es casualidad que se desfile por las calles a prisioneros indocumentados y que se llame a los medios de comunicación para humillarlos y montar un show. No es una eventualidad arrancar a una madre de sus hijos en público y dar a los niños juguetes para consolarlos. No es una simple circunstancia establecer una línea telefónica para que cualquier persona sospechosa de indocumentada pueda ser reportada. No es puramente un incidente que alguaciles y oficiales electos se conviertan en héroes de grupos supremacistas blancos. Sobre todo, no es algo surgido de la nada que este tipo de maltrato se vea como normal, incluso por personas que simpatizan con el pueblo migrante indocumentado.

Esta estrategia de desgaste impulsada por la extrema derecha y los grupos antimigrantes ya no distingue entre los indocumentados y los que poseen estatus migratorio legal. El resultado es que en algunos lugares de Estados Unidos, los latinoamericanos (inmigrantes y estadounidenses) no gozan de las mismas protecciones constitucionales que posee la comunidad blanca. Arizona es prueba de esta realidad. El jefe del Departamento de Alguaciles del condado de Maricopa deliberadamente ha decidido interrogar, detener, arrestar y deportar a todas aquellas personas que tengan apariencia mexicana.

Muchas de estas prácticas están ocurriendo en el país, pero de manera más pronunciada en ese condado. Dicho estado se ha convertido en el laboratorio donde se experimentan las medidas y prácticas antimigrantes más aberrantes del país.

Pero en Arizona también hay lucha y resistencia. Las familias inmigrantes, sus organizaciones, sus aliados y amigos están alzando la voz y diciendo basta. El 16 de enero saldrán a las calles para denunciar la persecución y criminalización del migrante. Van a exigir el fin de los programas que permiten la colaboración entre la policía y agentes federales, incluyendo la medida 287g. Van a marchar para contener la expansión de las políticas y prácticas antimigrantes a otros lugares del país. Van a marchar para exigir una reforma migratoria justa, inclusiva, que conduzca a la ciudadanía y la igualdad política. Van a marchar para asegurar que Estados Unidos preserve su carácter de nación de inmigrantes. Van a marchar para asegurar que éste sea un país de inclusión, no de exclusión. Van a marchar para reclamar su derecho a existir. Van a marchar para defender los derechos civiles y humanos de todos y todas.

Dos días antes de celebrar el aniversario del doctor Martin Luther King Jr. la comunidad inmigrante y sus aliados en Arizona van a recrear su legado. Van a continuar marchando y resistiendo pacíficamente para que el sueño del Dr. King se haga realidad. A cuatro décadas de su asesinato, las comunidades de color, los latinos y los afroamericanos continúan luchando para que las personas sean juzgadas por el contenido de su carácter y no por el color de la piel. Si el Dr. King viviera, el 16 de enero marcharía junto a las familias latinas de Arizona. Pero su sueño se cumplirá algún día. Algunas veces la justicia tarda, pero no olvida. Sí se puede.

*Pablo Alvarado es director ejecutivo de la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras (National Day Laborer Organizing Network, NDLON), alianza nacional de 41 organizaciones de base dedicada a la defensa y organización de trabajadores inmigrantes eventuales en Estados Unidos.

Armas

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