Entrevista con el analista James Petras
Sara Leukos
Rebelión
Sara: Buenos días profesor Petras, cordial saludo ¡Aquí de nuevo…!
Petras: Buen día Sara...
Sara: Bien, acorde con nuestra última entrevista hoy vamos a continuar la reflexión sobre el tema de la colonización… Históricamente, vemos que los regimenes impuestos por E.U.(siglo XX), en America Latina han estado bajo dos ejes centrales: dictaduras militares y regimenes de modelo Neo-liberal , estos últimos bajo sistemas autoritarios y corporativos bajo lo que usted ha denominado: “electoralista civil autoritario”. Bajo este significado, encausamos lo que esta pasando actualmente en Colombia con el Presidente Álvaro Uribe Vélez , el cual responde a una “política internacional estadounidense” con la instalación de las 7 bases militares, las cuales en una primera fase va en proyección de una colonización incremental para America Latina. En su análisis, en que consiste esa “Colonización incremental en Colombia”?
Petras: Vemos históricamente como el programa de la Alianza para el progreso reformista pero, también con el lanzamiento de las fuerzas especiales para contrastar el impacto de la revolución cubana y los movimientos revolucionarios paralelos y, a partir de esta época empezaron a entrar en Colombia oficiales norteamericanos en muchos niveles, primero como asesores y después asumiendo puestos operativos en la formulación de estrategias y contra-estrategias. Después este proceso continua por un tiempo largo, con bajo perfil pero comenzó aumentar en los años 90’s particularmente con el Plan Colombia, que lanzó el presidente Clinton.
I. Fase progresiva de Colonización en Colombia
Petras: El plan Colombia tenia como meta principalmente: 1. la lucha contra-insurgente y, 2. Atacar grupos de Narcotraficantes, como Escobar, el cartel de Cali etc. Pero, en general lo que podríamos decir de esta época, es la intervención norteamericana combina con el gran financiamiento de armas y la integración mas cerca de los mando militares colombianos, bajo la dirección del gobierno norteamericano. Eso se manifiesta, en la formación de grandes grupos Paramilitares, vinculados con las fuerzas especiales de Norteamérica junto con los militares colombianos y los narcotraficantes.
Yo, creo que es importante subrayar que el uso de Paramilitares es una práctica de larga trayectoria en Estados Unidos. Por lo menos en la historia mas reciente utilizaron Paramilitares en Vietnam, después en Centro America, particularmente grupos en el Salvador, Guatemala y con los contras mercenarios en Nicaragua y también en Honduras. Después cuando el Plan Colombia, chocó con las presiones populares, para llegar a un acuerdo negociado entre el gobierno de Pastrana y los grupos guerrilleros ( FARC-EP), este proceso por lo menos en un momento fue suspendido o por lo menos, bajo algunas limitaciones, durante este periodo de 1999 hasta fin del año 2001. Pero, vuelve otra vez a lanzar con el rompimiento de negociaciones, bajo las presiones de Washington, esta Fase es lo podríamos llamar la penúltima fase. Es la fase que debemos entender como el Aumento grande de presencia norteamericana, utilizando mercenarios sub- contratados por Dain Corn y otros grupos que es la practica utilizada ahora en muchas partes del mundo, usar empresas privadas de mercenarios junto con oficiales militares, están de contratistas privados trabajando con la CIA, y en esta fase podremos identificar junto con el Presidente Álvaro Uribe Vélez, con muchos antecedentes asociados con paramilitares, narcotraficantes y toda su familia tienen una relación carnal con estos grupos hace tiempo. Incluso no hace mucho tiempo el sr. Uribe estaba en la “lista negra” del Departamento de Estado por ser un asociado con los carteles. Ahora, como Presidente y gran aficionado de la extensión y participación Norteamericana, su perfil en Washington cambia, como un presidente más favorable, solamente quedó la lista negra del congreso norteamericano, por la notoriedad de los asesinatos de sindicalistas y otros lideres populares. Pero en todo caso, tenemos la presencia norteamericana, por lo menos nivel militar aumentado y extendiendo en dos sentidos:
1. En profundidad ya están con el Plan Colombia, nivel operativo planificando simple estrategias y tácticas, ocupando no simple terrenos ministeriales pero, también en el campo de conflicto con las fuerzas especiales, metidos allá y controlando en gran parte la fuerza aérea y los proyectos de identificar los grupos en el conflicto.
2. Yo creo que la fase final que tenemos ahora, tiene que ver con la presencia norteamericana. Su papel es la de situar la fuerza en el país, tanto como los contratistas privados, como mercenarios, y soldados en el País,…estas fuerzas necesitan casas, recreación, entonces firmaron el acuerdo de las Bases militares para acomodar a estos soldados. Ahora una cosa en relación con eso… ..
Las bases militares continuación de la colonización en Colombia… Para America Latina.
Petras: No es simplemente en función de lo que ocurre en Colombia, sino de lo que esta pasando afuera y eso tiene que ver:
1. Con los esfuerzos de tumbar el gobierno venezolano. Los Estados Unidos tratan un golpe utilizando militares y civiles, que fracasó y perdían en gran parte de los grupos de sediciosos en el ejército. Después fueron con la línea de los capitalistas, de los gerentes, la empresa petrolera, y eso también esta derrotados, hay una limpieza de acople norteamericana.
Después sale en referendo, si pierden casi todos los referendos menos uno, y no están en posiciones de un proceso de expulsar al Sr. Presidente Hugo Chávez frías. entonces ¿qué queda?
Han perdido muchos cuadros entonces, decidieron utilizar presiones y amenazas desde afuera y, creo que esta táctica ahora es la militar atacando y presionado desde Colombia. Como, no podían cambiar el gobierno de Chávez desde adentro, entonces buscan táctica desde afuera utilizando a Colombia como trampolín y, utilizando diferentes grupos para hacer provocaciones con Venezuela, a Ecuador y otros países en Centro America que podrían fijar como blancos para cambiar los regimenes…
Sara: ¿Se refiere ud. a grupos de derecha con sustento militar?
Petras: Sí, grupos Paramilitares que podrían infiltrar para cometer crímenes o incluso altos ataques para construir un conflicto y aumentar las tensiones en las fronteras..
Sara: ¿Podríamos decir que esto es casi comparable, como la Colonia de Afganistán por parte de Estados Unidos, el cual Ud. la denomina en uno de sus textos…?
Petras: Bueno ya tenemos una colonización en Afganistán y montando esos falsos electorales, pero con un control total del ejercito norteamericano, sobre el régimen allá. Eso es, una colonización completa. En Colombia, todavía no ha llegado al nivel de control que tienen en Afganistán, todavía quedan espacios por la sociedad civil independiente, los sindicatos, los movimientos de derechos humanos y los que mantienen una posición de autonomía. Yo creo, que la Colonización no es simplemente un acto, es un proceso, que ocurre particularmente como el caso de Colombia que hemos demostrado a partir de tomar espacios. Ahora yo digo, que el espacio militar de estrategia, esta muy controlado por Estado Unidos y, en ese sentido la colonización militar está muy avanzado. En lo económico han penetrado en sectores muy importantes como: el carbón, el petróleo, y otros sectores estratégicos de la Economía. No han avanzado mucho en la parte cultural, a pesar de que controlan algunos periódicos y la TV. La autonomía e independencia de sectores importantes y de la cultura, todavía resisten esta colonización, pero con el control político, que maneja la maquinaria electoral están avanzando. Por lo menos con el control militar y la influencia económica, no falta mucho tiempo para realmente subordinar la política completamente colombiana en las líneas del Imperio.
Sara: Entonces es importante decir que hay una primera fase de esta colonización, que tiene que ver justamente con esa imposición e instalación militar, táctica y operativa. Como bien ud. lo señala va avanzando hacia el eje económico, diría para abrir un poco el espectro de la discusión, hay como “un iceberg” que son los recursos energéticos como: el Petróleo en Venezuela, el gas en Bolivia, y hay unos recursos geo-estratégicos como la pretensión por el control de la Amazonía, la cual usted ha denominado en algunos textos, como los superhabitas latinos y que esto tiene que ver con los recursos Fito-geneticos y el agua , que son tan apreciables para las Transnacionales, las cuales , responden acorde con toda la crisis que Estados Unidos contiene, viabiliza su penetración hacia America latina como modelo de privatización… Seria interesante detenernos en este punto, sobre la defensa que deben hacer los pueblos latinoamericanos.
Petras: Podríamos decir, que a partir de los últimos 8 o 10 años la penetración en los países en America Latina han bajado relativamente: primero, algunos gobiernos han nacionalizado los sectores importantes, como el Presidente Chávez y algunos parcialmente con pactos compartidos como en Ecuador y Bolivia. En otros casos, hay mayor regulación sobre el funcionamiento de los capitales, últimamente Lula ha cambiado algunas reglas sobre el funcionamiento de los inversionistas; ahora en los nuevos descubrimientos de campos de petróleo. Frente a esta situación, esta también el aumento de penetración de otros regiones del mundo como Asia. La presencia norteamericana ha bajado en relación, con lo que existía en los años 60`s y 80’s y, ahora enfrenta un doble desplazamiento: uno desde las fuerzas populares internas y. segundo, entre competidores externos.
Por esta razón la carta fuerte de Estados Unidos, es la carta militar donde obviamente tienen una mayor capacidad que los demás competidores, siendo un instrumento para limitar las presiones populares.
En este caso, debemos reconocer que Colombia es el punto débil en la cadena de America Latina. En otros países hay mas libertad de expresión de fuerzas populares y socialistas, mientras, que en Colombia se mata cualquier activista que levante la cabeza y hable de nacionalización o socialización o de limitar el capital, cae bajo sicarios, bajo las balas. Tenemos casos de Empresas Norteamericanas, como la Drumond contratando sicarios y matando sindicalistas matando eso es muy reconocida y por esa razón el lugar más fácil, para extender y recuperar terreno para las transnacionales norteamericanas es Colombia. En los demás
Países hay demasiado presión y oposición a todos los niveles, pero Colombia no es el ultimo lugar...
Como tu mencionaste la Amazonía, es una meta estratégica para Washington pero Como entrar en este tema? Incluso sectores militares que no son necesariamente progresistas en Brasil y resisten la expresión norteamericana para entrar en esta temática. En Perú se tiene otra posibilidad entrar en la temática de la Amazonía con el gordo Alain García, que es muy notorio como un personaje, como una ficha criminal, de fraudes, corrupción y de incapacidad de entreguismo pero han dado perentorios para la explotación de las multinacionales, precisamente para el Amazonas
Extensión de la colonización…
Petras:- El próximo esfuerzo de construir bases militares en America Latina es con Alain García , yo se que con entrevistas que hemos hecho en años pasados, militares Norteamericanos están estacionados que supuestamente son bases peruanas, pero son semi-oficialmente puntos de operación de fuerzas y asesores contra-insurgentes Norteamericanos.
Pero hay que entender que oficiales militares norteamericanos, combinan dos papeles:
1. Uno militar y el otro,
2. Es proyectar posiciones económicas norteamericanas, de entrenamiento, no simplemente de defender intereses económicos, pero, también entrar para después que terminan la carrera militar conseguir puestos como gerentes o consultores de las empresas económicas. En Perú creo que las condiciones más o menos favorables para la segunda ubicación de Bases militares. Pero, lo que uno tiene que reconocer en este momento, hay tanta presión a nivel popular, incluso gubernamental, con el estacionamiento de bases militares, es difícil incluso para el charlatán de García decir abiertamente “ Yo voy a seguir los pasos del sr. Uribe” , Uribe es visto mas allá de su política derechista, mas allá de su malísimo record en la violación de derechos humanos, es visto como un político “títere de E.U”, es difícil decir para otros gobiernos algo positivo sobre Uribe. Hay un repudio mutual, cuando Uribe fue a la reunión de UNASUR, ya Uribe había firmado el acuerdo con los norteamericanos, los firmó y lo entregó a los Presidentes.
Esto es un insulto, por esta forma de actuar tan poco esta visto como un presidente decente. Yo conozco, algunos asesores de presidentes de America Latina que hablan de Uribe con mucho repudio. Como no es miembro del club latinoamericano, lo ven como un ser repugnante, alguien no quiero se puede fiar, pues no se quiere asociar.
Sara: ¿Autocrático?
Petras: Si autocrático, pero incluso no es una persona que se puede consultar para fijar metas para America Latina. Como “invitar la casa Blanca” porque es la voz de su Patrón.
Sara: Comprendo, es decir toda esta reflexión que ud. nos proporciona uno podría decir, es una Re-colonización del siglo XXI para América Latina y que se sitúa a partir de Colombia
Petras: Si, es una política para muchos modernos dirigentes, social-demócratas, liberales y algunos conservadores moderadores, es un anacronismo, es un atavismo. Es una cosa que vuelve de un pasado… y, muchos pensaban que ya era del pasado y vuelve una vez un sistema político del siglo XIX, XVIII y que pensábamos que esta superado y ahora vuelve con este Sr. Uribe, que el colonialismo en África , en Asia estaba superado, tenemos gobiernos independientes, hemos dejado de ser en parte de una red imperial, con bases militares y oficiales imperiales organizando las políticas del ministerio de defensa, utilizándonos como cipayos. Este concepto de Cipayo es importante para analizar a Colombia. Los cipayos vienen de la colonización de Inglaterra para la India, donde utilizaban oficiales ingleses para dirigir Hindúes, para conquistar diferentes regiones, poblaciones entonces, se pasó al uso general “cipayo” es una fuerza o política militar utilizada por el imperio, para ser la conquista para los intereses imperiales.
Sara: Empieza a crear una inquietud sobre el proceso misma de la colonización y por ende, lo que conlleva a un proceso emancipatorio hacia una resistencia anti-colonial…
Petras: Sí, incluso los dirigentes de los países imperiales, hacen tiempo realizaron conseguir sus intereses económicos, dando algún tipo de independencia condicionada, es decir, permitir que gobernantes surjan de los países, colonizados pero que mantienen los lazos económicos.
Sara: ¿Por qué hicieron esto?
Petras: Porque la presencia extendida y profunda de los oficiales blancos norteamericanos o europeos facilitaban la movilización, combinado las luchas sociales, económicas, con las luchas por la independencia, por la política y era una forma de unificar muchas fuerzas en contra de los imperialistas.Y ahora vuelve Washington con una gran presencia en Colombia: En Colombia tarde o temprano esto tiene estimular otras redes de movimiento anti-colonial, los soldados de ocupación que están controlando gran parte la política del País y eso hay que entenderlo, incluso en Países con grandes bases militares como en Japón. Las elecciones de esta semana que ganó el partido demócrata , una de las cosas que planteó, que era muy popular en el electorado Japonés, reducir y eliminar las bases militares norteamericanas que están en Japón, donde hay un repudio por lo menos en la Isla de okanawa, por la impunidad de los soldados norteamericanos que han cometido toda una serie de violaciones de niñas, han causado daño contra diferentes empresas japonés allá etc. Es una tendencia mundial, en Irak expulsar la bases militares, y de repente en todo este movimiento histórico, sale Uribe para decir “nosotros vamos a invitar nuevas bases” ¡esto va contra la historia contemporánea!
Sara: Efectivamente ud. ha tocado un punto fundamental en el caso de Colombia, que próximamente van haber elecciones presidenciales. Uno podría pensar que los Derechos de un pueblo, no están bajo un cambio meramente Presidencial sino que tiene que estar acompañado de cambios estructurales. Creo que si no marcha coherentemente en la política en Colombia, se va recrudecer el conflicto interno...
Petras: Yo creo que hay un tema explosivo en Colombia es la recuperación de las tierras de 4 millones de colombianos desplazados que han perdido sus terrenos, por parte de los paramilitares y los grandes dueños de la tierra y creo que este tema de los refugiados internos es muy explosivo, porque estamos hablando de 4 millones de personas sobreviviendo en la absoluta miseria (población desplazada), algunos en los suburbios de Bogota, y en algunas ciudades del interior, que es una fuerza potencialmente explosiva porque no están integrados desplazados del campo e integrados en la ciudad, no encuentran empleo fijo en alguna empresa, en fabricas o servicios, ellos operan como en la economía informal, inseguros. Este es un planteamiento dinámico, es decir una reforma agraria esta bien para los campesinos, que todavía mantengan sus pequeñas fincas, huertas o jornaleros, pero ¿qué pasa si los 4 millones de desplazados están planteando la vuelta a recuperar sus terrenos? de reconstruir sus comunidades… Para mi eso es, un momento y un punto dinámico y hay pocos políticos en Colombia que plantean esto, porque implica una confrontación con los dueños de plantación, con los militares, los genérales que también aprovecharon el desplazamiento para ocupar terrenos y los narcotraficantes, los sicarios asociados con este desplazamiento, también forman parte de esta confrontación.
Sara: Para terminar, ha tocado ud. un tema bastante “álgido para unos” y es el tema de las resistencias... ¿Qué perspectiva ve como proceso emancipatorio, como respuesta a la colonización? Si bien en nuestra anterior reflexión, concluíamos hay una resistencia que debe ser inmersa, practica, escuchada, aceptada… pero, cuando esa resistencia no es viable para el actual de Gobierno de Colombia ¿Cómo ve usted esta resistencia para los pueblos?
Petras: Hay mucha resistencia en Colombia, por ejemplo mucha gente estafada por el sistema financiero, mucha gente con hipotecas que están perjudicados por los bancos, hay los salarios que han caído últimamente con la crisis económica, los desempleados, el sector publico que esta constantemente protestando, los campesino amenazados por desplazamiento, hay los desplazados….
1. El problema no es que falte resistencia, el problema clave es la fragmentación de las luchas reivindicativas
2. La necesidad de vincular el conjunto de estas reivindicaciones y luchas en un movimiento intersectorial unidos, en un pliego de petición colectiva.
3. Insertarlo en un contexto político para que lo social y lo político se unifiquen en un proceso combinado de lucha...
Sara Leukos es investigadora
saraleukos@yahoo.com
9/4/09
Do You Use the Dirty C*** Word?
By Vanessa Richmond
The Tyee
The c-word is enjoying a rebirth. Doubly appropriate, given one of its main functions.
There've been a few decades' of feminist effort to reclaim derogatory words -- much like with "queer" or the n-word -- including by uber feminist Germaine Greer, and by Inga Muscio, who wrote a whole book
about it. But the word has only recently started surfacing tentatively, naughtily and giddily in ordinary North American conversation.
It's questionable whether it's about feminism, the bored tendencies of pop culture denizens, always looking for new ways to impress and shock, or the sexualization of culture. Nonetheless, men and women I know are trying it out, of late. Dropping the c-bomb, then furtively glancing around to gauge impact and collateral damage. Trying to appear casual when they feel anything but. Magazines and newspapers are starting to use it, but still in hangman code (c---), or through hints and verbal gymnastics, similar to "He Who Should Not Be Named" in Harry Potter. And as you can see, though I'm all for treating the c-word as the equivalent, "dick," I still don’t feel right using the actual four letters here.
Unless you're a Brit
It's still "the rudest, crudest, most taboo term in the English language, the superstar of four-letter words," Kathleeen Deveny explains in a Newsweek piece.
"It is a radioactive epithet, guaranteed to get you a trip to HR and maybe even a slap in the face. It was at the heart of the controversy over Lady Chatterley's Lover, and it helped get Tropic of Cancer banned. The plot of Atonement, Ian McEwan's lovely and devastating novel, pivots on the term. (In the movie, the word is never spoken, but the camera zooms in as the protagonist pounds it out on a typewriter.) When a book alleged that John McCain had once called his wife Cindy one, the outrage was bipartisan."
Of course, this stigma doesn't exist over the pond. About a decade ago, when I was living in London, I heard a man call another man the c-word casually, which broke all the rules I knew. Man? Minor infraction? Joking? Teenage-like, I got a naïve thrill from the naughtiness. Then, I started to become almost immune to the word I heard it so much. And Newsweek reports usage is increasing even there: it's been used in The Guardian, the 188-year old British daily, 61 times this year. And a few weeks ago, it appeared for the first time on the cover.
Words, power, and inequality
The question, of course, is why it's such a bad word. I mean, really. As Judy Berman, a Salon writer pointed out, "did you think twice the last time you called some guy a 'dick'?"
Newsweek's Deveny explains some of the stigma. "The derogatory term for vagina just seems so foul, so dirty, so... down there. But wait: isn't the perfectly neutral word 'vagina' enough to send most men screaming from the room?
"Our aversion to the C-word may simply reflect our cultural aversion to the C. 'The suggestion is that, from the Middle Ages through to the 19th century, and perhaps beyond, men have feared the unknown quality of a woman's sexuality, most specifically her ability to deceive when it comes to conception,' writes linguist Ruth Wajnryb in Expletive Deleted. She adds that since 'the c--- is the place where deception and betrayal transpir... the male ego would feel sufficiently threatened to need to deride and denigrate the female quintessence.' Plus, I hear some of them have teeth!"
Salon's Judy Berman argues that "in a larger sense, 'cunt' does not equal 'dick' in our culture because 'woman' still does not equal 'man.' This is also why 'nigger' remains more offensive than 'cracker.' And as long as women are the second sex and African-Americans are the second race, slurs that target these groups will have greater power... I, for one, look forward to the day when I can use both 'cunt' and 'dick' with impunity. And that's not just because I'm a 'bitch.'"
A new era of profanity
I think the day when the c-word can be used with impunity is almost here. And maybe not because of feminism, but despite it. Some of the main stories in the tabloids this week are about a surgically enhanced Heidi Montag posing for Playboy, Carrie Prejean (the topless model, and homophobic former Miss California) suing the pageant, Jon Gosselin (the Jon and Kate Plus Eight dad) partying with bikini-clad women half his age, and, much more tragically, a former porn-star being murdered, dismembered then identified by her silicone implants. Now that sex and women's lady parts are becoming as public, commonplace, and unstigmatized as sliced bread, words for them are too. Even "slut" has all but disappeared from the lexicon.
It'd be near impossible to call any of the above tabloid examples triumphs of even third-wave feminism. But it's undeniable that removing the slur from women's parts and the names for them does benefit women, and signals the birth of a new era of foul language.
The Tyee
The c-word is enjoying a rebirth. Doubly appropriate, given one of its main functions.
There've been a few decades' of feminist effort to reclaim derogatory words -- much like with "queer" or the n-word -- including by uber feminist Germaine Greer, and by Inga Muscio, who wrote a whole book
about it. But the word has only recently started surfacing tentatively, naughtily and giddily in ordinary North American conversation.
It's questionable whether it's about feminism, the bored tendencies of pop culture denizens, always looking for new ways to impress and shock, or the sexualization of culture. Nonetheless, men and women I know are trying it out, of late. Dropping the c-bomb, then furtively glancing around to gauge impact and collateral damage. Trying to appear casual when they feel anything but. Magazines and newspapers are starting to use it, but still in hangman code (c---), or through hints and verbal gymnastics, similar to "He Who Should Not Be Named" in Harry Potter. And as you can see, though I'm all for treating the c-word as the equivalent, "dick," I still don’t feel right using the actual four letters here.
Unless you're a Brit
It's still "the rudest, crudest, most taboo term in the English language, the superstar of four-letter words," Kathleeen Deveny explains in a Newsweek piece.
"It is a radioactive epithet, guaranteed to get you a trip to HR and maybe even a slap in the face. It was at the heart of the controversy over Lady Chatterley's Lover, and it helped get Tropic of Cancer banned. The plot of Atonement, Ian McEwan's lovely and devastating novel, pivots on the term. (In the movie, the word is never spoken, but the camera zooms in as the protagonist pounds it out on a typewriter.) When a book alleged that John McCain had once called his wife Cindy one, the outrage was bipartisan."
Of course, this stigma doesn't exist over the pond. About a decade ago, when I was living in London, I heard a man call another man the c-word casually, which broke all the rules I knew. Man? Minor infraction? Joking? Teenage-like, I got a naïve thrill from the naughtiness. Then, I started to become almost immune to the word I heard it so much. And Newsweek reports usage is increasing even there: it's been used in The Guardian, the 188-year old British daily, 61 times this year. And a few weeks ago, it appeared for the first time on the cover.
Words, power, and inequality
The question, of course, is why it's such a bad word. I mean, really. As Judy Berman, a Salon writer pointed out, "did you think twice the last time you called some guy a 'dick'?"
Newsweek's Deveny explains some of the stigma. "The derogatory term for vagina just seems so foul, so dirty, so... down there. But wait: isn't the perfectly neutral word 'vagina' enough to send most men screaming from the room?
"Our aversion to the C-word may simply reflect our cultural aversion to the C. 'The suggestion is that, from the Middle Ages through to the 19th century, and perhaps beyond, men have feared the unknown quality of a woman's sexuality, most specifically her ability to deceive when it comes to conception,' writes linguist Ruth Wajnryb in Expletive Deleted. She adds that since 'the c--- is the place where deception and betrayal transpir... the male ego would feel sufficiently threatened to need to deride and denigrate the female quintessence.' Plus, I hear some of them have teeth!"
Salon's Judy Berman argues that "in a larger sense, 'cunt' does not equal 'dick' in our culture because 'woman' still does not equal 'man.' This is also why 'nigger' remains more offensive than 'cracker.' And as long as women are the second sex and African-Americans are the second race, slurs that target these groups will have greater power... I, for one, look forward to the day when I can use both 'cunt' and 'dick' with impunity. And that's not just because I'm a 'bitch.'"
A new era of profanity
I think the day when the c-word can be used with impunity is almost here. And maybe not because of feminism, but despite it. Some of the main stories in the tabloids this week are about a surgically enhanced Heidi Montag posing for Playboy, Carrie Prejean (the topless model, and homophobic former Miss California) suing the pageant, Jon Gosselin (the Jon and Kate Plus Eight dad) partying with bikini-clad women half his age, and, much more tragically, a former porn-star being murdered, dismembered then identified by her silicone implants. Now that sex and women's lady parts are becoming as public, commonplace, and unstigmatized as sliced bread, words for them are too. Even "slut" has all but disappeared from the lexicon.
It'd be near impossible to call any of the above tabloid examples triumphs of even third-wave feminism. But it's undeniable that removing the slur from women's parts and the names for them does benefit women, and signals the birth of a new era of foul language.
9/3/09
“Sin Federación No Tenemos Identidad”
La Etnia Pilagá Lucha por el Derecho de las Organizaciones Indígenas
Rebelión
Los dirigentes de la Federación del Pueblo Pilagá mantuvieron una serie de reuniones con altos funcionarios del Estado Nacional para agilizar los marcos regulatorios tendientes a la formalización de las Personerías Jurídicas. Hace tres años que el compromiso del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) se demora sin justificaciones claras.
Los representantes de la Federación del Pueblo Pilagá estuvieron en constantes gestiones con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) para resolver los trámites que formalicen la consolidación de la tan esperada Personería Jurídica. El derecho esencial a ser reconocidos en base al modelo organizativo que plantea el Pueblo Pilagá ha sido sistemáticamente avasallado por las autoridades del INAI, ya que suman tres los años en que las tratativas están detenidas.
Las máximas autoridades de la Federación han insistido en que se busca de una vez por todas que se reconozca a la Federación del Pueblo Pilagá ya que su pueblo pide a gritos la resolución. Cipriana Palomo, suplente del Consejo de Mujeres, destacó que “como Federación hemos solicitado y hemos podido hablar con el presidente del INAI. Estamos buscando la posibilidad de que se acelere este proceso; esto es útil no solamente para la Federación Pilagá sino también para muchas otras organizaciones”.
Por otra parte, Tito Quiroga, Tesorero de la Organización, señaló que “no estamos conformes con el acta que firmamos. Nos dicen que en diciembre va a salir pero nosotros exigimos que sea lo más pronto posible. Y les dijimos que esta es la última confianza que tendremos con ustedes. Queremos un poder a través de nuestra política como Pueblo Pilagá. Tenemos que volver para ver que están haciendo”.
El Pueblo Pilagá se encuentra en el departamento Patiño, provincia de Formosa. La Federación del Pueblo Pilagá es la organización que se creó hace más de veinte años para luchar por el reconocimiento y la dignidad de su pueblo. En la actualidad está conformada por la totalidad de las comunidades (dieciocho), que suman casi seis mil personas. Aunque sea reconocida a nivel nacional e internacional por diferentes instituciones, el INAI aun no ha reglamentado el marco regulatorio para la inscripción de la Personería Jurídica.
Saturnino Miranda, Delegado de la Federación, expresó que “nosotros necesitamos la Personería Jurídica para no estar siempre mendigando. Porque como no tenemos ese documento hay muchas gestiones que no podemos hacer. Además, esta forma de organización es la que concuerda con la cultura y el pensamiento del Pueblo Pilagá. Está claro que sin Federación no tenemos identidad”.
En el año 2001 se presentaron los documentos al INAI para el reconocimiento legal de esta organización, pero aun hoy las políticas aplicadas siguen negándole un derecho fundamental a un pueblo en permanente lucha. Juan Luís Arce, Delegado de la Federación, dijo que “muchas veces se habló sobre la Personería Jurídica en la organización. Muchas cartas se han hecho al INAI, las revisamos y decidimos venir a Buenos Aires para ver si estaba avanzado el trámite”.
Hasta el momento sólo se han firmado actas de compromiso para resolver antes de diciembre del corriente año la dramática situación legal por la que son arrastradas las Organizaciones Indígenas.
Luego de tres reuniones consecutivas con el Licenciado Horacio Pascual, Presidente del INAI, Toledo Fernández, Fiscalizador de la organización, opinó que “parece que es largo el sueño, sentimos que falta responsabilidad del presidente, tiene que hablar seriamente, con la verdad; la verdad tiene que estar como una estrella”.
El importante logro de los dirigentes de la Federación es el acta compromiso firmada por el propio Pascual y por el Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, Licenciado Roberto Ghetti. Ese documento los obliga a concretar el marco regulatorio para las inscripciones de las Personerías Jurídicas de las Organizaciones Indígenas antes del mes de diciembre del corriente año. Ante este gran paso, Raquel Arce, Fiscalizadora de la Federación, manifestó que “el trabajo que estamos haciendo es muy duro. Yo les pido a las mujeres que nos apoyen y nos den sus palabras. Aquellos que tienen conocimiento, aquellos que pueden apoyarnos que nos den fuerza para seguir más adelante, porque no es fácil llevar esta actuación con el presidente del INAI. Yo le recomiendo a las mujeres que nos escuchan, a todos los que nos escuchan, a todos, que nos apoyen y que oren mucho para nosotros podamos seguir adelante”. Asimismo, Miranda dijo que “yo me sentí bien. Más al exigir mis derechos, al ponerlos en práctica. Me siento bien de que nosotros venimos a exigir nuestros derechos. Más allá de los problemas y los obstáculos teníamos este objetivo que nos hace bien”. Y remarcó que “el presidente del INAI parecía que no nos conocía ni le interesaba el tema. Pero nosotros venimos a exigir que se cumplan los compromisos”.
Rebelión
Los dirigentes de la Federación del Pueblo Pilagá mantuvieron una serie de reuniones con altos funcionarios del Estado Nacional para agilizar los marcos regulatorios tendientes a la formalización de las Personerías Jurídicas. Hace tres años que el compromiso del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) se demora sin justificaciones claras.
Los representantes de la Federación del Pueblo Pilagá estuvieron en constantes gestiones con el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) para resolver los trámites que formalicen la consolidación de la tan esperada Personería Jurídica. El derecho esencial a ser reconocidos en base al modelo organizativo que plantea el Pueblo Pilagá ha sido sistemáticamente avasallado por las autoridades del INAI, ya que suman tres los años en que las tratativas están detenidas.
Las máximas autoridades de la Federación han insistido en que se busca de una vez por todas que se reconozca a la Federación del Pueblo Pilagá ya que su pueblo pide a gritos la resolución. Cipriana Palomo, suplente del Consejo de Mujeres, destacó que “como Federación hemos solicitado y hemos podido hablar con el presidente del INAI. Estamos buscando la posibilidad de que se acelere este proceso; esto es útil no solamente para la Federación Pilagá sino también para muchas otras organizaciones”.
Por otra parte, Tito Quiroga, Tesorero de la Organización, señaló que “no estamos conformes con el acta que firmamos. Nos dicen que en diciembre va a salir pero nosotros exigimos que sea lo más pronto posible. Y les dijimos que esta es la última confianza que tendremos con ustedes. Queremos un poder a través de nuestra política como Pueblo Pilagá. Tenemos que volver para ver que están haciendo”.
El Pueblo Pilagá se encuentra en el departamento Patiño, provincia de Formosa. La Federación del Pueblo Pilagá es la organización que se creó hace más de veinte años para luchar por el reconocimiento y la dignidad de su pueblo. En la actualidad está conformada por la totalidad de las comunidades (dieciocho), que suman casi seis mil personas. Aunque sea reconocida a nivel nacional e internacional por diferentes instituciones, el INAI aun no ha reglamentado el marco regulatorio para la inscripción de la Personería Jurídica.
Saturnino Miranda, Delegado de la Federación, expresó que “nosotros necesitamos la Personería Jurídica para no estar siempre mendigando. Porque como no tenemos ese documento hay muchas gestiones que no podemos hacer. Además, esta forma de organización es la que concuerda con la cultura y el pensamiento del Pueblo Pilagá. Está claro que sin Federación no tenemos identidad”.
En el año 2001 se presentaron los documentos al INAI para el reconocimiento legal de esta organización, pero aun hoy las políticas aplicadas siguen negándole un derecho fundamental a un pueblo en permanente lucha. Juan Luís Arce, Delegado de la Federación, dijo que “muchas veces se habló sobre la Personería Jurídica en la organización. Muchas cartas se han hecho al INAI, las revisamos y decidimos venir a Buenos Aires para ver si estaba avanzado el trámite”.
Hasta el momento sólo se han firmado actas de compromiso para resolver antes de diciembre del corriente año la dramática situación legal por la que son arrastradas las Organizaciones Indígenas.
Luego de tres reuniones consecutivas con el Licenciado Horacio Pascual, Presidente del INAI, Toledo Fernández, Fiscalizador de la organización, opinó que “parece que es largo el sueño, sentimos que falta responsabilidad del presidente, tiene que hablar seriamente, con la verdad; la verdad tiene que estar como una estrella”.
El importante logro de los dirigentes de la Federación es el acta compromiso firmada por el propio Pascual y por el Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, Licenciado Roberto Ghetti. Ese documento los obliga a concretar el marco regulatorio para las inscripciones de las Personerías Jurídicas de las Organizaciones Indígenas antes del mes de diciembre del corriente año. Ante este gran paso, Raquel Arce, Fiscalizadora de la Federación, manifestó que “el trabajo que estamos haciendo es muy duro. Yo les pido a las mujeres que nos apoyen y nos den sus palabras. Aquellos que tienen conocimiento, aquellos que pueden apoyarnos que nos den fuerza para seguir más adelante, porque no es fácil llevar esta actuación con el presidente del INAI. Yo le recomiendo a las mujeres que nos escuchan, a todos los que nos escuchan, a todos, que nos apoyen y que oren mucho para nosotros podamos seguir adelante”. Asimismo, Miranda dijo que “yo me sentí bien. Más al exigir mis derechos, al ponerlos en práctica. Me siento bien de que nosotros venimos a exigir nuestros derechos. Más allá de los problemas y los obstáculos teníamos este objetivo que nos hace bien”. Y remarcó que “el presidente del INAI parecía que no nos conocía ni le interesaba el tema. Pero nosotros venimos a exigir que se cumplan los compromisos”.
Facebook and MySpace Users Are Clearly Divided Along Class Lines
By danah boyd
AlterNet
This talk was written for a specific audience -- the attendees of the Personal Democracy Forum, an annual conference on innovations in social networking, technology and politics. This audience is primarily American, primarily liberal-leaning, primarily white and primarily involved professionally in politics in one way or another. Keep this audience in mind when I'm talking about "we" here.
Good morning!
Many of us in this room have had our lives transformed by technology. Some of us have grown up with tech, while others have embraced it as adults. Many of us have become enamored with tech and its transformative potential. And because of this, many of us have become technology advocates. We've worked our way into different institutions, preaching about new opportunities introduced because of the Internet.
Furthermore, many in this room have been active in transforming politics through technology. We've leveraged technology for fundraising and getting out the vote. We could go on and on about political events that have been shaped by technology, from the Obama campaign to the post-election Iranian protests.
All of this is brilliant and powerful, exciting and motivating. But I'm also worried. I'm worried about the rhetoric we use when we talk about technology.
Given what we've experienced and what we witness today, we tend to believe that these technologies are the great equalizers, that they can help anyone participate, that the technologies in and of themselves can revitalize democracy.
In other words, we tend to believe in a certain utopian myth of the Internet as the savior. What if this weren't true?
There's nothing more tricky than standing up in front of a room full of people passionate about transforming society at a conference on big ideas and asking you to do a privilege check, but I'm going to do so anyhow because I'm a masochist.
More acutely, I think that we need to unpack what's happening with technology in order to productively engage with the development of technology. You need to understand the sticking points in order to move the needle in the right direction.
I want to ask a favor here today. I want you to step away from the technohyperbole for just a moment and think about issues of inequality and social stratification with me. I want you to think about the ways in which technology is not equally available or equally transformative.
For decades, we've assumed that inequality in relation to technology has everything to do with "access" and that if we fix the access problem, all will be fine. This is the grand narrative of concepts like the "digital divide."
Yet, increasingly, we're seeing people with similar levels of access engage in fundamentally different ways. And we're seeing a social media landscape where participation "choice" leads to a digital reproduction of social divisions. This is most salient in the States, which is intentionally the focus of my talk here today.
MySpace versus Facebook
Rather than staying in land of abstract, let's go concrete. To do so, let's deal directly with a very specific case study: MySpace versus Facebook.
How many of you currently use Facebook? [90 percent-plus of the audience raises their hands.] How many of you currently use MySpace? [A few lone figures raise their hands.] Look around.
Two weeks ago, comScore released numbers showing that Facebook and MySpace were neck-and-neck in terms of unique user visits in the U.S. The meta-narrative was that Facebook was winning in the States, and that MySpace was dying.
I would argue that the numbers can be read differently. The numbers show that MySpace has neither grown nor faded in the last year, while Facebook has expanded rapidly and has finally reached the same size.
Of course, this is not to say that Facebook isn't doing tremendously. In a business environment where monetization is shaky, the only definition of success is "growth." Given that, it's reasonable to see Facebook as more successful than MySpace this year.
But we still need to account for the fact that as many people visit MySpace as Facebook and that, as exemplified by the people in this room, that's not because there's a complete overlap of users. Even if you think that Facebook is winning the game, we need to account for the fact that 70 million people in the U.S. visited MySpace. That's not small potatoes.
As is the case in many situations, teenagers are a darn good indicator of broader trends.
I'm an ethnographer. For the last four years, I've been traveling the United States, talking to American teenagers about their use of social media. During the 2006-2007 school year, I started noticing a trend.
In each school, in each part of the country, there were teens who opted for MySpace and teens who opted for Facebook. (There were also plenty of teens who used both.) At the beginning of the school year, teens were asking, "Are you on MySpace? Yes or No?" At the end of the school year, the question had transformed to "MySpace or Facebook?"
Given this transformation, I started analyzing my data to understand the transition. I also went back into the field to specifically talk to teens about the tensions between MySpace and Facebook. What follows are quotes from my fieldwork.
In analyzing this data, one can reasonably see this as a matter of individual choice in a competitive market. There are plenty of teenagers who will tell you that they are on one or the other as a matter of personal preference having to do with the features or functionality.
Jordan (15, Austin, Texas): [Facebook has] unlimited pictures. I like that.
Melanie (15, Kansas): I leave a lot more comments on Facebook just because that's more what Facebook's about more than MySpace.
Catalina (15, Austin): [Facebook] doesn’t take eight hours to load the page. That really bothered me [about MySpace].
There are also those who will talk about design and usability.
Anindita (17, Los Angeles): Facebook’s easier than MySpace, but MySpace is more complex. You can add things to it. You can add music, make backgrounds and layouts, but Facebook is just plain white and that’s it.
Heather (16, Iowa): It’s much easier to use Facebook than MySpace. MySpace is a little complicated. You have to be in the network. It’s complicated, and some people are just kind of too lazy to do that.
Teens will also talk about their perceptions of different sites, about what they think certain affordances mean, or how they perceive the sites in relation to values they hold such as safety.
Cachi (18, Iowa): Facebook is less competitive than MySpace. It doesn’t have the Top Eight thing or anything like that, or the background thing.
Tara (16, Michigan): [Facebook] kind of seemed safer, but I don't know like what would make it safer, like what main thing. But like, I don't know, it just seems like everything that people say, it seems safer.
And of course, the dominant explanation teens will give to justify their choice has to do with their friends. Simply put, they go where their friends are.
Kevin (15, Seattle): I’m not big on Facebook; I’m a MySpace guy. I have a Facebook, and I have some friends on it, but most of my friends don’t check it that often, so I don’t check it that often.
Red (17, Iowa): I am on Facebook and MySpace. I don’t talk to people on MySpace anymore … the only reason I still have my MySpace is because my brother’s on there.
All of this would be fine and dandy if friendships and aesthetics and values weren't inherently intertwined with issues of race, socioeconomic status, education and other factors that usually make up our understanding of "class." But they are. And the further into the analysis you go, the more uncomfortable the data might make you feel.
Kat (14, Massachusetts): I'm not really into racism, but I think that MySpace now is more like ghetto or whatever, and Facebook is all ... not all the people that have Facebook are mature, but its supposed to be like, "oh, we're more mature." … MySpace is just old.
This quote provides the key to understanding the distinction between MySpace and Facebook. Choice isn't about features of functionality. It's about the social categories in which we live. It's about choosing sites online that reflect "people like me." And it's about seeing the "other" site as the place where the "other" people go.
Anastasia (17, New York): My school is divided into the "honors kids (I think that is self-explanatory)," the "good not-so-honors kids," "wangstas (they pretend to be tough and black, but when you live in a suburb in Westchester, you can't claim much hood)," the "Latinos/Hispanics (they tend to band together even though they could fit into any other groups)" and the "emo kids (whose lives are allllllways filled with woe)."
We were all in MySpace with our own little social networks, but when Facebook opened its doors to high-schoolers, guess who moved and guess who stayed behind. … The first two groups were the first to go, and then the wangstas split, with half of them on Facebook and the rest on MySpace ... I shifted with the rest of my school to Facebook, and it became the place where the honors kids got together and discussed how they were procrastinating over their next AP English essay.
Teens -- and adults -- use social categories and labels to identify people with values, tastes and social positions. As teens chose between MySpace and Facebook, these sites took on the frames of those social categories.
Nowhere is this more visible than in the language that those who explicitly chose Facebook over MySpace.
Craig (17, California): The higher castes of high school moved to Facebook. It was more cultured, and less cheesy. The lower class usually were content to stick to MySpace. Any high school student who has a Facebook will tell you that MySpace users are more likely to be barely educated and obnoxious. Like Peet’s is more cultured than Starbucks, and jazz is more cultured than bubblegum pop, and like Macs are more cultured than PCs, Facebook is of a cooler caliber than MySpace.
As adults began engaging with Facebook, another twist emerged around perceived maturity. One thing to keep in mind ... there's plenty of documentation about how teenagers from wealthier, more-educated backgrounds are more willing to participate in environments alongside adults than those from poorer backgrounds.
Of course, this language has more to do with perception and values than actual co-participation.
Kaitlyn (14, Georgia): Facebook is for old people.
Melanie (15, Kansas): Facebook is way better. MySpace is just boring, and it’s still lame because you can still make the background like you’re a little kid on Xanga, and Facebook is more like adultness.
In this example, note that Kaitlyn chooses MySpace in order to keep away from "old people," while Melanie embraces Facebook to engage with adult society.
In looking through my data, I found that teens who prefer Facebook are far more likely to be condescending toward those who use MySpace than vice versa. Teens who use MySpace may lament teen Facebook users as "stuck-ups" or "goody-two-shoes" or the "good kids." But they're not nearly as harsh in their language as Facebook users are of those who use MySpace.
Explanations
There are many potential explanations for how we got here.
One explanation comes from looking at the origin points. Early adopters matter -- they shape services in the long term.
MySpace came out first and quickly attracted urban 20-somethings. It spread to teenagers through older siblings and cousins, as well as those who were attracted to indie rock and hip-hop music culture.
Facebook started at Harvard and spread to the Ivy Leagues before spreading more broadly. The first teenagers to hear about Facebook were those connected to the early adopters of Facebook (i.e. the Ivy League-bound types). The desirability of the site spread from those college-bound teens.
As word of these sites spread, teens went to where their friends were. The origin points of these sites explain many of people's choices, especially when it comes to first adoption, because people adopt the sites that their friends adopt. Yet, it doesn't explain why people some people left MySpace to join Facebook and others did not.
One way of thinking about the transition from MySpace to Facebook is through the frame of fashion cycles and fads. MySpace was first; arguably, some people got sick of it and, when Facebook came along, voila! This is certainly true for many teens (and adults), but this explanation would only work if MySpace was dead, or if users of MySpace thought of it as uncool.
The fact is MySpace is still quite popular among a certain segment of the population. Only a month ago, I was doing fieldwork in Atlanta, where I found heavy usage of MySpace among certain groups of youth. They knew of Facebook but had no interest in leaving MySpace to join Facebook.
Herein lies the reality that makes all of this quite messy to deal with.
It wasn't just anyone who left MySpace to go to Facebook. In fact, if we want to get to the crux of what unfolded, we might as well face an uncomfortable reality: What happened was modern-day "white flight."
Whites were more likely to leave or choose Facebook. The educated were more likely to leave or choose Facebook. Those from wealthier backgrounds were more likely to leave or choose Facebook. Those from the suburbs were more likely to leave or choose Facebook. Those who deserted MySpace did so by "choice," but their decision to do so was wrapped up in their connections to others, in their belief that a more peaceful, quiet, less-public space would be more idyllic.
This dynamic was furthered by the press, an institution that stems from privilege and tends to reflect the lives of a more privileged class of people. They narrated MySpace as the dangerous underbelly of the Internet, while Facebook was the utopian savior.
And here we get back to Kat's point: MySpace has become the "ghetto" of the digital landscape. The people there are more likely to be brown or black and to have a set of values that terrifies white society. And many of us have habitually crossed the street to avoid what is seen as the riffraff.
The fact that digital migration is revealing the same social patterns as urban white flight should send warning signals to everyone out there. And if we think back to the language used by teens who use Facebook when talking about MySpace, we should be truly alarmed.
Those who are from privileged backgrounds tend to be far more condescending toward those who are not than vice versa. Many of us in this room come from privileged worlds where we want to "help" those who are not well-off. Here is where a privilege-check is necessary.
How often do our language and mannerisms reflect a problematic level of condescension? Perhaps we should look at our teens. They are certainly speaking in a manner that reveals distrust and condescension.
I highlight this because I think that we need to think twice when we dismiss or devalue popular "mainstream" trends and environments.
The mainstream isn't all from a privileged background, and the values they bring to the table may look quite different than ours.
I suspect that, more often than not, what we're dismissing are the values and cultures of people who are different. I think that this is blatantly true when the fear becomes operationalized.
Fear of the "other" is core to white flight; it is core to suburban attitudes about urban life. But the same thing holds online. Take for example the moral panics around MySpace and online sexual predators.
The data have consistently shown that MySpace is not a site of increased risk for youth and that risky behavior is more likely to occur in chatrooms than on MySpace. Yet, if you're a parent of a teen in this room, you're probably scared shitless of MySpace.
Why? What are you scared of? Are you scared of the site, or the possibility that your child might be exposed to values that are different than yours? Are you scared of the display of sexuality, or just the display of working-class sexuality? Needless to say, that's a topic for a whole different conversation.
While teens are the starting point of this division, it has percolated through adult adoption as well. And more explicitly so.
Unlike teens, who are often straddling MySpace and Facebook, most adults are active on one or the other, unless they have a specific professional or hobby-based reason to be on both. Many of you know people who joined Facebook in the last year. Well, numerous adults have also joined MySpace in the last year.
My guess is that not many of you know adults who have recently created accounts on MySpace. Why? Because they probably aren't like you.
In many ways, adult worlds are even more divided than teen worlds. Adults are less likely to know other adults who aren't like them than teens are.
There's a concept in sociology called "homophily." It means birds of a feather stick together. Whites know whites. Democrats know Democrats. Urbanites know urbanites. Tech people know tech people. Rich people know rich people.
And before you immediately start listing the people you know that aren't like you, realize that this is the auto-reaction to an uncomfortable reality (more colloquially noticeable when people refer to "my black friend ...").
Structurally, social networks are driven by homophily even when there are individual exceptions. And sure enough, in the digital world, we see this manifested right before our eyes.
One thing to keep in mind about social media: the Internet mirrors and magnifies pre-existing dynamics. And it makes many different realities much more visible than ever before.
Racial divisions in American society should not shock anyone in this room, but the explicitness of them online can be quite startling. For example, even schools that are "integrated" show racial rifts through Friending practices.
You can see homophily online, and you can see the ways in which people who share physical space do not share emotional connections.
Implications
So why am I telling you that Facebook and MySpace are divided by race, class, education and other factors? Because it matters. And we need to talk about and address the implications of this divides.
First off, when people are structurally divided, they do not share space with one another, and they do not communicate with one another. This can and does breed intolerance.
Sociologists are obsessed with homophily because of the social and economic implications for such divisions. If you don't know people who are different than you, you don't trust them. Think about this in the context of the politics around gay rights. The No. 1 predictor for how someone will side in issues of gay rights is whether or not they know someone who is gay.
Social-network sites complicate this even further. Social-network sites are not like e-mail, where it doesn't matter if you're on Hotmail or Yahoo.
When you choose MySpace or Facebook, you can't send messages to people on the other site. You can't Friend people on the other site. There's a cultural wall between users. And if there's no way for people to communicate across the divide, you can never expect them to do so.
All this said, people are already divided, and we accept that people from different backgrounds inhabit different environments. We cannot expect technology to automatically integrate people and generate cultural harmony.
Although most of you call these sites "social-networking sites," there's almost no networking going on. People use these sites to connect to the people they know.
In other words, even if they could talk across the divide, they might not anyhow. And even when people talk across differences, it doesn't automatically solve underlying tensions. Racial integration of schools was valuable for many reasons, but it didn't solve racism in this country.
But here's the main issue with social divisions. We can accept when people choose to connect to people who are like them and not friend different others. But can we accept when institutions and services only support a portion of the network? When politicians only address half of their constituency? When educators and policy makers engage with people only through the tools of the privileged?
When we start leveraging technology to meet specific goals, we may reinforce the divisions that we're trying to address.
If you want people to connect around politics and democracy, information and ideas, you need to understand the divisions that exist.
Many of us in this room see social-network sites as a modern-day incarnation of the public sphere. Politicians log in to these sites to connect with constituents and hear their voices. Campaign managers and activists try to rally people through these sites. Market researchers try to get a sense of people's opinions through these sites. Educators try to connect with students and build knowledge-sharing communities. This is fantastic. But there isn't one uniform public sphere. There are numerous publics (and counterpublics).
In many ways, the Internet is providing a next-generation public sphere. Unfortunately, it's also bringing with it next-generation divides.
The public sphere was never accessible to everyone. There's a reason that the scholar Habermas talked about it as the bourgeois public sphere.
The public sphere was historically the domain of educated, wealthy, white, straight men. The digital public sphere may make certain aspects of public life more accessible to some, but this is not a given.
And if the ways in which we construct the digital public sphere reinforce the divisions that we've been trying to break down, we've got a problem.
Not everyone has the skills or understanding to engage with the public sphere in a meaningful manner.
If you think that civics education is in bad shape in this country, take a look at media literacy. Digital publics combine the worst of both of these.
Most of you in this room learned to use Twitter and Facebook through your friends. Collectively, you set the norms for what is appropriate among your network. If you aren't part of these networks, these technologies may feel very foreign.
I recommend each and every one of you to log in to MySpace and try to make sense of it today. It will feel foreign to you because it's not your community, it's not your friends. Now imagine how people who aren't like you feel when they walk into Facebook or Twitter.
So as we think about creating public spaces, what's the meeting point for our conversations? Is it MySpace or Facebook? Twitter or IRC?
What you choose matters. Where you and your colleagues hang out matters. The "voices" of the Internet that you get are biased by the people who are in the places that you hang out.
But do you know this? Do you account for it? Are you working to represent all people, or just the people that you can see and hear? When you're trying to reach out to people, are you trying to reach out to all people, or just the people in the environments that you understand? Are you embracing difference, or are you only taking into account that with which you are comfortable?
In the U.S., we can talk about MySpace and Facebook, but the politics are different in every country.
What divides people often differs as well, although "class" is still salient almost everywhere. For example, if you look at Indian use of social media, you'll see a divide between Orkut and Facebook that plays out along caste and professional lines.
Even if you're not working in the States, you need to account for social divisions. You just might have to look in different places.
Divides also play out inside sites.
Consider everyone's beloved Twitter. For starters, who uses the site represents a small minority of American (let alone international) online participants.
Teens, for example, are not using the site. But even among those who are, they aren't part of one gigantic public space. Consider the discussion of the Iranian election. If you were in certain cohorts, you couldn't miss the greenification of people's profiles, the discussions of #iranelection.
But, even though said conversations were massively prolific, only a small percentage of the user base was even aware of this beyond the trending topic. Those who were following 50 Cent and Miley Cyrus were oblivious to these conversations. And, in a matter of moments, this became visible when Michael Jackson died and captured the attention of a much broader swath of users, nearly taking Twitter down with it.
In your world, Iran probably matters more than Michael Jackson. But don't for a second think that this is universal.
MySpace versus Facebook is not the only divide taking place online, nor will it be the last. These divides are going to keep on happening as social media becomes increasingly prevalent and as features of social media are baked into every site on the Web.
Takeaways
Talking about inequality and social stratification is difficult and messy.
Even as I'm diving into this data, I find myself struggling to get my words around these issues because it is patently clear that Americans -- self included -- do not have a language for talking about issues of race and class and stratification.
Academically, we primarily rely on British language, but this doesn't work so well in the States. So, as you think about these issues, don't feel badly if you find yourself stumbling over words or facing ideas that you can't articulate. Goddess knows, I struggled in writing this talk.
And I'm sure that I offended some, but my hope here is to get to the crux of the story, even if my language is imprecise.
Before I leave you, I want to more explicitly highlight the ideas I hope you can take away from this talk:
1) Social stratification is pervasive in American society (and around the globe). Social media does not magically eradicate inequality. Rather, it mirrors what is happening in everyday life and makes social divisions visible.
What we see online is not the property of these specific sites but the pattern of adoption and development that emerged as people embraced them. People brought their biases with them to these sites, and they got baked in.
2) There is no universal public online. What we see as user "choice" in social media often has to do with structural forces like homophily in people's social networks. Social stratification in this country is not cleanly linked to race or education or socioeconomic factors, although all are certainly present.
More than anything, social stratification is a social-networks issue. People connect to people who think like them, and they think like the people with whom they are connected. The digital publics that unfold highlight and reinforce structural divisions.
3) If you are trying to connect with the public, where you go online matters. If you choose to make Facebook your platform for civic activity, you are implicitly suggesting that a specific class of people is more worth your time and attention than others.
Of course, splitting your attention can also be costly and doesn't necessarily mean that you'll be reaching everyone anyhow. You're damned if you do, and damned if you don't. The key to developing a social-media strategy is to understand who you're reaching and who you're not and make certain that your perspective is accounting for said choices.
Understand your biases and work to counter them.
4) The Internet has enabled many new voices to enter the political fray, but not everyone is sitting at the table. There's a terrible tendency in this country, and especially among politically minded folks, to interpret an advancement as a solution.
We have not eradicated racism. We have not eradicated sexism. We have not eradicated inequality.
While we've made tremendous strides in certain battles, the war is not over. The worst thing we can do is to walk away and congratulate ourselves for all of the good things that have happened. Such attitudes create new breeding grounds for increased stratification.
The more that we rely on certain kinds of social media as the solution, the more we define a modern-day "second-class citizenship."
We desperately need to address issues of access and media literacy to combat this, but we also need to re-engage around broader issues of inequality, intolerance and social divisions.
Technology isn't the savior, but it sure can highlight the work we need to do. We have some serious work to do, work that goes beyond technology. We can use technology as a tool to connect with people, but we can't assume that it will eliminate all of the serious issues we have to face in this country.
My hope is that each and every one of you might begin looking at social media with a critical eye. This is a tremendous time, filled with inspiring case studies. But it's also a harrowing time where pervasive social stratification is being reified in a new era.
If we don't address this head on, inequality will develop deeper roots that will further cement divisions in our lives. Please don't look the other way. Please use this as an opportunity to face our societal issues head-on. Thank you!
More Information
This talk is based on research for a much broader project. To learn more, check out Chapter Five in Taken Out of Context: American Teen Sociality in Networked Publics. More detailed (and better theorized) work in this area will be coming soon.
If you are looking for quantitative work on this topic, check out Eszter Hargittai's Journal of Computer-Mediated Communication article "Whose Space? Differences Among Users and Non-Users of Social Network Sites."
danah boyd is a social media researcher at Microsoft Research New England and a is fellow at Harvard Law School's Berkman Center for Internet and Society.
AlterNet
This talk was written for a specific audience -- the attendees of the Personal Democracy Forum, an annual conference on innovations in social networking, technology and politics. This audience is primarily American, primarily liberal-leaning, primarily white and primarily involved professionally in politics in one way or another. Keep this audience in mind when I'm talking about "we" here.
Good morning!
Many of us in this room have had our lives transformed by technology. Some of us have grown up with tech, while others have embraced it as adults. Many of us have become enamored with tech and its transformative potential. And because of this, many of us have become technology advocates. We've worked our way into different institutions, preaching about new opportunities introduced because of the Internet.
Furthermore, many in this room have been active in transforming politics through technology. We've leveraged technology for fundraising and getting out the vote. We could go on and on about political events that have been shaped by technology, from the Obama campaign to the post-election Iranian protests.
All of this is brilliant and powerful, exciting and motivating. But I'm also worried. I'm worried about the rhetoric we use when we talk about technology.
Given what we've experienced and what we witness today, we tend to believe that these technologies are the great equalizers, that they can help anyone participate, that the technologies in and of themselves can revitalize democracy.
In other words, we tend to believe in a certain utopian myth of the Internet as the savior. What if this weren't true?
There's nothing more tricky than standing up in front of a room full of people passionate about transforming society at a conference on big ideas and asking you to do a privilege check, but I'm going to do so anyhow because I'm a masochist.
More acutely, I think that we need to unpack what's happening with technology in order to productively engage with the development of technology. You need to understand the sticking points in order to move the needle in the right direction.
I want to ask a favor here today. I want you to step away from the technohyperbole for just a moment and think about issues of inequality and social stratification with me. I want you to think about the ways in which technology is not equally available or equally transformative.
For decades, we've assumed that inequality in relation to technology has everything to do with "access" and that if we fix the access problem, all will be fine. This is the grand narrative of concepts like the "digital divide."
Yet, increasingly, we're seeing people with similar levels of access engage in fundamentally different ways. And we're seeing a social media landscape where participation "choice" leads to a digital reproduction of social divisions. This is most salient in the States, which is intentionally the focus of my talk here today.
MySpace versus Facebook
Rather than staying in land of abstract, let's go concrete. To do so, let's deal directly with a very specific case study: MySpace versus Facebook.
How many of you currently use Facebook? [90 percent-plus of the audience raises their hands.] How many of you currently use MySpace? [A few lone figures raise their hands.] Look around.
Two weeks ago, comScore released numbers showing that Facebook and MySpace were neck-and-neck in terms of unique user visits in the U.S. The meta-narrative was that Facebook was winning in the States, and that MySpace was dying.
I would argue that the numbers can be read differently. The numbers show that MySpace has neither grown nor faded in the last year, while Facebook has expanded rapidly and has finally reached the same size.
Of course, this is not to say that Facebook isn't doing tremendously. In a business environment where monetization is shaky, the only definition of success is "growth." Given that, it's reasonable to see Facebook as more successful than MySpace this year.
But we still need to account for the fact that as many people visit MySpace as Facebook and that, as exemplified by the people in this room, that's not because there's a complete overlap of users. Even if you think that Facebook is winning the game, we need to account for the fact that 70 million people in the U.S. visited MySpace. That's not small potatoes.
As is the case in many situations, teenagers are a darn good indicator of broader trends.
I'm an ethnographer. For the last four years, I've been traveling the United States, talking to American teenagers about their use of social media. During the 2006-2007 school year, I started noticing a trend.
In each school, in each part of the country, there were teens who opted for MySpace and teens who opted for Facebook. (There were also plenty of teens who used both.) At the beginning of the school year, teens were asking, "Are you on MySpace? Yes or No?" At the end of the school year, the question had transformed to "MySpace or Facebook?"
Given this transformation, I started analyzing my data to understand the transition. I also went back into the field to specifically talk to teens about the tensions between MySpace and Facebook. What follows are quotes from my fieldwork.
In analyzing this data, one can reasonably see this as a matter of individual choice in a competitive market. There are plenty of teenagers who will tell you that they are on one or the other as a matter of personal preference having to do with the features or functionality.
Jordan (15, Austin, Texas): [Facebook has] unlimited pictures. I like that.
Melanie (15, Kansas): I leave a lot more comments on Facebook just because that's more what Facebook's about more than MySpace.
Catalina (15, Austin): [Facebook] doesn’t take eight hours to load the page. That really bothered me [about MySpace].
There are also those who will talk about design and usability.
Anindita (17, Los Angeles): Facebook’s easier than MySpace, but MySpace is more complex. You can add things to it. You can add music, make backgrounds and layouts, but Facebook is just plain white and that’s it.
Heather (16, Iowa): It’s much easier to use Facebook than MySpace. MySpace is a little complicated. You have to be in the network. It’s complicated, and some people are just kind of too lazy to do that.
Teens will also talk about their perceptions of different sites, about what they think certain affordances mean, or how they perceive the sites in relation to values they hold such as safety.
Cachi (18, Iowa): Facebook is less competitive than MySpace. It doesn’t have the Top Eight thing or anything like that, or the background thing.
Tara (16, Michigan): [Facebook] kind of seemed safer, but I don't know like what would make it safer, like what main thing. But like, I don't know, it just seems like everything that people say, it seems safer.
And of course, the dominant explanation teens will give to justify their choice has to do with their friends. Simply put, they go where their friends are.
Kevin (15, Seattle): I’m not big on Facebook; I’m a MySpace guy. I have a Facebook, and I have some friends on it, but most of my friends don’t check it that often, so I don’t check it that often.
Red (17, Iowa): I am on Facebook and MySpace. I don’t talk to people on MySpace anymore … the only reason I still have my MySpace is because my brother’s on there.
All of this would be fine and dandy if friendships and aesthetics and values weren't inherently intertwined with issues of race, socioeconomic status, education and other factors that usually make up our understanding of "class." But they are. And the further into the analysis you go, the more uncomfortable the data might make you feel.
Kat (14, Massachusetts): I'm not really into racism, but I think that MySpace now is more like ghetto or whatever, and Facebook is all ... not all the people that have Facebook are mature, but its supposed to be like, "oh, we're more mature." … MySpace is just old.
This quote provides the key to understanding the distinction between MySpace and Facebook. Choice isn't about features of functionality. It's about the social categories in which we live. It's about choosing sites online that reflect "people like me." And it's about seeing the "other" site as the place where the "other" people go.
Anastasia (17, New York): My school is divided into the "honors kids (I think that is self-explanatory)," the "good not-so-honors kids," "wangstas (they pretend to be tough and black, but when you live in a suburb in Westchester, you can't claim much hood)," the "Latinos/Hispanics (they tend to band together even though they could fit into any other groups)" and the "emo kids (whose lives are allllllways filled with woe)."
We were all in MySpace with our own little social networks, but when Facebook opened its doors to high-schoolers, guess who moved and guess who stayed behind. … The first two groups were the first to go, and then the wangstas split, with half of them on Facebook and the rest on MySpace ... I shifted with the rest of my school to Facebook, and it became the place where the honors kids got together and discussed how they were procrastinating over their next AP English essay.
Teens -- and adults -- use social categories and labels to identify people with values, tastes and social positions. As teens chose between MySpace and Facebook, these sites took on the frames of those social categories.
Nowhere is this more visible than in the language that those who explicitly chose Facebook over MySpace.
Craig (17, California): The higher castes of high school moved to Facebook. It was more cultured, and less cheesy. The lower class usually were content to stick to MySpace. Any high school student who has a Facebook will tell you that MySpace users are more likely to be barely educated and obnoxious. Like Peet’s is more cultured than Starbucks, and jazz is more cultured than bubblegum pop, and like Macs are more cultured than PCs, Facebook is of a cooler caliber than MySpace.
As adults began engaging with Facebook, another twist emerged around perceived maturity. One thing to keep in mind ... there's plenty of documentation about how teenagers from wealthier, more-educated backgrounds are more willing to participate in environments alongside adults than those from poorer backgrounds.
Of course, this language has more to do with perception and values than actual co-participation.
Kaitlyn (14, Georgia): Facebook is for old people.
Melanie (15, Kansas): Facebook is way better. MySpace is just boring, and it’s still lame because you can still make the background like you’re a little kid on Xanga, and Facebook is more like adultness.
In this example, note that Kaitlyn chooses MySpace in order to keep away from "old people," while Melanie embraces Facebook to engage with adult society.
In looking through my data, I found that teens who prefer Facebook are far more likely to be condescending toward those who use MySpace than vice versa. Teens who use MySpace may lament teen Facebook users as "stuck-ups" or "goody-two-shoes" or the "good kids." But they're not nearly as harsh in their language as Facebook users are of those who use MySpace.
Explanations
There are many potential explanations for how we got here.
One explanation comes from looking at the origin points. Early adopters matter -- they shape services in the long term.
MySpace came out first and quickly attracted urban 20-somethings. It spread to teenagers through older siblings and cousins, as well as those who were attracted to indie rock and hip-hop music culture.
Facebook started at Harvard and spread to the Ivy Leagues before spreading more broadly. The first teenagers to hear about Facebook were those connected to the early adopters of Facebook (i.e. the Ivy League-bound types). The desirability of the site spread from those college-bound teens.
As word of these sites spread, teens went to where their friends were. The origin points of these sites explain many of people's choices, especially when it comes to first adoption, because people adopt the sites that their friends adopt. Yet, it doesn't explain why people some people left MySpace to join Facebook and others did not.
One way of thinking about the transition from MySpace to Facebook is through the frame of fashion cycles and fads. MySpace was first; arguably, some people got sick of it and, when Facebook came along, voila! This is certainly true for many teens (and adults), but this explanation would only work if MySpace was dead, or if users of MySpace thought of it as uncool.
The fact is MySpace is still quite popular among a certain segment of the population. Only a month ago, I was doing fieldwork in Atlanta, where I found heavy usage of MySpace among certain groups of youth. They knew of Facebook but had no interest in leaving MySpace to join Facebook.
Herein lies the reality that makes all of this quite messy to deal with.
It wasn't just anyone who left MySpace to go to Facebook. In fact, if we want to get to the crux of what unfolded, we might as well face an uncomfortable reality: What happened was modern-day "white flight."
Whites were more likely to leave or choose Facebook. The educated were more likely to leave or choose Facebook. Those from wealthier backgrounds were more likely to leave or choose Facebook. Those from the suburbs were more likely to leave or choose Facebook. Those who deserted MySpace did so by "choice," but their decision to do so was wrapped up in their connections to others, in their belief that a more peaceful, quiet, less-public space would be more idyllic.
This dynamic was furthered by the press, an institution that stems from privilege and tends to reflect the lives of a more privileged class of people. They narrated MySpace as the dangerous underbelly of the Internet, while Facebook was the utopian savior.
And here we get back to Kat's point: MySpace has become the "ghetto" of the digital landscape. The people there are more likely to be brown or black and to have a set of values that terrifies white society. And many of us have habitually crossed the street to avoid what is seen as the riffraff.
The fact that digital migration is revealing the same social patterns as urban white flight should send warning signals to everyone out there. And if we think back to the language used by teens who use Facebook when talking about MySpace, we should be truly alarmed.
Those who are from privileged backgrounds tend to be far more condescending toward those who are not than vice versa. Many of us in this room come from privileged worlds where we want to "help" those who are not well-off. Here is where a privilege-check is necessary.
How often do our language and mannerisms reflect a problematic level of condescension? Perhaps we should look at our teens. They are certainly speaking in a manner that reveals distrust and condescension.
I highlight this because I think that we need to think twice when we dismiss or devalue popular "mainstream" trends and environments.
The mainstream isn't all from a privileged background, and the values they bring to the table may look quite different than ours.
I suspect that, more often than not, what we're dismissing are the values and cultures of people who are different. I think that this is blatantly true when the fear becomes operationalized.
Fear of the "other" is core to white flight; it is core to suburban attitudes about urban life. But the same thing holds online. Take for example the moral panics around MySpace and online sexual predators.
The data have consistently shown that MySpace is not a site of increased risk for youth and that risky behavior is more likely to occur in chatrooms than on MySpace. Yet, if you're a parent of a teen in this room, you're probably scared shitless of MySpace.
Why? What are you scared of? Are you scared of the site, or the possibility that your child might be exposed to values that are different than yours? Are you scared of the display of sexuality, or just the display of working-class sexuality? Needless to say, that's a topic for a whole different conversation.
While teens are the starting point of this division, it has percolated through adult adoption as well. And more explicitly so.
Unlike teens, who are often straddling MySpace and Facebook, most adults are active on one or the other, unless they have a specific professional or hobby-based reason to be on both. Many of you know people who joined Facebook in the last year. Well, numerous adults have also joined MySpace in the last year.
My guess is that not many of you know adults who have recently created accounts on MySpace. Why? Because they probably aren't like you.
In many ways, adult worlds are even more divided than teen worlds. Adults are less likely to know other adults who aren't like them than teens are.
There's a concept in sociology called "homophily." It means birds of a feather stick together. Whites know whites. Democrats know Democrats. Urbanites know urbanites. Tech people know tech people. Rich people know rich people.
And before you immediately start listing the people you know that aren't like you, realize that this is the auto-reaction to an uncomfortable reality (more colloquially noticeable when people refer to "my black friend ...").
Structurally, social networks are driven by homophily even when there are individual exceptions. And sure enough, in the digital world, we see this manifested right before our eyes.
One thing to keep in mind about social media: the Internet mirrors and magnifies pre-existing dynamics. And it makes many different realities much more visible than ever before.
Racial divisions in American society should not shock anyone in this room, but the explicitness of them online can be quite startling. For example, even schools that are "integrated" show racial rifts through Friending practices.
You can see homophily online, and you can see the ways in which people who share physical space do not share emotional connections.
Implications
So why am I telling you that Facebook and MySpace are divided by race, class, education and other factors? Because it matters. And we need to talk about and address the implications of this divides.
First off, when people are structurally divided, they do not share space with one another, and they do not communicate with one another. This can and does breed intolerance.
Sociologists are obsessed with homophily because of the social and economic implications for such divisions. If you don't know people who are different than you, you don't trust them. Think about this in the context of the politics around gay rights. The No. 1 predictor for how someone will side in issues of gay rights is whether or not they know someone who is gay.
Social-network sites complicate this even further. Social-network sites are not like e-mail, where it doesn't matter if you're on Hotmail or Yahoo.
When you choose MySpace or Facebook, you can't send messages to people on the other site. You can't Friend people on the other site. There's a cultural wall between users. And if there's no way for people to communicate across the divide, you can never expect them to do so.
All this said, people are already divided, and we accept that people from different backgrounds inhabit different environments. We cannot expect technology to automatically integrate people and generate cultural harmony.
Although most of you call these sites "social-networking sites," there's almost no networking going on. People use these sites to connect to the people they know.
In other words, even if they could talk across the divide, they might not anyhow. And even when people talk across differences, it doesn't automatically solve underlying tensions. Racial integration of schools was valuable for many reasons, but it didn't solve racism in this country.
But here's the main issue with social divisions. We can accept when people choose to connect to people who are like them and not friend different others. But can we accept when institutions and services only support a portion of the network? When politicians only address half of their constituency? When educators and policy makers engage with people only through the tools of the privileged?
When we start leveraging technology to meet specific goals, we may reinforce the divisions that we're trying to address.
If you want people to connect around politics and democracy, information and ideas, you need to understand the divisions that exist.
Many of us in this room see social-network sites as a modern-day incarnation of the public sphere. Politicians log in to these sites to connect with constituents and hear their voices. Campaign managers and activists try to rally people through these sites. Market researchers try to get a sense of people's opinions through these sites. Educators try to connect with students and build knowledge-sharing communities. This is fantastic. But there isn't one uniform public sphere. There are numerous publics (and counterpublics).
In many ways, the Internet is providing a next-generation public sphere. Unfortunately, it's also bringing with it next-generation divides.
The public sphere was never accessible to everyone. There's a reason that the scholar Habermas talked about it as the bourgeois public sphere.
The public sphere was historically the domain of educated, wealthy, white, straight men. The digital public sphere may make certain aspects of public life more accessible to some, but this is not a given.
And if the ways in which we construct the digital public sphere reinforce the divisions that we've been trying to break down, we've got a problem.
Not everyone has the skills or understanding to engage with the public sphere in a meaningful manner.
If you think that civics education is in bad shape in this country, take a look at media literacy. Digital publics combine the worst of both of these.
Most of you in this room learned to use Twitter and Facebook through your friends. Collectively, you set the norms for what is appropriate among your network. If you aren't part of these networks, these technologies may feel very foreign.
I recommend each and every one of you to log in to MySpace and try to make sense of it today. It will feel foreign to you because it's not your community, it's not your friends. Now imagine how people who aren't like you feel when they walk into Facebook or Twitter.
So as we think about creating public spaces, what's the meeting point for our conversations? Is it MySpace or Facebook? Twitter or IRC?
What you choose matters. Where you and your colleagues hang out matters. The "voices" of the Internet that you get are biased by the people who are in the places that you hang out.
But do you know this? Do you account for it? Are you working to represent all people, or just the people that you can see and hear? When you're trying to reach out to people, are you trying to reach out to all people, or just the people in the environments that you understand? Are you embracing difference, or are you only taking into account that with which you are comfortable?
In the U.S., we can talk about MySpace and Facebook, but the politics are different in every country.
What divides people often differs as well, although "class" is still salient almost everywhere. For example, if you look at Indian use of social media, you'll see a divide between Orkut and Facebook that plays out along caste and professional lines.
Even if you're not working in the States, you need to account for social divisions. You just might have to look in different places.
Divides also play out inside sites.
Consider everyone's beloved Twitter. For starters, who uses the site represents a small minority of American (let alone international) online participants.
Teens, for example, are not using the site. But even among those who are, they aren't part of one gigantic public space. Consider the discussion of the Iranian election. If you were in certain cohorts, you couldn't miss the greenification of people's profiles, the discussions of #iranelection.
But, even though said conversations were massively prolific, only a small percentage of the user base was even aware of this beyond the trending topic. Those who were following 50 Cent and Miley Cyrus were oblivious to these conversations. And, in a matter of moments, this became visible when Michael Jackson died and captured the attention of a much broader swath of users, nearly taking Twitter down with it.
In your world, Iran probably matters more than Michael Jackson. But don't for a second think that this is universal.
MySpace versus Facebook is not the only divide taking place online, nor will it be the last. These divides are going to keep on happening as social media becomes increasingly prevalent and as features of social media are baked into every site on the Web.
Takeaways
Talking about inequality and social stratification is difficult and messy.
Even as I'm diving into this data, I find myself struggling to get my words around these issues because it is patently clear that Americans -- self included -- do not have a language for talking about issues of race and class and stratification.
Academically, we primarily rely on British language, but this doesn't work so well in the States. So, as you think about these issues, don't feel badly if you find yourself stumbling over words or facing ideas that you can't articulate. Goddess knows, I struggled in writing this talk.
And I'm sure that I offended some, but my hope here is to get to the crux of the story, even if my language is imprecise.
Before I leave you, I want to more explicitly highlight the ideas I hope you can take away from this talk:
1) Social stratification is pervasive in American society (and around the globe). Social media does not magically eradicate inequality. Rather, it mirrors what is happening in everyday life and makes social divisions visible.
What we see online is not the property of these specific sites but the pattern of adoption and development that emerged as people embraced them. People brought their biases with them to these sites, and they got baked in.
2) There is no universal public online. What we see as user "choice" in social media often has to do with structural forces like homophily in people's social networks. Social stratification in this country is not cleanly linked to race or education or socioeconomic factors, although all are certainly present.
More than anything, social stratification is a social-networks issue. People connect to people who think like them, and they think like the people with whom they are connected. The digital publics that unfold highlight and reinforce structural divisions.
3) If you are trying to connect with the public, where you go online matters. If you choose to make Facebook your platform for civic activity, you are implicitly suggesting that a specific class of people is more worth your time and attention than others.
Of course, splitting your attention can also be costly and doesn't necessarily mean that you'll be reaching everyone anyhow. You're damned if you do, and damned if you don't. The key to developing a social-media strategy is to understand who you're reaching and who you're not and make certain that your perspective is accounting for said choices.
Understand your biases and work to counter them.
4) The Internet has enabled many new voices to enter the political fray, but not everyone is sitting at the table. There's a terrible tendency in this country, and especially among politically minded folks, to interpret an advancement as a solution.
We have not eradicated racism. We have not eradicated sexism. We have not eradicated inequality.
While we've made tremendous strides in certain battles, the war is not over. The worst thing we can do is to walk away and congratulate ourselves for all of the good things that have happened. Such attitudes create new breeding grounds for increased stratification.
The more that we rely on certain kinds of social media as the solution, the more we define a modern-day "second-class citizenship."
We desperately need to address issues of access and media literacy to combat this, but we also need to re-engage around broader issues of inequality, intolerance and social divisions.
Technology isn't the savior, but it sure can highlight the work we need to do. We have some serious work to do, work that goes beyond technology. We can use technology as a tool to connect with people, but we can't assume that it will eliminate all of the serious issues we have to face in this country.
My hope is that each and every one of you might begin looking at social media with a critical eye. This is a tremendous time, filled with inspiring case studies. But it's also a harrowing time where pervasive social stratification is being reified in a new era.
If we don't address this head on, inequality will develop deeper roots that will further cement divisions in our lives. Please don't look the other way. Please use this as an opportunity to face our societal issues head-on. Thank you!
More Information
This talk is based on research for a much broader project. To learn more, check out Chapter Five in Taken Out of Context: American Teen Sociality in Networked Publics. More detailed (and better theorized) work in this area will be coming soon.
If you are looking for quantitative work on this topic, check out Eszter Hargittai's Journal of Computer-Mediated Communication article "Whose Space? Differences Among Users and Non-Users of Social Network Sites."
danah boyd is a social media researcher at Microsoft Research New England and a is fellow at Harvard Law School's Berkman Center for Internet and Society.
La Población Intenta Resistir el Proceso de Arabización de sus Costumbres
Bereberes llamados a resistir
Daan Bauwens
IPS
Las transmisiones vía satélite han acelerado la devastación del patrimonio cultural de la comunidad bereber de Marruecos. Antiguas tradiciones ahora se desvanecen bajo la influencia de los imanes que predican desde la televisión.
Los bereberes son un pueblo autóctono del norte de África. Están presentes en el Magreb desde hace unos 5.000 años. Geográficamente, su tierra natal se extiende desde el océano Atlántico hasta la frontera entre Egipto y Libia, y desde la costa del mar Mediterráneo hasta Níger, Malí y Burkina Faso.
Se estima que en esa región viven entre 30 y 40 millones de ellos, principalmente en Argelia y Marruecos.
En el mundo se conoce a los bereberes como comerciantes nómadas que cruzaban el desierto del Sáhara vestidos de negro y montados en camellos (los tuaregs), imagen que popularizaron las artes y los medios de comunicación occidentales.
Actualmente, la población islámica considera que sus prácticas ancestrales son "satánicas" o por lo menos "paganas".
A comienzos de este año, el gobierno de Marruecos prohibió poner nombres bereberes a los niños recién nacidos, a fin de enfatizar la identidad islámica de la población.
Los bereberes vienen resistiendo los esfuerzos por arabizar a sus comunidades ya desde la llegada del Islam, en el siglo VII.
Pero actualmente muchos de ellos señalan que en los últimos años se produjo un drástico cambio cultural, esta vez desde dentro de sus propias comunidades.
Tarama, un pueblito aislado en el sur de Marruecos, se vuelve cada vez más silencioso. "La gente ya no hace música y baila menos. Los festejos de bodas se han reducido por lo menos a la mitad y las viejas tradiciones están desapareciendo", dijo Abdelftah Aït Argane, un joven bereber que vive allí.
Una antigua práctica consiste en tatuar las frentes de las mujeres. Hace 10 años esto era común, pero ahora la costumbre se ha perdido por completo.
Los bereberes creían en la posesión demoníaca. "Brujas" y "magos" eran convocados para curar enfermedades.
Pero esas creencias que persistieron durante siglos ahora se desvanecen. "Eso es razonable y justo. Hoy en día las prescripciones islámicas se siguen más estrictamente que antes. Ahora la gente entiende que hasta hace pocos años llevaba una vida pecaminosa, llena de rituales paganos. Ahora es mejor: la gente no baila porque hombres y mujeres no deben mezclarse", opinó Argane.
En la bulliciosa y occidental ciudad de Marrakech, los jóvenes rehúyen de las tradicionales celebraciones matrimoniales. Y hacen que se vuelva dominante la vestimenta típica salafí, común en Arabia Saudita.
"Nunca hubo un cambio como éste", dijo Simohammed Zerrouni, quien vive en Marrakech desde que nació.
"Los jóvenes están volviendo cada vez más a los fuertes principios del Islam. Y eso es para mejor", aseguró.
Tanto Zerrouni como Argane dijeron que el cambio se aceleró con la recepción de transmisiones satelitales.
"En los últimos cuatro años cada hogar marroquí adquirió una antena satelital. Hay 300 canales, 30 de los cuales son estrictamente religiosos. Si uno entra en una casa en la ciudad o en el campo verá que la televisión siempre está encendida. Y sintonizada en un canal religioso, principalmente de Egipto o de Arabia Saudita", señaló.
"Esto es un suicidio cultural", opinó el analista político Murad Errarhib, de la no gubernamental Fundación Friedrich Ebert, en Rabat.
Estudios realizados por esta entidad en 2007 mostraron que las transmisiones extranjeras se han convertido en una importante fuente de información religiosa para más del 60 por ciento de los marroquíes.
También revelaron que el 68 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años dependen de la televisión para informarse sobre temas religiosos, en comparación con el 40 por ciento de la población que ronda los 60 años.
La antena satelital está destruyendo el patrimonio cultural de Marruecos, sostuvo Errarhib.
"Día tras día, las personas ven a imanes televisivos diciéndoles cuál es la diferencia entre el bien y el mal. Estos imanes proceden de lugares con religiones y marcos de referencia judiciales y doctrinarios completamente diferentes", planteó.
"Esto lleva a la desaparición de hábitos que datan de hace siglos, así como a una presión cultural. Ahora la gente piensa que lo que ha practicado durante años no está permitido por su propia religión", explicó.
Las enseñanzas de los imanes de las televisiones saudita y egipcia han cambiado el rostro del Islam en Marruecos.
"El Islam era una religión compartida, comunitaria, basada en la hermandad. Ahora el mensaje es: tenemos que hallar al enemigo adentro, y determinar quién es un mal musulmán, un buen musulmán y un musulmán perfecto", dijo Errarhib.
"Éste no es el Islam marroquí, pero vemos cada vez a más personas rindiéndose ante esta línea de pensamiento, acelerando la desaparición de nuestro patrimonio cultural", agregó.
Mohammad Bekouchi, profesor de sociología en París, Quebec y Rabat, señaló que hay alternativas.
"El Estado tiene que invertir sabiamente en el patrimonio cultural de este país", expresó a IPS.
"Hay dinero para impartir clases de danzas y cultura nacional en las escuelas, para que los jóvenes comiencen a entender qué significa su cultura y cuáles son sus valores específicos. Si ellos no la aprecian por sí mismos, probablemente se extinguirá", añadió.
"Es el vacío cultural de Marruecos lo que vuelve a la población susceptible al radicalismo de la televisión y que fue creado por los rápidos cambios que el país experimentó en los últimos 30 años: globalización, industrialización, turismo y urbanismo", dijo Bekouchi.
"Nuestra gente está confundida y necesita un baluarte. Nosotros podemos ofrecer uno organizando a las comunidades, mediante iniciativas culturales. Es la única manera", aseguró.
Daan Bauwens
IPS
Las transmisiones vía satélite han acelerado la devastación del patrimonio cultural de la comunidad bereber de Marruecos. Antiguas tradiciones ahora se desvanecen bajo la influencia de los imanes que predican desde la televisión.
Los bereberes son un pueblo autóctono del norte de África. Están presentes en el Magreb desde hace unos 5.000 años. Geográficamente, su tierra natal se extiende desde el océano Atlántico hasta la frontera entre Egipto y Libia, y desde la costa del mar Mediterráneo hasta Níger, Malí y Burkina Faso.
Se estima que en esa región viven entre 30 y 40 millones de ellos, principalmente en Argelia y Marruecos.
En el mundo se conoce a los bereberes como comerciantes nómadas que cruzaban el desierto del Sáhara vestidos de negro y montados en camellos (los tuaregs), imagen que popularizaron las artes y los medios de comunicación occidentales.
Actualmente, la población islámica considera que sus prácticas ancestrales son "satánicas" o por lo menos "paganas".
A comienzos de este año, el gobierno de Marruecos prohibió poner nombres bereberes a los niños recién nacidos, a fin de enfatizar la identidad islámica de la población.
Los bereberes vienen resistiendo los esfuerzos por arabizar a sus comunidades ya desde la llegada del Islam, en el siglo VII.
Pero actualmente muchos de ellos señalan que en los últimos años se produjo un drástico cambio cultural, esta vez desde dentro de sus propias comunidades.
Tarama, un pueblito aislado en el sur de Marruecos, se vuelve cada vez más silencioso. "La gente ya no hace música y baila menos. Los festejos de bodas se han reducido por lo menos a la mitad y las viejas tradiciones están desapareciendo", dijo Abdelftah Aït Argane, un joven bereber que vive allí.
Una antigua práctica consiste en tatuar las frentes de las mujeres. Hace 10 años esto era común, pero ahora la costumbre se ha perdido por completo.
Los bereberes creían en la posesión demoníaca. "Brujas" y "magos" eran convocados para curar enfermedades.
Pero esas creencias que persistieron durante siglos ahora se desvanecen. "Eso es razonable y justo. Hoy en día las prescripciones islámicas se siguen más estrictamente que antes. Ahora la gente entiende que hasta hace pocos años llevaba una vida pecaminosa, llena de rituales paganos. Ahora es mejor: la gente no baila porque hombres y mujeres no deben mezclarse", opinó Argane.
En la bulliciosa y occidental ciudad de Marrakech, los jóvenes rehúyen de las tradicionales celebraciones matrimoniales. Y hacen que se vuelva dominante la vestimenta típica salafí, común en Arabia Saudita.
"Nunca hubo un cambio como éste", dijo Simohammed Zerrouni, quien vive en Marrakech desde que nació.
"Los jóvenes están volviendo cada vez más a los fuertes principios del Islam. Y eso es para mejor", aseguró.
Tanto Zerrouni como Argane dijeron que el cambio se aceleró con la recepción de transmisiones satelitales.
"En los últimos cuatro años cada hogar marroquí adquirió una antena satelital. Hay 300 canales, 30 de los cuales son estrictamente religiosos. Si uno entra en una casa en la ciudad o en el campo verá que la televisión siempre está encendida. Y sintonizada en un canal religioso, principalmente de Egipto o de Arabia Saudita", señaló.
"Esto es un suicidio cultural", opinó el analista político Murad Errarhib, de la no gubernamental Fundación Friedrich Ebert, en Rabat.
Estudios realizados por esta entidad en 2007 mostraron que las transmisiones extranjeras se han convertido en una importante fuente de información religiosa para más del 60 por ciento de los marroquíes.
También revelaron que el 68 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años dependen de la televisión para informarse sobre temas religiosos, en comparación con el 40 por ciento de la población que ronda los 60 años.
La antena satelital está destruyendo el patrimonio cultural de Marruecos, sostuvo Errarhib.
"Día tras día, las personas ven a imanes televisivos diciéndoles cuál es la diferencia entre el bien y el mal. Estos imanes proceden de lugares con religiones y marcos de referencia judiciales y doctrinarios completamente diferentes", planteó.
"Esto lleva a la desaparición de hábitos que datan de hace siglos, así como a una presión cultural. Ahora la gente piensa que lo que ha practicado durante años no está permitido por su propia religión", explicó.
Las enseñanzas de los imanes de las televisiones saudita y egipcia han cambiado el rostro del Islam en Marruecos.
"El Islam era una religión compartida, comunitaria, basada en la hermandad. Ahora el mensaje es: tenemos que hallar al enemigo adentro, y determinar quién es un mal musulmán, un buen musulmán y un musulmán perfecto", dijo Errarhib.
"Éste no es el Islam marroquí, pero vemos cada vez a más personas rindiéndose ante esta línea de pensamiento, acelerando la desaparición de nuestro patrimonio cultural", agregó.
Mohammad Bekouchi, profesor de sociología en París, Quebec y Rabat, señaló que hay alternativas.
"El Estado tiene que invertir sabiamente en el patrimonio cultural de este país", expresó a IPS.
"Hay dinero para impartir clases de danzas y cultura nacional en las escuelas, para que los jóvenes comiencen a entender qué significa su cultura y cuáles son sus valores específicos. Si ellos no la aprecian por sí mismos, probablemente se extinguirá", añadió.
"Es el vacío cultural de Marruecos lo que vuelve a la población susceptible al radicalismo de la televisión y que fue creado por los rápidos cambios que el país experimentó en los últimos 30 años: globalización, industrialización, turismo y urbanismo", dijo Bekouchi.
"Nuestra gente está confundida y necesita un baluarte. Nosotros podemos ofrecer uno organizando a las comunidades, mediante iniciativas culturales. Es la única manera", aseguró.
How Immigration Enforcement is Weakening National Security
The Problem With Section 287(g)
By TANYA GOLASH-BOZA
CounterPunch
When local police officers collaborate with immigration law enforcement, communities are not made safer. Tensions between police officers and community members increase, as does the distrust people feel towards law enforcement.
Unfortunately, Section 287 (g) of the Immigration and Nationality Act, which allows local law enforcement officers to perform immigration law enforcement functions, is being adopted in communities across the country. The Immigration and Customs Enforcement (ICE) division of the Department of Homeland Security describes 287(g) on their webpage.
ICE officials argue that collaboration between local and immigration law enforcement is important because it gives police officers "necessary resources and latitude to pursue investigations relating to violent crimes, human smuggling, gang/organized crime activity, sexual-related offenses, narcotics smuggling and money laundering." In theory, inter-agency collaboration could enhance national security. In practice, the adoption of 287 (g) decreases local-level security.
287 (g) gives police officers the authority to call immigration agents to find out if any person they encounter is undocumented. This means that people who are undocumented or whose loved ones are undocumented will be less likely to call the police to report crimes, even when they are the victims. Because of the heavy policing of Latino neighborhoods, 287(g) could even lead to people being scared to take their children to the hospital.
When I lived in a primarily Latino community in Chicago, Little Village, one of my neighbors recounted to me what happened when her daughter fell off of a piece of playground equipment. The girl came home crying that she was hurt, and my neighbor rushed her nine-year old daughter to the hospital. Doctors put a cast on the girl's arm, and eventually she healed. Because of this incident, a police officer came to question the mother to find out if there was a case of child abuse in the home. The officer determined that there was not, and that was the end of the investigation.
My neighbor remembered this vividly, and it was well-known in this neighborhood that when any accident happens, police can get involved. In another case, my other neighbor came home from drinking with friends a bit tipsy and injured his arm when he fell on the wire gate. Police officers subsequently interviewed his wife to find out if there had been any domestic violence.
Both my neighbor who took her daughter to the hospital and my neighbor whose husband injured his arm are undocumented. If Chicago police were to co-operate with immigration law enforcement agents, people in immigrant communities may think twice about calling an ambulance or taking their loved ones to the hospital if an injury were to take place.
Another important issue is domestic violence. A young man I interviewed in Guatemala, Cedric, was deported because his wife, a US citizen, and the mother of their two children, called the police when they got into a shouting match. She did not know that the police would check his immigration status. Had she known, she likely would not have called the police. In their case, the charge of domestic violence appears to be false; the wife rescinded the charges. However, it is likely that other women who are victims of serious domestic violence may be disinclined to call the police if they know their partners will be deported.
287(g) allows police officers to notify immigration agents whenever they encounter a person they suspect to be undocumented. One deportee in Guatemala recounted to me that a Florida police officer called immigration agents when he was involved in a minor car accident in a parking lot. That phone call led to his deportation, despite the fact that he is married to a US citizen and has US citizen children. It is easy to imagine that 287(g) will lead to more hit and runs, as undocumented migrants involved in car accidents will fear that any encounter with a police officer could lead to their deportation.
287(g) does not lead to safer communities; to the contrary, it decreases community-level security and heightens tensions between law enforcement and community members.
This program continues to expand, creating fear in immigrant communities, and leading to the deportation of long-term residents of the United States, many of whom have spouses and children who are US citizens. This does not enhance national security; it weakens it.
Tanya Golash-Boza is an Assistant Professor of Sociology and American Studies at the University of Kansas, author of the forthcoming book: "Immigration Nation?" and blogs at http://tanyagolashboza.blogspot.com/. She can be reached at: tanyaboza@gmail.com.
By TANYA GOLASH-BOZA
CounterPunch
When local police officers collaborate with immigration law enforcement, communities are not made safer. Tensions between police officers and community members increase, as does the distrust people feel towards law enforcement.
Unfortunately, Section 287 (g) of the Immigration and Nationality Act, which allows local law enforcement officers to perform immigration law enforcement functions, is being adopted in communities across the country. The Immigration and Customs Enforcement (ICE) division of the Department of Homeland Security describes 287(g) on their webpage.
ICE officials argue that collaboration between local and immigration law enforcement is important because it gives police officers "necessary resources and latitude to pursue investigations relating to violent crimes, human smuggling, gang/organized crime activity, sexual-related offenses, narcotics smuggling and money laundering." In theory, inter-agency collaboration could enhance national security. In practice, the adoption of 287 (g) decreases local-level security.
287 (g) gives police officers the authority to call immigration agents to find out if any person they encounter is undocumented. This means that people who are undocumented or whose loved ones are undocumented will be less likely to call the police to report crimes, even when they are the victims. Because of the heavy policing of Latino neighborhoods, 287(g) could even lead to people being scared to take their children to the hospital.
When I lived in a primarily Latino community in Chicago, Little Village, one of my neighbors recounted to me what happened when her daughter fell off of a piece of playground equipment. The girl came home crying that she was hurt, and my neighbor rushed her nine-year old daughter to the hospital. Doctors put a cast on the girl's arm, and eventually she healed. Because of this incident, a police officer came to question the mother to find out if there was a case of child abuse in the home. The officer determined that there was not, and that was the end of the investigation.
My neighbor remembered this vividly, and it was well-known in this neighborhood that when any accident happens, police can get involved. In another case, my other neighbor came home from drinking with friends a bit tipsy and injured his arm when he fell on the wire gate. Police officers subsequently interviewed his wife to find out if there had been any domestic violence.
Both my neighbor who took her daughter to the hospital and my neighbor whose husband injured his arm are undocumented. If Chicago police were to co-operate with immigration law enforcement agents, people in immigrant communities may think twice about calling an ambulance or taking their loved ones to the hospital if an injury were to take place.
Another important issue is domestic violence. A young man I interviewed in Guatemala, Cedric, was deported because his wife, a US citizen, and the mother of their two children, called the police when they got into a shouting match. She did not know that the police would check his immigration status. Had she known, she likely would not have called the police. In their case, the charge of domestic violence appears to be false; the wife rescinded the charges. However, it is likely that other women who are victims of serious domestic violence may be disinclined to call the police if they know their partners will be deported.
287(g) allows police officers to notify immigration agents whenever they encounter a person they suspect to be undocumented. One deportee in Guatemala recounted to me that a Florida police officer called immigration agents when he was involved in a minor car accident in a parking lot. That phone call led to his deportation, despite the fact that he is married to a US citizen and has US citizen children. It is easy to imagine that 287(g) will lead to more hit and runs, as undocumented migrants involved in car accidents will fear that any encounter with a police officer could lead to their deportation.
287(g) does not lead to safer communities; to the contrary, it decreases community-level security and heightens tensions between law enforcement and community members.
This program continues to expand, creating fear in immigrant communities, and leading to the deportation of long-term residents of the United States, many of whom have spouses and children who are US citizens. This does not enhance national security; it weakens it.
Tanya Golash-Boza is an Assistant Professor of Sociology and American Studies at the University of Kansas, author of the forthcoming book: "Immigration Nation?" and blogs at http://tanyagolashboza.blogspot.com/. She can be reached at: tanyaboza@gmail.com.
9/2/09
El XV Encuentro del Foro de Sao Paulo y Tres Trazos de la Izquierda al Desnudo
Pablo de Antuñano
Rebelión
Del 20 al 23 de agosto de 2009, se verificó la décimo quinta edición del Foro de Sao Paulo en la Ciudad de México, dejándonos ver el nuevo rostro de la izquierda electoral de la región. Porque aún cuando el objeto de esta nueva cita fue analizar “las alternativas de la izquierda latinoamericana frente a la crisis capitalista”, la realidad es que todos vemos la crisis capitalista, pero pocos ven la profunda crisis por la que atraviesa la izquierda en el subcontinente. Los resolutivos, siempre emotivos y coyunturales esperados se consolidan y matizan: reunión con Barack Obama, condena al golpe en Honduras, fin al bloque hacia Cuba y no a nuevas bases militares en Colombia. Pero, ¿qué estado realmente guarda este polo ideológico?
La historia nos muestra que el curso de este espacio deliberativo ha venido transformándose en forma interesante. Con bases conceptuales profundas y ancladas en el movimiento libertario que encabezaron y abanderaron diversos actores, entre los que destacan Louverture, Hidalgo, Bolívar, Sucre, San Martín, O'Higgins, Artigas, Martí, etcétera, la izquierda se hizo, pasó por largas luchas armadas (algunas hoy vigentes), se transformó y llegó a la caída del muro de Berlín. Ya en la década de los noventa, el Foro de Sao Paulo se instala a iniciativa del Partido Comunista Cubano con el respaldo del Partido de los Trabajadores de Brasil, encontrando eco fundamentalmente en los aparatos político militares de Centro y Sudamérica y algunos partidos políticos en vías de consolidación. Como ya es del dominio público, después vino una importante oleada de victorias electorales en ciudades importantes de la región lo cual sentó las bases para esta nueva etapa de gobiernos nacionales democráticamente electos con tendencias progresistas.
Sin embargo, los países que atraviesan por estos procesos se encuentran en procesos disímbolos que aunque se les quiera ver como un fenómeno unitario, dista mucho de serlo. Lo anterior, no demerita los avances de esta línea programática, pero si nos alerta sobre los triunfalismos que conducen regularmente al fracaso, es decir: no estamos en el mejor momento de la izquierda, pero es posible estarlo.Para ello, habrá que estudiar, encorchetando solo por esta vez los casos del Caribe, para poder ver claramente tres procesos simultáneos.
En un primer trazo de izquierda, podemos ver el reformismo que gobierna en Brasil, Chile, Uruguay y ahora Paraguay, quienes según sus delegados, se encuentran en la etapa de construcción de un segundo piso de reformas políticas, económicas y sociales, toda vez que los períodos ya ejercidos no han sido suficientes para reconfigurar los mecanismos de producción, administración y distribución de la riqueza, no obstante han asegurado un avance importante en políticas de contención de la pobreza y reorganización del gasto público a favor de los sectores con menos oportunidades de desarrollo. Incluida la plataforma de gobierno del derrocado Presidente de Honduras, esta línea programática en su conjunto, se ha caracterizado por la integración de frentescuya cuidadosa y siempre endeble construcción ha movido al centro las plataformas anticapitalistas que habían dado origen al Foro de Sao Paulo. Peor aún, se han convertido en rehenes de sus alianzas por lo que cada proceso electoral suelen sufrir el chantaje programático de la derecha.
En un segundo trazo de izquierda, podemos ver el radicalismo que gobierna en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y ahora El Salvador, quienes han optado por brincarse la etapa del consenso y pese a una férrea oposición de las burguesías locales, han dado pasos irreversibles de refundación de sus Estados-Nación. La línea programática de llamar a Asambleas Constituyentes que den origen a nuevas constituciones no significa otra cosa que construcción de un nuevo pacto social basado en la lucha de clases, pero fundamentalmente de la victoria de las clases populares explotadas sobre las minorías explotadoras.Las volátiles políticas públicas de contención de la pobreza, aquí se han transformado en políticas de Estado, es decir, derechos adquiridos y permanentes que reconfiguran no solo la correlación política sino que rediseñan la cultura de producción y consumo. Pese a que esta tendencia ha sido estigmatizada de manera negativa por el carisma de sus Presidentes, lo cierto es que en el debate de programa han avanzado incluso en la proyección de nuevos organismos multinacionales cuya agenda se adecue a las necesidades e intereses de sus integrantes y no a las de la potencia dominante.
En el tercer trazo de izquierda, podemos ver el aspiracionismo postrado, en Perú, México y Colombia, en donde las agendas de seguridad y violencia han generado la prevalencia del miedo en la sociedad y el evidente aprovechamiento de una derecha enquistada en el Estado y resuelta a no permitirle el paso a ningún tipo de iniciativa que atente contra la disciplina hacia los Estados Unidos de América. Esta situación es generada sí por las permanentes campañas de desprestigio pero también, hay que decirlo, por un clima de fragmentación de las corrientes progresistas y fundamentalmente por la ausencia de formación política de sus cuadros. El caso mexicano, tal vez es el más evidente, pues no solo tenemos un partido político atomizado y alienado, sino incapaz de establecer compromisos programáticos; peor aún, es un espacio de disputa de cargos públicos que dista mucho de un instrumento mediante el cual se formule una estrategia común de lucha, sobre la base de un objetivo programático consensado y consolidado. La falta de determinación política genera que las izquierdas que no reconocen al Presidente de la República en funciones, no provocan su renuncia, y las izquierdas que si lo reconocen, no acuerdan abierta y transparentemente con el régimen. Entonces, más allá de la frivolidad del sistema político, habrá que discutir los temas de Estado o de lo contrario sucumbir ante el statu quo.
Desde Adam Smith los confesionales de derecha c onsideran al capitalismo como el estadio natural de las relaciones sociales. De hecho, este autor fundó el liberalismo económico. En su obra principal " Investigaciones Sobre La Naturaleza y Causa De La Riqueza De Las Naciones ", el laissez faire aparece como el motor del progreso económico. Ahora, este principio es violentado sólo cuando se desploma la inversión, entonces sí, los impuestos del pueblo deben salir al rescate de los bondadosos “generadores de empleos”.
Milton Friedman, p rofesor distinguido Russell Emeritus del servicio de Paul Snowden de economía en la Universidad de Chicago, donde enseñó de 1946 a 1976, y miembro del personal de la Oficina Nacional de la Investigación Económica de 1937 a 1981, en su trabajo “Libre Elegir” de 1980, r etoma la tesis de “dejar hacer, dejar pasar”.
Mismo planteamiento que es reforzado por José Marie Córdova Montoya en su panfleto “Diez lecciones de la reforma económica mexicana”, publicado en Nexos, febrero de 1990 y las mismas tesis que Carlos Salinas expone en su documento titulado “El Liberalismo Social, nuestro camino” en el LXIII aniversario del PRI, marzo de 1992.
El resultado de estas tesis, por ejemplo, en cuanto a desarrollo industrial, radica en contar con ocho flamantes sectores industriales estancados, sin actualización tecnológica, sin crecimiento, sujetos a créditos corporativos y manipulados por el Congreso Agrario Permanente, sin inversión, porque sólo se otorgan garantías a multinacionales y migajas para el productor nacional, apoyos carcomidos por la corrupción y el charrismo. Inversión extranjera que abarata la mano de obra, lo que violenta el artículo 27 constitucional, con un escandaloso ejército agroindigente de reserva y salvaguarda del monopolio en los bienes de producción. En un creciente país de servicios, el subempleo se da por encima de la media mundial, sin preparación, fuga de capitales, explotación irracional de recursos naturales, lavado de dinero, especulación, rescate de privados con recursos públicos.
Todo esto, se debe discutir en el marco de una Ley de Reconciliación y Reconstrucción Nacional que garantice la apertura de diálogo y la pacificación de los actores sociales encontrados. Por la estabilidad política, se debe poner a debate una salida del presidente cuestionado, legislar sobre la figura de jefe de oposición para que no existan Presidencias Legítimas en paralelo y llamar a nuevas elecciones sobre la base de un programa que emane de un gran acuerdo nacional, en lo político, en lo económico y en lo social. Un nuevo y pacífico pacto social.
Si las fuerzas de izquierda mexicanas no colocan en el centro dela discusión los asuntos de Estado, estaremos en 2012, nuevamente, en la vulgaridad del reparto de candidaturas.
Rebelión
Del 20 al 23 de agosto de 2009, se verificó la décimo quinta edición del Foro de Sao Paulo en la Ciudad de México, dejándonos ver el nuevo rostro de la izquierda electoral de la región. Porque aún cuando el objeto de esta nueva cita fue analizar “las alternativas de la izquierda latinoamericana frente a la crisis capitalista”, la realidad es que todos vemos la crisis capitalista, pero pocos ven la profunda crisis por la que atraviesa la izquierda en el subcontinente. Los resolutivos, siempre emotivos y coyunturales esperados se consolidan y matizan: reunión con Barack Obama, condena al golpe en Honduras, fin al bloque hacia Cuba y no a nuevas bases militares en Colombia. Pero, ¿qué estado realmente guarda este polo ideológico?
La historia nos muestra que el curso de este espacio deliberativo ha venido transformándose en forma interesante. Con bases conceptuales profundas y ancladas en el movimiento libertario que encabezaron y abanderaron diversos actores, entre los que destacan Louverture, Hidalgo, Bolívar, Sucre, San Martín, O'Higgins, Artigas, Martí, etcétera, la izquierda se hizo, pasó por largas luchas armadas (algunas hoy vigentes), se transformó y llegó a la caída del muro de Berlín. Ya en la década de los noventa, el Foro de Sao Paulo se instala a iniciativa del Partido Comunista Cubano con el respaldo del Partido de los Trabajadores de Brasil, encontrando eco fundamentalmente en los aparatos político militares de Centro y Sudamérica y algunos partidos políticos en vías de consolidación. Como ya es del dominio público, después vino una importante oleada de victorias electorales en ciudades importantes de la región lo cual sentó las bases para esta nueva etapa de gobiernos nacionales democráticamente electos con tendencias progresistas.
Sin embargo, los países que atraviesan por estos procesos se encuentran en procesos disímbolos que aunque se les quiera ver como un fenómeno unitario, dista mucho de serlo. Lo anterior, no demerita los avances de esta línea programática, pero si nos alerta sobre los triunfalismos que conducen regularmente al fracaso, es decir: no estamos en el mejor momento de la izquierda, pero es posible estarlo.Para ello, habrá que estudiar, encorchetando solo por esta vez los casos del Caribe, para poder ver claramente tres procesos simultáneos.
En un primer trazo de izquierda, podemos ver el reformismo que gobierna en Brasil, Chile, Uruguay y ahora Paraguay, quienes según sus delegados, se encuentran en la etapa de construcción de un segundo piso de reformas políticas, económicas y sociales, toda vez que los períodos ya ejercidos no han sido suficientes para reconfigurar los mecanismos de producción, administración y distribución de la riqueza, no obstante han asegurado un avance importante en políticas de contención de la pobreza y reorganización del gasto público a favor de los sectores con menos oportunidades de desarrollo. Incluida la plataforma de gobierno del derrocado Presidente de Honduras, esta línea programática en su conjunto, se ha caracterizado por la integración de frentescuya cuidadosa y siempre endeble construcción ha movido al centro las plataformas anticapitalistas que habían dado origen al Foro de Sao Paulo. Peor aún, se han convertido en rehenes de sus alianzas por lo que cada proceso electoral suelen sufrir el chantaje programático de la derecha.
En un segundo trazo de izquierda, podemos ver el radicalismo que gobierna en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y ahora El Salvador, quienes han optado por brincarse la etapa del consenso y pese a una férrea oposición de las burguesías locales, han dado pasos irreversibles de refundación de sus Estados-Nación. La línea programática de llamar a Asambleas Constituyentes que den origen a nuevas constituciones no significa otra cosa que construcción de un nuevo pacto social basado en la lucha de clases, pero fundamentalmente de la victoria de las clases populares explotadas sobre las minorías explotadoras.Las volátiles políticas públicas de contención de la pobreza, aquí se han transformado en políticas de Estado, es decir, derechos adquiridos y permanentes que reconfiguran no solo la correlación política sino que rediseñan la cultura de producción y consumo. Pese a que esta tendencia ha sido estigmatizada de manera negativa por el carisma de sus Presidentes, lo cierto es que en el debate de programa han avanzado incluso en la proyección de nuevos organismos multinacionales cuya agenda se adecue a las necesidades e intereses de sus integrantes y no a las de la potencia dominante.
En el tercer trazo de izquierda, podemos ver el aspiracionismo postrado, en Perú, México y Colombia, en donde las agendas de seguridad y violencia han generado la prevalencia del miedo en la sociedad y el evidente aprovechamiento de una derecha enquistada en el Estado y resuelta a no permitirle el paso a ningún tipo de iniciativa que atente contra la disciplina hacia los Estados Unidos de América. Esta situación es generada sí por las permanentes campañas de desprestigio pero también, hay que decirlo, por un clima de fragmentación de las corrientes progresistas y fundamentalmente por la ausencia de formación política de sus cuadros. El caso mexicano, tal vez es el más evidente, pues no solo tenemos un partido político atomizado y alienado, sino incapaz de establecer compromisos programáticos; peor aún, es un espacio de disputa de cargos públicos que dista mucho de un instrumento mediante el cual se formule una estrategia común de lucha, sobre la base de un objetivo programático consensado y consolidado. La falta de determinación política genera que las izquierdas que no reconocen al Presidente de la República en funciones, no provocan su renuncia, y las izquierdas que si lo reconocen, no acuerdan abierta y transparentemente con el régimen. Entonces, más allá de la frivolidad del sistema político, habrá que discutir los temas de Estado o de lo contrario sucumbir ante el statu quo.
Desde Adam Smith los confesionales de derecha c onsideran al capitalismo como el estadio natural de las relaciones sociales. De hecho, este autor fundó el liberalismo económico. En su obra principal " Investigaciones Sobre La Naturaleza y Causa De La Riqueza De Las Naciones ", el laissez faire aparece como el motor del progreso económico. Ahora, este principio es violentado sólo cuando se desploma la inversión, entonces sí, los impuestos del pueblo deben salir al rescate de los bondadosos “generadores de empleos”.
Milton Friedman, p rofesor distinguido Russell Emeritus del servicio de Paul Snowden de economía en la Universidad de Chicago, donde enseñó de 1946 a 1976, y miembro del personal de la Oficina Nacional de la Investigación Económica de 1937 a 1981, en su trabajo “Libre Elegir” de 1980, r etoma la tesis de “dejar hacer, dejar pasar”.
Mismo planteamiento que es reforzado por José Marie Córdova Montoya en su panfleto “Diez lecciones de la reforma económica mexicana”, publicado en Nexos, febrero de 1990 y las mismas tesis que Carlos Salinas expone en su documento titulado “El Liberalismo Social, nuestro camino” en el LXIII aniversario del PRI, marzo de 1992.
El resultado de estas tesis, por ejemplo, en cuanto a desarrollo industrial, radica en contar con ocho flamantes sectores industriales estancados, sin actualización tecnológica, sin crecimiento, sujetos a créditos corporativos y manipulados por el Congreso Agrario Permanente, sin inversión, porque sólo se otorgan garantías a multinacionales y migajas para el productor nacional, apoyos carcomidos por la corrupción y el charrismo. Inversión extranjera que abarata la mano de obra, lo que violenta el artículo 27 constitucional, con un escandaloso ejército agroindigente de reserva y salvaguarda del monopolio en los bienes de producción. En un creciente país de servicios, el subempleo se da por encima de la media mundial, sin preparación, fuga de capitales, explotación irracional de recursos naturales, lavado de dinero, especulación, rescate de privados con recursos públicos.
Todo esto, se debe discutir en el marco de una Ley de Reconciliación y Reconstrucción Nacional que garantice la apertura de diálogo y la pacificación de los actores sociales encontrados. Por la estabilidad política, se debe poner a debate una salida del presidente cuestionado, legislar sobre la figura de jefe de oposición para que no existan Presidencias Legítimas en paralelo y llamar a nuevas elecciones sobre la base de un programa que emane de un gran acuerdo nacional, en lo político, en lo económico y en lo social. Un nuevo y pacífico pacto social.
Si las fuerzas de izquierda mexicanas no colocan en el centro dela discusión los asuntos de Estado, estaremos en 2012, nuevamente, en la vulgaridad del reparto de candidaturas.
21st Century Indian Removal
Fear: It’s What’s Behind Door #2
By Roberto Rodriguez
Column of the Americas
Upon arrival recently from Mexico City, after inspecting my passport,
a U.S. immigration official at the Dallas-Fort Worth International
Airport instructed me to “Please go to door number 2.”
When the same thing first happened to me at DFW several years ago, I
replied: “Did I win a prize?”
This time, it was on the same day that Bollywood Superstar, Shah Rukh
Khan was detained at Newark’s Liberty International Airport.
Officially, Kahn was “not detained” for 66 minutes. His papers were
simply checked and luggage misplaced.
Using that criteria, I have been further screened, but “not detained”
more than a dozen times since 9-11 of 2001.
Both times that I was “not detained” at DFW – the wait at the
secondary inspection lasted a half hour. The officials were not rude,
though I almost missed my flights home.
Might these be incidents of racial profiling?
Admittedly, I am a brown man – who knows first hand the meaning of
driving while brown (My encounters with law enforcement as a youngster
and a young adult number in the many dozens). People of color have
always known this reality. Red-Brown people in particular also have
known the meaning of this when encountering immigration authorities
not just at ports of entry, but also at internal checkpoints. I’ve
long dubbed the work of the migra as “Indian Removal” – because that’s
precisely who they profile – not people who look “Hispanic,” but
rather, people who are red-brown. However, since 9-11 – the entire
nation has gone wild[er], thus the fear-inspired: Department of
Homeland Security. It is this same fear that prevents president Obama
from defanging Arizona’s Sheriff Joe Arpaio – the face of racial
profiling. That same fear permits programs such as Operation
Streamline – a Federal Kangaroo Court in Tucson in which 70-80 Mexican
or Central American people are tried, convicted and sentenced in court
daily – all in one hour. Either they are instantly deported or sent to
a private detention center.
Yet, what is happening at airports nowadays continues to be equally
ominous. In my case, someone with my name is on a watch list. After
the first time this happened, I was told that the person they are
looking for is from South America – and about 20 years younger. After
they ascertained that I was not him, they released me.
On at least several other occasions at DFW, without sending me to
secondary, U.S. officials have raised the issue of me being on their
lists. Once it was a rude encounter, treating me as though I should be
thankful that I am permitted to fly U.S. skies.
What’s disconcerting is that despite U.S. officials knowing full well
that I am not the person they are looking for – I remain on their
watch list – or treated as such. This time, the official told me:
“You’ve gone through this before, haven’t you?”
“Yes. This happened to me here at DFW several years ago.”
If they know this, not explained is why they continue with their
intrusive behavior. Outdated computers? At the same time, what do
South American countries have to do with America’s “War on Terror” and
how did someone with a name like Rodriguez get on that list? The myth
continues to be perpetrated – by the likes of CNN’s Lou Dobbs -- that
peoples from the south have something to do with this so-called war.
The vast majority of Arabs, South Asians and Muslims don’t have
anything to do with this war either, but that seems to matter little
for media types and government officials who apparently believe that
all these mostly red-brown peoples “fit the profile.”
By the way, if you would like to know what’s behind door number 2, you
guessed it: people of color.
It is clear that we now have a big brother apparatus unable and
unwilling to purge its massive lists of innocent individuals.
Truthfully, it’s the whole notion of a Homeland – conjured up by the
Bush-Cheney administration, which has permitted these violating
intrusions to be viewed as routine. It is this environment, since
9-11, where and when I have found myself constantly “not detained” at
airports nationwide. One time, I unnecessarily missed a flight. Other
times – even before 9-11 – I was detained at the Hollywood-Burbank
airport (while picking up a passenger), while another time my car was
dismantled at an internal checkpoint in New Mexico.
With President Obama in office, this was supposed to change. Instead,
we continue to move towards a Lou Dobbs vision of the world or the
Arpaio-ization of the nation – a nation free of red-brown peoples.
Rodriguez, an assistant professor at the University of Arizona, can be
reached at: XColumn@gmail.com
By Roberto Rodriguez
Column of the Americas
Upon arrival recently from Mexico City, after inspecting my passport,
a U.S. immigration official at the Dallas-Fort Worth International
Airport instructed me to “Please go to door number 2.”
When the same thing first happened to me at DFW several years ago, I
replied: “Did I win a prize?”
This time, it was on the same day that Bollywood Superstar, Shah Rukh
Khan was detained at Newark’s Liberty International Airport.
Officially, Kahn was “not detained” for 66 minutes. His papers were
simply checked and luggage misplaced.
Using that criteria, I have been further screened, but “not detained”
more than a dozen times since 9-11 of 2001.
Both times that I was “not detained” at DFW – the wait at the
secondary inspection lasted a half hour. The officials were not rude,
though I almost missed my flights home.
Might these be incidents of racial profiling?
Admittedly, I am a brown man – who knows first hand the meaning of
driving while brown (My encounters with law enforcement as a youngster
and a young adult number in the many dozens). People of color have
always known this reality. Red-Brown people in particular also have
known the meaning of this when encountering immigration authorities
not just at ports of entry, but also at internal checkpoints. I’ve
long dubbed the work of the migra as “Indian Removal” – because that’s
precisely who they profile – not people who look “Hispanic,” but
rather, people who are red-brown. However, since 9-11 – the entire
nation has gone wild[er], thus the fear-inspired: Department of
Homeland Security. It is this same fear that prevents president Obama
from defanging Arizona’s Sheriff Joe Arpaio – the face of racial
profiling. That same fear permits programs such as Operation
Streamline – a Federal Kangaroo Court in Tucson in which 70-80 Mexican
or Central American people are tried, convicted and sentenced in court
daily – all in one hour. Either they are instantly deported or sent to
a private detention center.
Yet, what is happening at airports nowadays continues to be equally
ominous. In my case, someone with my name is on a watch list. After
the first time this happened, I was told that the person they are
looking for is from South America – and about 20 years younger. After
they ascertained that I was not him, they released me.
On at least several other occasions at DFW, without sending me to
secondary, U.S. officials have raised the issue of me being on their
lists. Once it was a rude encounter, treating me as though I should be
thankful that I am permitted to fly U.S. skies.
What’s disconcerting is that despite U.S. officials knowing full well
that I am not the person they are looking for – I remain on their
watch list – or treated as such. This time, the official told me:
“You’ve gone through this before, haven’t you?”
“Yes. This happened to me here at DFW several years ago.”
If they know this, not explained is why they continue with their
intrusive behavior. Outdated computers? At the same time, what do
South American countries have to do with America’s “War on Terror” and
how did someone with a name like Rodriguez get on that list? The myth
continues to be perpetrated – by the likes of CNN’s Lou Dobbs -- that
peoples from the south have something to do with this so-called war.
The vast majority of Arabs, South Asians and Muslims don’t have
anything to do with this war either, but that seems to matter little
for media types and government officials who apparently believe that
all these mostly red-brown peoples “fit the profile.”
By the way, if you would like to know what’s behind door number 2, you
guessed it: people of color.
It is clear that we now have a big brother apparatus unable and
unwilling to purge its massive lists of innocent individuals.
Truthfully, it’s the whole notion of a Homeland – conjured up by the
Bush-Cheney administration, which has permitted these violating
intrusions to be viewed as routine. It is this environment, since
9-11, where and when I have found myself constantly “not detained” at
airports nationwide. One time, I unnecessarily missed a flight. Other
times – even before 9-11 – I was detained at the Hollywood-Burbank
airport (while picking up a passenger), while another time my car was
dismantled at an internal checkpoint in New Mexico.
With President Obama in office, this was supposed to change. Instead,
we continue to move towards a Lou Dobbs vision of the world or the
Arpaio-ization of the nation – a nation free of red-brown peoples.
Rodriguez, an assistant professor at the University of Arizona, can be
reached at: XColumn@gmail.com
El Magonismo Revisitado
Manuel Aguilar Mora
Correspondencia de Prensa
La doble celebración del 2010, el bicentenario del inicio de la independencia y el centenario del estallido de la Revolución, es una justificación bienvenida para reflexionar sobre estos dos hitos históricos fundamentales de México como nación, en un momento político en el cual la estrecha relación y la vigencia de tal reflexión con la agenda de las luchas populares de la primera década del siglo XXI, no podían ser más evidentes.
En el enfoque de la Revolución mexicana las interpretaciones del movimiento más radical que intervino en su gestación y desarrollo, a saber, el magonismo, serán de las más importantes como lecciones para los tiempos que corren. Muchas incógnitas serán despejadas y otros tantos equívocos corregidos sobre la historia de esta corriente, iniciada como continuación del liberalismo juarista del siglo XIX y que desembocó en el siglo XX como afluente anarquista del internacionalismo que marcó al movimiento revolucionario y libertario del proletariado durante el periodo inmediatamente anterior y posterior a la Primera Guerra Mundial.
De hecho el interés sobre el magonismo experimentó un renacimiento sustancial a partir del levantamiento del Ejèrcito Zapatista de Liberación Nacional en 1994. El neozapatismo no podía sino promover el deseo de ir hacia los orígenes y en el origen de la rebelión de Emiliano Zapata hay elementos esenciales que la vinculan directamente con el programa y la experiencia magonista. Se redobló el interés por este movimiento, un interés, por otra parte, que estuvo siempre latente en los sectores de las vanguardias revolucionarias de todo el siglo XX.
El acervo de publicaciones, estudios e investigaciones sobre su historia e importancia política creció notablemente durante los últimos tres lustros y a los textos de investigación histórica precursores de James Cockcroft y de Armando Bartra se han venido agregando otras investigaciones igualmente importantes que han desbrozado aún más trecho en la comprensión de este movimiento sepultado por la oficial “ideología de la revolución mexicana”. Entre este caudal de textos quisiera destacar los de Javier Torres Parés que profundiza sobre las raíces y la práctica internacionalistas del movimiento y el de Rubén Trejo Magonismo: utopía y revolución, 1910-1913, que es el más reciente y exhaustivo aporte sobre la significación del magonismo como la primera alternativa comunista y libertaria de masas surgida en la historia de la lucha de clases en México.
El presente libro de Alfonso Torúa Cienfuegos es una contribución destacada a este acervo por sus aportaciones y originalidad que se adentran por caminos de la historia del magonismo poco transitados. Su investigación histórica se nutre de los hallazgos de una búsqueda de historiador riguroso en los archivos y fuentes de una de las regiones clave en donde hundió raíces profundas, el noroeste de México, en particular el estado de Sonora.
La situación geográfica de este estado fronterizo marcó la experiencia magonista. Sonora y Arizona son partes integrantes de una misma región que la frontera divide por razones políticas: dos mundos sociales diferentes directamente se confrontan. Desde su inicio la actividad revolucionaria del Partido Liberal Mexicano (PLM) en Sonora adquirió un sello peculiar pues los revolucionarios cruzaban de un lado a otro la frontera, moviéndose indistintamente en ambos países. Fue la “revolución sin frontera” como Javier Torres Parés tituló su libro de 1990 sobre la lucha magonista.
Hombres como Fernando Palomares y Javier Buitimea, surgen de la tumba histórica en que estaban enterrados. Su amistad con Ricardo Flores Magón, su labor de organizadores de la base popular magonista y su origen étnico, el primero indígena mayo y el segundo indígena yaqui, los hacen personajes impregnados de la sal de la tierra del desierto y las sierras de la región. La historia de sus andanzas, de sus hazañas y debilidades, es una fascinante relación de la militancia abnegada, consciente y ¿por qué no?, heroica que los caracterizó y a tantos otros magonistas como ellos.
Torúa Cienfuegos hace una pormenorizada descripción de la formación de estos militantes, pertenecientes a los oficios más variados: obreros industriales no especializados, carpinteros, fabricantes de artículos de cuero, herreros, pequeños comerciantes, periodistas, maestros de escuela, mineros, obreros de la construcción y profesionistas de la clase media. Esto es, trabajadores que forjaron alianzas con sus colegas estadounidenses con quienes trabajaban en Estados Unidos y cuyos lazos se extendían a México. Mineros de la Western Federation of Miners (WFM), filial de la combativa organización sindical Industrial Workers of the World (IWW) y los militantes del Partido Socialista de California. Así la labor del PLM se desarrolló en la región tanto en Sonora y Chihuahua como en Arizona, Texas y California, siendo estos últimos estados de la Unión americana los territorios de refugio, de preparación logística y propagandística de su acción revolucionaria en México. Esta actividad binacional del magonismo, por tanto, quedó reflejada a su manera en la abundante correspondencia e información que las agencias represivas gubernamentales de ambos lados de la frontera intercambiaban sobre todo lo que llamaban los hechos subversivos de “los revoltosos”, título del libro de Dirk W, Raat sobre los mismos.
La actividad del PLM en Sonora en los años cruciales de 1906-1908, es el tema principal del libro. Es el periodo en que estallaron la huelga de Cananea y la huelga y los motines de Río Blanco en Veracruz. Fueron tres años en los cuales el magonismo decidió convocar a la insurrección armada. El autor detalla con rigor como la huelga minera de Cananea, una de las efemérides magonistas por antonomasia, estalló en forma espontánea y la durísima represión que la siguió, de hecho desbarató el cuidadoso plan de preparación no de una huelga, sino de una insurrección. Muchos de sus líderes fueron encarcelados, otros debieron esconderse (como Palomares) y también muchos de los clubs militantes fueron destruidos.
La represión de los dos gobiernos que se abatió sobre el movimiento en este periodo crucial, inmediato precedente del surgimiento del movimiento antirreleccionista encabezado por Francisco Madero, dejó al PLM en condiciones difíciles para su intervención en el proceso que se desató a partir de 1910. Es de subrayarse el trato tan diferente al sufrido por Flores Magón y sus compañeros, que recibió Madero y su gente por parte de las autoridades de Estados Unidos durante la preparación de la insurrección del 20 de noviembre. No obstante, de sus diezmadas filas por la persecución policíaca, el espíritu y la capacidad combativa de los magonistas que permanecían en pie de lucha se mantenían intactos y no dudaron en participar desde el principio en los combates armados que estallaron en esas fechas. Líderes fundamentales como Praxédis X. Guerrero participaron y cayeron en una de esas batallas en Chihuahua en 1911.
Fue precisamente en esos días convulsivos cuando el Manifiesto del 23 de septiembre de 1911, escrito por Ricardo Flores Magòn, convocó al pueblo de México a realizar una revolución por “Tierra y Libertad”, como parte de una revolución mundial contra el capitalismo. El objetivo del magonismo era convertir a México en un país solidario, en el cual los trabajadores de la ciudad y el campo forjarían una sociedad igualitaria, integrada por comunidades autogobernadas enlazadas en una federación democráticamente constituida. Muy alejadas estaban en verdad de cualquier modelo “democrático burgués” estas metas libertarias. Fue así que el magonismo se convirtió en la primera corriente ideológica y política del proletariado en México que proclamó en su programa la lucha por la independencia de clase y por la revolución de los trabajadores.
José Revueltas en su famoso libro, muy comentado pero como El Quijote poco leído, Un proletariado sin cabeza, dedicó páginas esenciales para la comprensión del magonismo. Para él “era significativo que Flores Magón no sea considerado por los ideólogos democrático-burgueses como una de las figuras representativas de la revolución mexicana y que la historiografía oficial no lo cuente, tampoco, entre sus prohombres. Esta es una distinción que evidentemente honra en alto grado a la vida, a la persona y a la actividad revolucionaria de Ricardo Flores Magón como auténtico precursor proletario de la ideología socialista de nuestro país”. Y más adelante señala la ruptura esencial del magonismo con las demás tendencias revolucionarias: “no trata de introducir en el movimiento demandas de clase antagónicas a la revolución democrática-burguesa, sino que se empeña en señalar, sin eufemismo alguno, donde radica la tarea histórica de la clase obrera: en no permitir que su acción se enajene a la burguesía”. (Cursivas originales). (Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, en Obras Completas, t. 17, tercera edición, Ed. Era, México, 1982, pp.201 passim.)
Consideraba que había que distinguir claramente al doctrinario anarquista que fue Flores Magón, con el ideólogo proletario que también lo fue. Y recordaba y rescataba entusiasmado la vocación internacionalista del líder anarquista, su apuesta sin titubeos por la revolución mundial, saludando el triunfo bolchevique en Rusia de 1917.
El destino de Flores Magón se selló precisamente como consecuencia de esta vocación internacionalista, cuando él y el grupo de dirigentes del PLM más cercano a dichas posiciones, se colocaron en la primera fila del movimiento antibelicista contra la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Fue con motivo de un Manifiesto a los anarquistas del mundo en el que convocaba a oponerse a la guerra que Ricardo fue encarcelado en 1918. En su última prisión, en la cárcel de Leavenworth, Kansas, pasó sus años finales y enfermo y casi ciego, murió en 1922, muchas versiones creen que asesinado por los mismos custodios carcelarios.
Casi cien años después de la hazaña popular de 1910-19 por asaltar el cielo, el ciclo abierto por la Revolución mexicana se ha cerrado y el pueblo mexicano sigue sediento de democracia y justicia. Los caudillos burgueses y pequeño burgueses triunfadores de esas gestas impusieron un régimen de mentira y engaño pero con profundas raíces populistas que neutralizó, veló y reprimió las luchas de las masas trabajadoras cuyo objetivo no era sustituir la vieja oligarquía porfirista por la nueva nomenclatura priista, que en el trayecto fue adquiriendo los rasgos de un neoporfirismo. En el nuevo siglo que se ha abierto, como al principio del siglo XX, se plantean ante el pueblo de México muchos de los mismos problemas de entonces, aunque en una escena nacional y mundial que los ha hecho más complejos.
El derrumbe de la Unión Soviética y con ella del movimiento comunista burocratizado oficial, abrió un periodo de incertidumbre y desilusión ideológica en las perspectivas revolucionarias de los trabajadores y sus aliados. Uno de los resultados más característicos fue una despolitización y una desradicalización de amplios sectores de la vanguardia social y militante. El influjo del anarquismo en eso medios experimentó un renacimiento, en especial una versión de un anarquismo apolítico y antipartidario se hizo muy popular y se contrapuso a las perspectivas socialistas de origen marxista que enfatizan la actividad y organización políticas de los trabajadores claramente definidas y disciplinadas. Estuvieron en boga las concepciones de la “sociedad civil” políticamente neutra, de la “ciudanización” de las acciones democráticas en detrimento de la intervención programática abiertamente clasista y anticapitalista.
La frustrante y nefasta tradición estalinista, tan influyente en amplísimos sectores del movimiento obrero y revolucionario en general durante gran parte del siglo XX, distorsionó el programa revolucionario comunista. La usurpación estalinista impuso concepciones antagónicas a la tradición proletaria internacional formalmente investidas de una supuesta “continuidad marxista-leninista”, pero como hoy se sabe ampliamente “el último combate” de Lenin fue contra Stalin, tal y como lo describió con detalle Moshe Lewin en su certero libro así titulado.
La comparación de la experiencia bolchevique en Rusia antes de 1917 con la de los magonistas, estrictamente paralelas cronológicamente, es ilustrativa en muchos aspectos. Dos empresas organizadas como asaltos revolucionarios a dictaduras poderosas. Dos direcciones en el exilio cuya autoridad firmemente centralizada, por la naturaleza del enemigo, residía en la gran confianza moral de sus seguidores, basada ésta a su vez en la fidelidad de su programa político a los intereses históricos e inmediatos de las masas populares oprimidas y explotadas. Una intransigencia firme y fundamentada contra toda alianza con la burguesía. Y finalmente, aunque de ninguna manera menos importante, una práctica y una concepción internacionalista de la revolución.
Ciertamente, ambas experiencias tuvieron también sus peculiaridades derivadas de las situaciones nacionales específicas. Aunque igualmente feroces, las dictaduras zarista y porfiriana eran muy distintas en otros aspectos y, ante todo, Rusia, a pesar de ser un enorme país atrasado era también una nación imperialista, mientras que México era (y lo sigue siendo) un país dependiente directo del imperialismo de Estados Unidos. Una estructura clasista en el seno de las masas trabajadoras fundamentalmente distinta: un proletariado industrial minoritario pero concentrado en grandes ciudades en Rusia y una pequeña clase obrera esparcida y diluida en el mar campesino en el extenso territorio de México. En estos escenarios se prepararon las condiciones determinantes de las consecuencias diferentes de las dos revoluciones a partir de 1917, siguiendo derroteros por completo peculiares. Pero las experiencias de los bolcheviques en Rusia y los magonistas en México de hace cien años, aunque no son modelos absolutos que se debieran copiar mecánicamente, tienes acervos y lecciones cruciales que son hoy todavía vigentes para la lucha revolucionaria del siglo XXI.
Un estudio objetivo nos permitiría comprender y aprender de una comparación de ambas experiencias. Una postura fundamentalista y dogmática que sólo buscara una confrontación absoluta entre el magonismo y el bolchevismo (en especial su versión leninista hegemónica) sería estéril y no contribuiría en nada al debate sobre las nuevas alternativas que hoy se da, no sólo en México sino en el mundo entero, ante la crisis mundial del capitalismo senil que se profundiza con su cauda mortífera de plagas y desastres.
El libro que Alfonso Torúa Cienfuegos ha escrito sobre el magonismo en Sonora contribuye a ese estudio necesario para alimentar la imaginación creadora y la capacidad de innovación del pueblo de México y sus vanguardias que son tan necesarias para enfrentar los retos de la época actual. En la experiencia y en el acervo de Ricardo Flores Magón y sus camaradas hay ejemplos perennes de esta capacidad creadora e imaginación política revolucionaria que tienen todavía mucho que decirnos y enseñarnos.
Hermosillo, Sonora, 2009.
Correspondencia de Prensa
Prólogo a la tercera edición del libro de Alfonso Torúa Cienfuegos, "El Magonismo en Sonora (1906-1908). Historia de una persecución". Universidad de Sonora, en prensa.
La doble celebración del 2010, el bicentenario del inicio de la independencia y el centenario del estallido de la Revolución, es una justificación bienvenida para reflexionar sobre estos dos hitos históricos fundamentales de México como nación, en un momento político en el cual la estrecha relación y la vigencia de tal reflexión con la agenda de las luchas populares de la primera década del siglo XXI, no podían ser más evidentes.
En el enfoque de la Revolución mexicana las interpretaciones del movimiento más radical que intervino en su gestación y desarrollo, a saber, el magonismo, serán de las más importantes como lecciones para los tiempos que corren. Muchas incógnitas serán despejadas y otros tantos equívocos corregidos sobre la historia de esta corriente, iniciada como continuación del liberalismo juarista del siglo XIX y que desembocó en el siglo XX como afluente anarquista del internacionalismo que marcó al movimiento revolucionario y libertario del proletariado durante el periodo inmediatamente anterior y posterior a la Primera Guerra Mundial.
De hecho el interés sobre el magonismo experimentó un renacimiento sustancial a partir del levantamiento del Ejèrcito Zapatista de Liberación Nacional en 1994. El neozapatismo no podía sino promover el deseo de ir hacia los orígenes y en el origen de la rebelión de Emiliano Zapata hay elementos esenciales que la vinculan directamente con el programa y la experiencia magonista. Se redobló el interés por este movimiento, un interés, por otra parte, que estuvo siempre latente en los sectores de las vanguardias revolucionarias de todo el siglo XX.
El acervo de publicaciones, estudios e investigaciones sobre su historia e importancia política creció notablemente durante los últimos tres lustros y a los textos de investigación histórica precursores de James Cockcroft y de Armando Bartra se han venido agregando otras investigaciones igualmente importantes que han desbrozado aún más trecho en la comprensión de este movimiento sepultado por la oficial “ideología de la revolución mexicana”. Entre este caudal de textos quisiera destacar los de Javier Torres Parés que profundiza sobre las raíces y la práctica internacionalistas del movimiento y el de Rubén Trejo Magonismo: utopía y revolución, 1910-1913, que es el más reciente y exhaustivo aporte sobre la significación del magonismo como la primera alternativa comunista y libertaria de masas surgida en la historia de la lucha de clases en México.
El presente libro de Alfonso Torúa Cienfuegos es una contribución destacada a este acervo por sus aportaciones y originalidad que se adentran por caminos de la historia del magonismo poco transitados. Su investigación histórica se nutre de los hallazgos de una búsqueda de historiador riguroso en los archivos y fuentes de una de las regiones clave en donde hundió raíces profundas, el noroeste de México, en particular el estado de Sonora.
La situación geográfica de este estado fronterizo marcó la experiencia magonista. Sonora y Arizona son partes integrantes de una misma región que la frontera divide por razones políticas: dos mundos sociales diferentes directamente se confrontan. Desde su inicio la actividad revolucionaria del Partido Liberal Mexicano (PLM) en Sonora adquirió un sello peculiar pues los revolucionarios cruzaban de un lado a otro la frontera, moviéndose indistintamente en ambos países. Fue la “revolución sin frontera” como Javier Torres Parés tituló su libro de 1990 sobre la lucha magonista.
Hombres como Fernando Palomares y Javier Buitimea, surgen de la tumba histórica en que estaban enterrados. Su amistad con Ricardo Flores Magón, su labor de organizadores de la base popular magonista y su origen étnico, el primero indígena mayo y el segundo indígena yaqui, los hacen personajes impregnados de la sal de la tierra del desierto y las sierras de la región. La historia de sus andanzas, de sus hazañas y debilidades, es una fascinante relación de la militancia abnegada, consciente y ¿por qué no?, heroica que los caracterizó y a tantos otros magonistas como ellos.
Torúa Cienfuegos hace una pormenorizada descripción de la formación de estos militantes, pertenecientes a los oficios más variados: obreros industriales no especializados, carpinteros, fabricantes de artículos de cuero, herreros, pequeños comerciantes, periodistas, maestros de escuela, mineros, obreros de la construcción y profesionistas de la clase media. Esto es, trabajadores que forjaron alianzas con sus colegas estadounidenses con quienes trabajaban en Estados Unidos y cuyos lazos se extendían a México. Mineros de la Western Federation of Miners (WFM), filial de la combativa organización sindical Industrial Workers of the World (IWW) y los militantes del Partido Socialista de California. Así la labor del PLM se desarrolló en la región tanto en Sonora y Chihuahua como en Arizona, Texas y California, siendo estos últimos estados de la Unión americana los territorios de refugio, de preparación logística y propagandística de su acción revolucionaria en México. Esta actividad binacional del magonismo, por tanto, quedó reflejada a su manera en la abundante correspondencia e información que las agencias represivas gubernamentales de ambos lados de la frontera intercambiaban sobre todo lo que llamaban los hechos subversivos de “los revoltosos”, título del libro de Dirk W, Raat sobre los mismos.
La actividad del PLM en Sonora en los años cruciales de 1906-1908, es el tema principal del libro. Es el periodo en que estallaron la huelga de Cananea y la huelga y los motines de Río Blanco en Veracruz. Fueron tres años en los cuales el magonismo decidió convocar a la insurrección armada. El autor detalla con rigor como la huelga minera de Cananea, una de las efemérides magonistas por antonomasia, estalló en forma espontánea y la durísima represión que la siguió, de hecho desbarató el cuidadoso plan de preparación no de una huelga, sino de una insurrección. Muchos de sus líderes fueron encarcelados, otros debieron esconderse (como Palomares) y también muchos de los clubs militantes fueron destruidos.
La represión de los dos gobiernos que se abatió sobre el movimiento en este periodo crucial, inmediato precedente del surgimiento del movimiento antirreleccionista encabezado por Francisco Madero, dejó al PLM en condiciones difíciles para su intervención en el proceso que se desató a partir de 1910. Es de subrayarse el trato tan diferente al sufrido por Flores Magón y sus compañeros, que recibió Madero y su gente por parte de las autoridades de Estados Unidos durante la preparación de la insurrección del 20 de noviembre. No obstante, de sus diezmadas filas por la persecución policíaca, el espíritu y la capacidad combativa de los magonistas que permanecían en pie de lucha se mantenían intactos y no dudaron en participar desde el principio en los combates armados que estallaron en esas fechas. Líderes fundamentales como Praxédis X. Guerrero participaron y cayeron en una de esas batallas en Chihuahua en 1911.
Fue precisamente en esos días convulsivos cuando el Manifiesto del 23 de septiembre de 1911, escrito por Ricardo Flores Magòn, convocó al pueblo de México a realizar una revolución por “Tierra y Libertad”, como parte de una revolución mundial contra el capitalismo. El objetivo del magonismo era convertir a México en un país solidario, en el cual los trabajadores de la ciudad y el campo forjarían una sociedad igualitaria, integrada por comunidades autogobernadas enlazadas en una federación democráticamente constituida. Muy alejadas estaban en verdad de cualquier modelo “democrático burgués” estas metas libertarias. Fue así que el magonismo se convirtió en la primera corriente ideológica y política del proletariado en México que proclamó en su programa la lucha por la independencia de clase y por la revolución de los trabajadores.
José Revueltas en su famoso libro, muy comentado pero como El Quijote poco leído, Un proletariado sin cabeza, dedicó páginas esenciales para la comprensión del magonismo. Para él “era significativo que Flores Magón no sea considerado por los ideólogos democrático-burgueses como una de las figuras representativas de la revolución mexicana y que la historiografía oficial no lo cuente, tampoco, entre sus prohombres. Esta es una distinción que evidentemente honra en alto grado a la vida, a la persona y a la actividad revolucionaria de Ricardo Flores Magón como auténtico precursor proletario de la ideología socialista de nuestro país”. Y más adelante señala la ruptura esencial del magonismo con las demás tendencias revolucionarias: “no trata de introducir en el movimiento demandas de clase antagónicas a la revolución democrática-burguesa, sino que se empeña en señalar, sin eufemismo alguno, donde radica la tarea histórica de la clase obrera: en no permitir que su acción se enajene a la burguesía”. (Cursivas originales). (Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, en Obras Completas, t. 17, tercera edición, Ed. Era, México, 1982, pp.201 passim.)
Consideraba que había que distinguir claramente al doctrinario anarquista que fue Flores Magón, con el ideólogo proletario que también lo fue. Y recordaba y rescataba entusiasmado la vocación internacionalista del líder anarquista, su apuesta sin titubeos por la revolución mundial, saludando el triunfo bolchevique en Rusia de 1917.
El destino de Flores Magón se selló precisamente como consecuencia de esta vocación internacionalista, cuando él y el grupo de dirigentes del PLM más cercano a dichas posiciones, se colocaron en la primera fila del movimiento antibelicista contra la participación de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial. Fue con motivo de un Manifiesto a los anarquistas del mundo en el que convocaba a oponerse a la guerra que Ricardo fue encarcelado en 1918. En su última prisión, en la cárcel de Leavenworth, Kansas, pasó sus años finales y enfermo y casi ciego, murió en 1922, muchas versiones creen que asesinado por los mismos custodios carcelarios.
Casi cien años después de la hazaña popular de 1910-19 por asaltar el cielo, el ciclo abierto por la Revolución mexicana se ha cerrado y el pueblo mexicano sigue sediento de democracia y justicia. Los caudillos burgueses y pequeño burgueses triunfadores de esas gestas impusieron un régimen de mentira y engaño pero con profundas raíces populistas que neutralizó, veló y reprimió las luchas de las masas trabajadoras cuyo objetivo no era sustituir la vieja oligarquía porfirista por la nueva nomenclatura priista, que en el trayecto fue adquiriendo los rasgos de un neoporfirismo. En el nuevo siglo que se ha abierto, como al principio del siglo XX, se plantean ante el pueblo de México muchos de los mismos problemas de entonces, aunque en una escena nacional y mundial que los ha hecho más complejos.
El derrumbe de la Unión Soviética y con ella del movimiento comunista burocratizado oficial, abrió un periodo de incertidumbre y desilusión ideológica en las perspectivas revolucionarias de los trabajadores y sus aliados. Uno de los resultados más característicos fue una despolitización y una desradicalización de amplios sectores de la vanguardia social y militante. El influjo del anarquismo en eso medios experimentó un renacimiento, en especial una versión de un anarquismo apolítico y antipartidario se hizo muy popular y se contrapuso a las perspectivas socialistas de origen marxista que enfatizan la actividad y organización políticas de los trabajadores claramente definidas y disciplinadas. Estuvieron en boga las concepciones de la “sociedad civil” políticamente neutra, de la “ciudanización” de las acciones democráticas en detrimento de la intervención programática abiertamente clasista y anticapitalista.
La frustrante y nefasta tradición estalinista, tan influyente en amplísimos sectores del movimiento obrero y revolucionario en general durante gran parte del siglo XX, distorsionó el programa revolucionario comunista. La usurpación estalinista impuso concepciones antagónicas a la tradición proletaria internacional formalmente investidas de una supuesta “continuidad marxista-leninista”, pero como hoy se sabe ampliamente “el último combate” de Lenin fue contra Stalin, tal y como lo describió con detalle Moshe Lewin en su certero libro así titulado.
La comparación de la experiencia bolchevique en Rusia antes de 1917 con la de los magonistas, estrictamente paralelas cronológicamente, es ilustrativa en muchos aspectos. Dos empresas organizadas como asaltos revolucionarios a dictaduras poderosas. Dos direcciones en el exilio cuya autoridad firmemente centralizada, por la naturaleza del enemigo, residía en la gran confianza moral de sus seguidores, basada ésta a su vez en la fidelidad de su programa político a los intereses históricos e inmediatos de las masas populares oprimidas y explotadas. Una intransigencia firme y fundamentada contra toda alianza con la burguesía. Y finalmente, aunque de ninguna manera menos importante, una práctica y una concepción internacionalista de la revolución.
Ciertamente, ambas experiencias tuvieron también sus peculiaridades derivadas de las situaciones nacionales específicas. Aunque igualmente feroces, las dictaduras zarista y porfiriana eran muy distintas en otros aspectos y, ante todo, Rusia, a pesar de ser un enorme país atrasado era también una nación imperialista, mientras que México era (y lo sigue siendo) un país dependiente directo del imperialismo de Estados Unidos. Una estructura clasista en el seno de las masas trabajadoras fundamentalmente distinta: un proletariado industrial minoritario pero concentrado en grandes ciudades en Rusia y una pequeña clase obrera esparcida y diluida en el mar campesino en el extenso territorio de México. En estos escenarios se prepararon las condiciones determinantes de las consecuencias diferentes de las dos revoluciones a partir de 1917, siguiendo derroteros por completo peculiares. Pero las experiencias de los bolcheviques en Rusia y los magonistas en México de hace cien años, aunque no son modelos absolutos que se debieran copiar mecánicamente, tienes acervos y lecciones cruciales que son hoy todavía vigentes para la lucha revolucionaria del siglo XXI.
Un estudio objetivo nos permitiría comprender y aprender de una comparación de ambas experiencias. Una postura fundamentalista y dogmática que sólo buscara una confrontación absoluta entre el magonismo y el bolchevismo (en especial su versión leninista hegemónica) sería estéril y no contribuiría en nada al debate sobre las nuevas alternativas que hoy se da, no sólo en México sino en el mundo entero, ante la crisis mundial del capitalismo senil que se profundiza con su cauda mortífera de plagas y desastres.
El libro que Alfonso Torúa Cienfuegos ha escrito sobre el magonismo en Sonora contribuye a ese estudio necesario para alimentar la imaginación creadora y la capacidad de innovación del pueblo de México y sus vanguardias que son tan necesarias para enfrentar los retos de la época actual. En la experiencia y en el acervo de Ricardo Flores Magón y sus camaradas hay ejemplos perennes de esta capacidad creadora e imaginación política revolucionaria que tienen todavía mucho que decirnos y enseñarnos.
Hermosillo, Sonora, 2009.
Manuel Aguilar Mora: Intelectual marxista, militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS). Autor de numerosos estudios sobre el bonapartismo, el Estado, y la izquierda en México.
Subscribe to:
Posts (Atom)