AZKINTUWE
Convocados por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de Pueblos Indígenas, una treintena de comunicadores indígenas de la región arribó hasta el oriente boliviano para debatir sobre los retos de la comunicación indígena e intercultural. Se trató de un espacio de reflexión y encuentro, marcado por el desafío de romper con los cercos informativos, avanzar en la articulación de una plataforma continental y reformular el sentido de la comunicación en tiempos de globalización económica y pensamiento único.
ComunicadoresArribaron a Santa Cruz desde diversos países de la región. Una treintena de comunicadores indígenas, representantes de importantes plataformas informativas del continente se dieron cita en el oriente boliviano entre el 29 de junio y el 2 de julio en el marco del “Taller Internacional Pueblos Indígenas y Auto Desarrollo: Retos y Desafíos de la Comunicación Intercultural”, organizado por la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI) y el Programa Indígena de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (AECID).
Delegados de agencias de noticias como SERVINDI (Perú) y Azkintuwe (Wallmapu, Chile-Argentina), equipos de comunicación de importantes organizaciones como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE; la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC; y la Confederación Indígena del Oriente Boliviano, CIDOB, se dieron cita para contribuir, desde el análisis de la realidad comunicacional y situación de los pueblos indígenas, a desarrollar y fortalecer estrategias de comunicación. Un rico intercambio de visiones y experiencias para avanzar hacia instancias comunes de formación y fortalecer alianzas entre sus pueblos y desde éstos hacia la sociedad en su conjunto.
Los participantes, ligados a procesos comunicacionales de los pueblos indígenas en sus respectivos países o regiones y con una determinada experiencia en el campo de la comunicación (Audiovisual, Radiofónica, Nuevas Tecnologías, Prensa Escrita, etc.) abordaron en intensas jornadas de trabajo temas relacionados pero de diversa índole: Comunicación y Pueblos Indígenas, comunicación para el auto-desarrollo, la comunicación como un derecho individual y colectivo. No quedó fuera del debate la necesidad incidir en la formulación y ampliación de políticas públicas para reforzar la comunicación indígena, ello hacia la plena vigencia del derecho a la comunicación e información en la región.
Destacó la participación de la cineasta mapuche Jeannette Paillan (actual Coordinadora General de CLACPI), además de dirigentes de organizaciones como Diego Marquina (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia - CSUTCB), Janeth Cuji (CONAIE, Ecuador) y Justa Cabrera (Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia -CNAMIB). Así mismo diferentes especialistas académicos como José Ros, Director de FORMASOL, organización dedicada al desarrollo comunicacional de los pueblos indígenas del oriente boliviano; el comunicador José Luís Aguirre, Director del SECRAD de la Universidad Católica Boliviana y el cineasta Iván Sanjinés, Director de CEFREC, entre otros.
En el ámbito de los comunicadores, el Taller contó con la colaboración de expertos internacionales como Genaro Bautista, comunicador indígena mexicano de amplia trayectoria internacional y uno de los fundadores en los años 90' de la Agencia Internacional de Prensa Indígena (AIPIN); y el periodista mapuche Pedro Cayuqueo, director del Periódico y Agencia de Noticias “Azkintuwe” (El Mirador), ello en el cono sur del continente. De destacada trayectoria, ambos comunicadores se desempeñan como corresponsales de numerosos medios internacionales e integran el Consejo Editorial de la Agencia Internacional de Prensa Indígena (AIPIN), con sede en Ciudad de México.
Como parte del encuentro tuvo lugar además lugar una Muestra Especial que presentó en Santa Cruz lo mejor del IX Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas que se desarrolló en Bolivia en septiembre de 2008. De esta manera se presentaron obras documentales, ficciones y video experimental proveniente de varios países incluyendo la proyección de la película boliviana “El grito de la selva”, grabada en la amazonía boliviana y ganadora del Premio Ficción de este evento internacional organizado por CLACPI cada dos años, el más importante de su género a nivel mundial.
Disputa ideológica
Ante todo, la comunicación fue definida por los delegados como una herramienta de lucha ideológica. “La situación de marginación, exclusión y sometimiento que padecen nuestros pueblos en la región no es producto del azar de la historia. Obedece a procesos históricos de dominación, impulsados por determinadas elites y que en los tiempos actuales tienen en los grandes medios de comunicación a uno de sus principales aliados”, señalaron en un documento que recoge sus principales conclusiones. “Estos constituyen hoy la principal herramienta de adormecimiento de nuestros pueblos, ello en función de proyectos nacionales contrarios no solo a nuestras reivindicaciones, sino también a nuestra propia existencia”, indicaron.
En este marco, los comunicadores subrayaron que la comunicación indígena no puede ser concebida sino también como una “herramienta de lucha ideológica, al servicio de nuestros pueblos y de aquellos proyectos que abogan por una transformación social y cultural. Esta comprensión de la comunicación indígena nos obliga a nutrirnos de aquellos elementos culturales y filosóficos, políticos y sociales, enraizados en la profunda historia de nuestros pueblos... Ello también nos demanda a plantearnos necesarias alianzas entre comunicadores, los pueblos indígenas y la sociedad nacional en su conjunto”.
En este punto, se concibe a la comunicación intercultural no como una demanda exclusiva de los pueblos indígenas. “Debemos lograr permear a diversos actores sociales no indígenas, a objeto que luchar por sociedades más respetuosas y democráticas sea una tarea de todos”, señalaron. Destacan así el establecimiento de alianzas con diversos sectores sociales en cada uno de sus países, medios de comunicación alternativos o independientes, gremios periodísticos, facultades universitarias, en resumen, “con todos aquellos sectores y grupos que comparten con nuestros pueblos el desafío de una comunicación que sea sinónimo de construcción de comunidad, impulsora de una nueva relación entre los pueblos y las personas”.
Tareas concretas
Una de las principales características de los convocados en Santa Cruz fue el impulsar procesos de comunicación en sus respectivos países. De allí que junto a los necesarios diagnósticos acordaran diversas tareas a corto, mediano y largo plazo. Articular y sumar esfuerzos vía el fortalecimiento del trabajo en red asomó como una tarea urgente. Es así como acordaron “generar intercambios de información, conformar directorios de prensa, compartir agendas, bases de datos, metodologías, convocatorias y toda información útil a la labor comunicacional cotidiana”, ello apropiándose de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs).
Por otro lado, se acordó importante impulsar “una investigación – diagnóstico del Marco de Legislación y de las Políticas Públicas en relación a la Comunicación Indígena que se tiene en los diferentes países de la región”, tarea que recayó en el equipo técnico de CLACPI. En base a los resultados de dicho diagnóstico y al marco de reconocimiento de los derechos indígenas en cada Estado, se acordó avanzar a futuro en una propuesta de Ley Genérica que sirva de referencia para la construcción de propuestas de Legislación que garanticen el funcionamiento e impulso de la comunicación indígena e intercultural a nivel regional.
Se consideró de igual forma importante impulsar encuentros, talleres y/o espacios de capacitación y reflexión internacionales y nacionales sobre temáticas referidas al impulso y consolidación de la comunicación Indígena, ello con especial énfasis en temas de “Legislación y Políticas Públicas”, a fin de recoger experiencias y planteamientos concretos. En este punto se acordó además avanzar hacia la conformación de una Escuela de Comunicación Indígena, de carácter itinerante, como mecanismo de articulación y aprovechamiento de las diferentes experiencias de comunicación que se llevan adelante en diversos pueblos indígenas del continente.
Finalmente y respaldando los acuerdos de la Mesa de Comunicación de la IV Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, realizada en Puno, Perú, los comunicadores manifestaron su compromiso con el futuro Encuentro Continental de Comunicación Indígena, a realizarse el año 2011en la región del Cauca, Colombia. Una reunión preparatoria de esta cita continental tendría lugar el próximo año en Quito, Ecuador, ello en el marco de la realización del X Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas, organizado por CLACPI y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE.
7/29/09
Will Dr. Bronner's Magic Soap Continue to Defy Selling Out to Corporate Culture?
By Richard Seireeni
Chelsea Green Publishing
Emanuel Bronner was on a lifelong spiritual mission (his Hebrew name means "search for truth"). He espoused the view that a prophet arrives on earth every seventy-six years, inspired by Halley's comet, to bring man back to God. These prophets, to name a few, are thought to have included Moses, Jesus, Muhammad, Hillel, Lao-tzu, and Gautama, the Buddha.
The doctor's obsessive passion was sometimes mistaken for mental illness, due in part to his tendency to rant about his opinions. "He was often yelling," says Michael Bronner.
In 1947, while giving a talk on the importance of free speech at the University of Chicago, Bronner was detained by authorities, who eventually contacted his sister, then living in Rhode Island. She agreed to commit her brother to the Illinois State Asylum in Elgin. There he underwent shock treatments, says Michael, for what they saw as his "crazy beliefs that we're all children of one divine source, and we will destroy ourselves if we don't realize this."
Bronner ultimately escaped the asylum after stealing twenty dollars out of his sister's purse when she was visiting. He headed west, thereafter referring to the mental institution as the time he spent in a "concentration camp." "I think he did have some slight schizophrenic tendencies that were exacerbated by the asylum's persecutory environment," says David.
Michael adds, "He ended up setting up shop in Pershing Square in Los Angeles, which was a hotbed of political activity at the time. He was a very passionate speaker. People would come and listen to him."
Product storytelling with a spiritual message
As the company's Web site states, "Bronner's essential vision and philosophy were born out of the fate of his family and the Holocaust, and are emphatic that we are all children of the same divine source: People must realize that we are 'All-One!' and that the prophets and spiritual giants of the world's various faith traditions all realized and said this."
"Constructive capitalism is where you share the profit with the workers and the earth from which you made it," the site continues in its summary of Bronner's teachings. "We are all brothers and sisters, and we should take care of each other and spaceship earth!"
Following his speeches in Pershing Square, Bronner would hand out a bottle of peppermint soap made with his family's secret formula.
"People would come for the soap because it was so darn good, and then leave and not always listen to him," Michael says.
It wasn't long before Dr. Bronner was putting his "Moral ABC" message on the bottle labels. "Whereas no 6 year old can get by without learning the ABC's, no 12 year old can get by without learning the moral ABC's," he was fond of saying. He didn't waste any space, squeezing in as much text as possible, eventually adding well over two thousand words per bottle. To this day, approximately thirty thousand words of the doctor's teachings are spread across the range of the company's products.
A hit with hippies
When the late 1960s hit and a new counterculture erupted, Dr. Bronner's eco-friendly soaps and his peace-loving message found their audience.
The product "became successful for all the reasons that it wasn't successful before," says Michael Bronner. "The quality was always good, but you had this packaging that included my grandfather's spiritual message that was completely anti-corporate."
The soap "was never advertised, yet everybody seemed to know about it . . . like it arrived on the scene by magic, appearing in backpack after backpack," Michael continues. In addition, "it was a soap that could be used for anything . . . It was biodegradable, good for the earth . . . you could jump into a nearby lake and use it," which is what I used it for back then. We always had a bottle of Dr. Bronner's in our packs when we went hiking in the Pacific Northwest.
Dr. Bronner's 18-in-1 Pure-Castile Soap, as it was called back then, became a sought-after product for those in the know, spreading to hippie communes across the United States. "If you were a part of that world, you knew Dr. Bronner's soaps," David Bronner explains. "It was like a club. The fact that it wasn't advertised was a big advantage."
Whether consciously or unconsciously, Dr. Emanuel Bronner knew his nonconformist, antiestablishment target audience well enough to understand that using conventional channels to reach them would not work. That is still largely the company's understanding now.
Keeping a loyal customer base happy
As the members of the counterculture have grown up and aged, many have stayed loyal to the Dr. Bronner's product. David and Michael Bronner, who were not alive in the 1960s, do their best to keep this market segment satisfied.
"Making our soaps is similar to making wine -- you can have the same ingredients, but it'll turn out a little bit differently depending on where those ingredients come from, where they're grown, such as the peppermint coming from a different field. Especially with a natural product, there can be variation," Mike Bronner explains. "People will call us up and ask about it because they want to know what's going on. They'll say, 'What did you do with my soap?' So while you're always supposed to improve a product, no one lets you change it."
Because they're not of the '60s generation, the brothers are also fighting the perception that "we're trying to milk the product and the profits out of our grandfather's legacy," Michael explains. "If we raise our prices, no one understands that our materials cost twice as much as they did before -- they just think that we've gone for a cheaper grade, that we're selling out in some way. I get pretty strongly worded e-mails calling us out, saying, 'You've lost a customer forever!' or 'You sold out!' exclamation point, exclamation point, exclamation point."
"All you can really do," he continues, "is write these people back and say something like, 'Our peppermint oil did change a little bit when we went organic. It now comes from India so it has a little bit more of an edge.' And sometimes they'll e-mail back and they'll say, 'Wow, keep up the good doctor's work.'"
Keeping the legacy alive
David and Michael Bronner attempt to keep their grandfather's spiritual message alive while at the same time relegating it to the background. They work to keep the brand associated with truth and goodness and respect for the planet but attempt to stay away from promoting a religious- sounding message.
"I very much respect my grandfather for his beliefs and for the cosmic vision he had . . . his urging people to break free of whatever barriers confine them . . . to reach out to others [who] may not share our same cultural or religious perspective on things . . . to be mindful of the environment," explains Michael Bronner. "But that is not part of how we brand ourselves these days. We're a secular company. We don't get into religious discussion." The company does send out a booklet on Emanuel Bronner's philosophy, The Moral ABC's, to customers who ask for it.
The Bronner brothers believe they are keeping their grandfather's social mission alive, albeit in a different way than he did. "What the whole thing meant to him was very much what he put on the label," explains Michael. "He wanted those words to find their way into everybody's mind on Planet Earth so that they could interpret them and come together."
"The ideas behind that label are very sound," Michael continues. "And those ideas are ones of environmental sustainability and of social accountability and responsibility. By going organic, we've achieved the environmental aspect of my grandfather's mission. And by going Fair Trade, we're on our way to fulfilling his social mission."
Chelsea Green Publishing
You can use it in a river. You can use it in the shower. You can lather up outside, and it doesn't hurt a flower! Yes, you got it. It's Dr. Bronner's magical soap.
Started by Emmanuel Bronner, a third-generation soap maker, rabbi, and wacky spiritual guru, Dr. Bronner's soap has been hot since the 60s and is still going strong. Mr. Bronner rejected the use of industrial chemicals way ahead of his time, and now, more than forty years later, his grandsons run the business. So with a mega-historic company whose founder is called "the godfather of today's green brands," how will his grandsons keep the vision alive?
The following is an excerpt from The Gort Cloud: The Invisible Force Powering Today's Most Visible Green Brands by Richard Seireeni.
Emanuel Bronner was on a lifelong spiritual mission (his Hebrew name means "search for truth"). He espoused the view that a prophet arrives on earth every seventy-six years, inspired by Halley's comet, to bring man back to God. These prophets, to name a few, are thought to have included Moses, Jesus, Muhammad, Hillel, Lao-tzu, and Gautama, the Buddha.
The doctor's obsessive passion was sometimes mistaken for mental illness, due in part to his tendency to rant about his opinions. "He was often yelling," says Michael Bronner.
In 1947, while giving a talk on the importance of free speech at the University of Chicago, Bronner was detained by authorities, who eventually contacted his sister, then living in Rhode Island. She agreed to commit her brother to the Illinois State Asylum in Elgin. There he underwent shock treatments, says Michael, for what they saw as his "crazy beliefs that we're all children of one divine source, and we will destroy ourselves if we don't realize this."
Bronner ultimately escaped the asylum after stealing twenty dollars out of his sister's purse when she was visiting. He headed west, thereafter referring to the mental institution as the time he spent in a "concentration camp." "I think he did have some slight schizophrenic tendencies that were exacerbated by the asylum's persecutory environment," says David.
Michael adds, "He ended up setting up shop in Pershing Square in Los Angeles, which was a hotbed of political activity at the time. He was a very passionate speaker. People would come and listen to him."
Product storytelling with a spiritual message
As the company's Web site states, "Bronner's essential vision and philosophy were born out of the fate of his family and the Holocaust, and are emphatic that we are all children of the same divine source: People must realize that we are 'All-One!' and that the prophets and spiritual giants of the world's various faith traditions all realized and said this."
"Constructive capitalism is where you share the profit with the workers and the earth from which you made it," the site continues in its summary of Bronner's teachings. "We are all brothers and sisters, and we should take care of each other and spaceship earth!"
Following his speeches in Pershing Square, Bronner would hand out a bottle of peppermint soap made with his family's secret formula.
"People would come for the soap because it was so darn good, and then leave and not always listen to him," Michael says.
It wasn't long before Dr. Bronner was putting his "Moral ABC" message on the bottle labels. "Whereas no 6 year old can get by without learning the ABC's, no 12 year old can get by without learning the moral ABC's," he was fond of saying. He didn't waste any space, squeezing in as much text as possible, eventually adding well over two thousand words per bottle. To this day, approximately thirty thousand words of the doctor's teachings are spread across the range of the company's products.
A hit with hippies
When the late 1960s hit and a new counterculture erupted, Dr. Bronner's eco-friendly soaps and his peace-loving message found their audience.
The product "became successful for all the reasons that it wasn't successful before," says Michael Bronner. "The quality was always good, but you had this packaging that included my grandfather's spiritual message that was completely anti-corporate."
The soap "was never advertised, yet everybody seemed to know about it . . . like it arrived on the scene by magic, appearing in backpack after backpack," Michael continues. In addition, "it was a soap that could be used for anything . . . It was biodegradable, good for the earth . . . you could jump into a nearby lake and use it," which is what I used it for back then. We always had a bottle of Dr. Bronner's in our packs when we went hiking in the Pacific Northwest.
Dr. Bronner's 18-in-1 Pure-Castile Soap, as it was called back then, became a sought-after product for those in the know, spreading to hippie communes across the United States. "If you were a part of that world, you knew Dr. Bronner's soaps," David Bronner explains. "It was like a club. The fact that it wasn't advertised was a big advantage."
Whether consciously or unconsciously, Dr. Emanuel Bronner knew his nonconformist, antiestablishment target audience well enough to understand that using conventional channels to reach them would not work. That is still largely the company's understanding now.
Keeping a loyal customer base happy
As the members of the counterculture have grown up and aged, many have stayed loyal to the Dr. Bronner's product. David and Michael Bronner, who were not alive in the 1960s, do their best to keep this market segment satisfied.
"Making our soaps is similar to making wine -- you can have the same ingredients, but it'll turn out a little bit differently depending on where those ingredients come from, where they're grown, such as the peppermint coming from a different field. Especially with a natural product, there can be variation," Mike Bronner explains. "People will call us up and ask about it because they want to know what's going on. They'll say, 'What did you do with my soap?' So while you're always supposed to improve a product, no one lets you change it."
Because they're not of the '60s generation, the brothers are also fighting the perception that "we're trying to milk the product and the profits out of our grandfather's legacy," Michael explains. "If we raise our prices, no one understands that our materials cost twice as much as they did before -- they just think that we've gone for a cheaper grade, that we're selling out in some way. I get pretty strongly worded e-mails calling us out, saying, 'You've lost a customer forever!' or 'You sold out!' exclamation point, exclamation point, exclamation point."
"All you can really do," he continues, "is write these people back and say something like, 'Our peppermint oil did change a little bit when we went organic. It now comes from India so it has a little bit more of an edge.' And sometimes they'll e-mail back and they'll say, 'Wow, keep up the good doctor's work.'"
Keeping the legacy alive
David and Michael Bronner attempt to keep their grandfather's spiritual message alive while at the same time relegating it to the background. They work to keep the brand associated with truth and goodness and respect for the planet but attempt to stay away from promoting a religious- sounding message.
"I very much respect my grandfather for his beliefs and for the cosmic vision he had . . . his urging people to break free of whatever barriers confine them . . . to reach out to others [who] may not share our same cultural or religious perspective on things . . . to be mindful of the environment," explains Michael Bronner. "But that is not part of how we brand ourselves these days. We're a secular company. We don't get into religious discussion." The company does send out a booklet on Emanuel Bronner's philosophy, The Moral ABC's, to customers who ask for it.
The Bronner brothers believe they are keeping their grandfather's social mission alive, albeit in a different way than he did. "What the whole thing meant to him was very much what he put on the label," explains Michael. "He wanted those words to find their way into everybody's mind on Planet Earth so that they could interpret them and come together."
"The ideas behind that label are very sound," Michael continues. "And those ideas are ones of environmental sustainability and of social accountability and responsibility. By going organic, we've achieved the environmental aspect of my grandfather's mission. And by going Fair Trade, we're on our way to fulfilling his social mission."
7/28/09
El Tesoro Señala y la Empresa Despide
Migraciones
David Bacon Vernon
Diagonal
La apuesta decidida de las comunidades migrantes de EE UU por Barack Obama fue una de las claves de su victoria electoral frente a John McCain y situó por primera vez la cuestión de los 12 millones de indocumentados al frente del debate electoral. Sin embargo, al cumplirse cien días de gobierno demócrata los cambios prometidos en cuanto a políticas de inmigración no se han concretado todavía. El movimiento migrante, que ha enarbolado la bandera de la sindicalización y la igualdad en el trabajo, ve cómo el ámbito laboral se puede convertir ahora en la avanzadilla de más reformas contra los sin papeles.
El 31 de mayo, 254 personas fueron despedidas en la zona industrial de Vernon, en el sureste de Los Ángeles. ¿Su delito? Según Overhill Farms, la empresa, su número de la Seguridad Social no estaba en orden. Detrás de esta acusación se encuentra la asunción tácita de que los números de las empleadas no son buenos porque no tienen los papeles en regla (ver recuadro).
El control de los centros de trabajo es una pieza clave de la política de inmigración del Gobierno, al igual que en la época de George W. Bush. Los despidos en Overhill Farms son un adelanto de un futuro en que este tipo de políticas de inmigración se extenderán en centros de trabajo a lo ancho de todo el país.
Al margen de que la situación legal de las trabajadoras sea un pretexto o no para despidos motivados por el afán de lucro, el episodio tiene mayores implicaciones relacionadas con la política de inmigración. “Estos trabajadores no sólo no han hecho nada malo, sino que se han pasado años haciendo rica a la empresa”, destaca Nativo López, de la Hermandad Mexicana Latinoamericana, una organización de Los Ángeles que ha apoyado la lucha de las empleadas de Overhill. “Una política de inmigración que diga que estas trabajadoras no tienen derecho a trabajar y a cuidar de sus familias está equivocada y debería ser cambiada”.
De todos modos, la Ley de Reforma y Control de la Inmigración, aprobada en 1986, dice que los empleadores no pueden contratar a personas que “no están autorizadas” a trabajar en EE UU. En efecto, convierte en un delito el solo hecho de que los indocumentados trabajen.
En 2007, el Gobierno de Bush propuso una norma que hubiera obligado a los empleadores a despedir a cualquier trabajador que usara un número de afiliación que no concordara con la base de datos de la Seguridad Social. Ante la posibilidad del despido de millones de trabajadores, incluidos miembros del sindicato, la central AFL-CIO, la American Civil Liberties Union, y el National Immigration Law Center ganaron una sentencia federal que dejaba sin efecto la regulación propuesta. Esa sentencia todavía se mantiene.
Bush también creó una base de datos llamada E-Verify para comprobar la situación legal de cualquier empleado potencial o en activo. La principal fuente de información de E-Verify viene de los números de la Seguridad Social.
El factor Obama Muchos esperaban que el Gobierno de Obama retirara definitivamente la regulación de Bush y suspendiera la aplicación de E-Verify. En su lugar, la secretaria de Interior Janet Napolitano anunció que su departamento trabajaría “para mantener una fuerza de trabajo legal a través de la formación y de herramientas de verificación como EVerify”. Y la web de la Casa Blanca dice que el presidente Obama “retirará los incentivos para la entrada ilegal al país impidiendo que los empleadores contraten a trabajadores indocumentados”.
Cuando Overhill Farms despide a 254 empleadas por no tener en orden sus números de la Seguridad Social, actúa de acuerdo con esta política. Algunos grupos de presión pro inmigrantes radicados en Washington han decidido, no obstante, apoyar este tipo de medidas. Reform Immigration for America, por ejemplo, dice que “cualquier sistema de verificación de los empleados debería condicionar el permiso de empleo de forma precisa y eficaz”.
En 1999 la AFL-CIO pidió la revocación de las sanciones. Pero una reciente declaración de la AFL-CIO y de la federación Change to Win [coalición que agrupa a siete sindicatos federales, entre los que se encuentra la central donde están afiliadas las despedidas de Overhills] apoya un “mecanismo seguro y efectivo para la obtención del permiso de trabajo”.
En Overhill Farms, las 254 empleadas despedidas llevan pagando las cuotas del sindicato desde hace años. Pero el apoyo de los lobbies sindicales de Washington a los permisos de trabajo debilita a las bases, y pone de manifiesto una cuestión espinosa. ¿Cómo pueden defender los sindicatos a gente como las empleadas de Overhill al mismo tiempo que apoyan la idea de que las personas sin permiso no deberían poder trabajar? Si los sindicatos existentes no defienden a estos trabajadores, ¿intentarán estos formar o encontrar sindicatos que sí lo hagan?
La Hermandad Mexicana Latinoamericana dió los primeros pasos el año pasado para montar dicho sindicato y empezar a organizar a los trabajadores sobre una base comunitaria. Se opone a las sanciones a los empleadores y llama a la resistencia de los trabajadores organizados contra estas sanciones. “Cuando doy una vuelta por Vernon”, dice López, “todo lo que veo son fábricas como Overhill, llenas de trabajadores inmigrantes que sufren las mismas condiciones extremas. Si empiezan a despedir a la gente y luchamos por defenderlos, es posible que se organicen”. Desde luego, la indignación por los despidos puede alimentar ese tipo de esfuerzo. “La empresa nos trata como delincuentes”, señala Bohemia Agustiano. “Trabajé allí durante 18 años. ¿He sido una delincuente todo este tiempo?”.
David Bacon Vernon
Diagonal
La apuesta decidida de las comunidades migrantes de EE UU por Barack Obama fue una de las claves de su victoria electoral frente a John McCain y situó por primera vez la cuestión de los 12 millones de indocumentados al frente del debate electoral. Sin embargo, al cumplirse cien días de gobierno demócrata los cambios prometidos en cuanto a políticas de inmigración no se han concretado todavía. El movimiento migrante, que ha enarbolado la bandera de la sindicalización y la igualdad en el trabajo, ve cómo el ámbito laboral se puede convertir ahora en la avanzadilla de más reformas contra los sin papeles.
El 31 de mayo, 254 personas fueron despedidas en la zona industrial de Vernon, en el sureste de Los Ángeles. ¿Su delito? Según Overhill Farms, la empresa, su número de la Seguridad Social no estaba en orden. Detrás de esta acusación se encuentra la asunción tácita de que los números de las empleadas no son buenos porque no tienen los papeles en regla (ver recuadro).
El control de los centros de trabajo es una pieza clave de la política de inmigración del Gobierno, al igual que en la época de George W. Bush. Los despidos en Overhill Farms son un adelanto de un futuro en que este tipo de políticas de inmigración se extenderán en centros de trabajo a lo ancho de todo el país.
Al margen de que la situación legal de las trabajadoras sea un pretexto o no para despidos motivados por el afán de lucro, el episodio tiene mayores implicaciones relacionadas con la política de inmigración. “Estos trabajadores no sólo no han hecho nada malo, sino que se han pasado años haciendo rica a la empresa”, destaca Nativo López, de la Hermandad Mexicana Latinoamericana, una organización de Los Ángeles que ha apoyado la lucha de las empleadas de Overhill. “Una política de inmigración que diga que estas trabajadoras no tienen derecho a trabajar y a cuidar de sus familias está equivocada y debería ser cambiada”.
De todos modos, la Ley de Reforma y Control de la Inmigración, aprobada en 1986, dice que los empleadores no pueden contratar a personas que “no están autorizadas” a trabajar en EE UU. En efecto, convierte en un delito el solo hecho de que los indocumentados trabajen.
En 2007, el Gobierno de Bush propuso una norma que hubiera obligado a los empleadores a despedir a cualquier trabajador que usara un número de afiliación que no concordara con la base de datos de la Seguridad Social. Ante la posibilidad del despido de millones de trabajadores, incluidos miembros del sindicato, la central AFL-CIO, la American Civil Liberties Union, y el National Immigration Law Center ganaron una sentencia federal que dejaba sin efecto la regulación propuesta. Esa sentencia todavía se mantiene.
Bush también creó una base de datos llamada E-Verify para comprobar la situación legal de cualquier empleado potencial o en activo. La principal fuente de información de E-Verify viene de los números de la Seguridad Social.
El factor Obama Muchos esperaban que el Gobierno de Obama retirara definitivamente la regulación de Bush y suspendiera la aplicación de E-Verify. En su lugar, la secretaria de Interior Janet Napolitano anunció que su departamento trabajaría “para mantener una fuerza de trabajo legal a través de la formación y de herramientas de verificación como EVerify”. Y la web de la Casa Blanca dice que el presidente Obama “retirará los incentivos para la entrada ilegal al país impidiendo que los empleadores contraten a trabajadores indocumentados”.
Cuando Overhill Farms despide a 254 empleadas por no tener en orden sus números de la Seguridad Social, actúa de acuerdo con esta política. Algunos grupos de presión pro inmigrantes radicados en Washington han decidido, no obstante, apoyar este tipo de medidas. Reform Immigration for America, por ejemplo, dice que “cualquier sistema de verificación de los empleados debería condicionar el permiso de empleo de forma precisa y eficaz”.
En 1999 la AFL-CIO pidió la revocación de las sanciones. Pero una reciente declaración de la AFL-CIO y de la federación Change to Win [coalición que agrupa a siete sindicatos federales, entre los que se encuentra la central donde están afiliadas las despedidas de Overhills] apoya un “mecanismo seguro y efectivo para la obtención del permiso de trabajo”.
En Overhill Farms, las 254 empleadas despedidas llevan pagando las cuotas del sindicato desde hace años. Pero el apoyo de los lobbies sindicales de Washington a los permisos de trabajo debilita a las bases, y pone de manifiesto una cuestión espinosa. ¿Cómo pueden defender los sindicatos a gente como las empleadas de Overhill al mismo tiempo que apoyan la idea de que las personas sin permiso no deberían poder trabajar? Si los sindicatos existentes no defienden a estos trabajadores, ¿intentarán estos formar o encontrar sindicatos que sí lo hagan?
La Hermandad Mexicana Latinoamericana dió los primeros pasos el año pasado para montar dicho sindicato y empezar a organizar a los trabajadores sobre una base comunitaria. Se opone a las sanciones a los empleadores y llama a la resistencia de los trabajadores organizados contra estas sanciones. “Cuando doy una vuelta por Vernon”, dice López, “todo lo que veo son fábricas como Overhill, llenas de trabajadores inmigrantes que sufren las mismas condiciones extremas. Si empiezan a despedir a la gente y luchamos por defenderlos, es posible que se organicen”. Desde luego, la indignación por los despidos puede alimentar ese tipo de esfuerzo. “La empresa nos trata como delincuentes”, señala Bohemia Agustiano. “Trabajé allí durante 18 años. ¿He sido una delincuente todo este tiempo?”.
OVERHILL FARMS
Como otras empresas de empaquetado de alimentos de Los Ángeles, Overhill Farms emplea de forma mayoritaria a mujeres migrantes. El despido de 254 trabajadoras en mayo fue denunciado por el sindicato United Food and Commercial Workers como una maniobra de la empresa para deshacerse de la mano de obra sindicalizada. Overhill por su parte alega presiones del Tesoro para despedir a las empleadas que no tenían números correctos de la Seguridad Social. Según la plantilla, Overhill está sustituyendo a las despedidas por empleadas que no cobran horas extras ni vacaciones, y sin seguro médico.
David Bacon es periodista. Ha publicado en España Hijos del comercio libre (El Viejo Topo).
10 Things You Need to Know to Live on the Streets
By Walter Mosley and Rae Gomes
The Nation
For millions of Americans, the housing crisis began well before last year's front-page collapse. Bigotry and criminalization by an unjust system of policing and incarceration, combined with economic privation, have kept even the meager privilege of a subprime mortgage or slumlord lease out of reach for many. As the crisis unfolds, the number of homeless will grow.
Picture the Homeless, a social justice organization founded and led by homeless people in New York City, has joined The Nation to come up with a list of things you need to know to live on the street--and ways we can all build movements to challenge the stigma of homelessness and put forward an alternative vision of community.
1. Be prepared to be blamed for your circumstances, no matter how much they may be beyond your control. Think of ways to disabuse the public of common misconceptions. Don't internalize cruelty or condescension. Let go of your pride--but hold on to your dignity.
2. There is no private space to which you may retreat. You are on display 24/7. Learn to travel light. Store valuables in a safe place, only carrying around what you really need: ID and documents for accessing services, a pen, etc. You can check e-mail and read at the library. You can get a post office box for a fee or use general delivery (free).
3. Learn the best bathroom options, where you won't be rushed, turned away or harassed. Find restrooms where it's clean enough to put your stuff down, the stalls are big enough to change in and there's hot water so you can wash up. If you're in New York City go to Restrooms in New York.
4. It's difficult to have much control over when, where and what you eat, so learn soup kitchen schedules and menus. Carry with you nuts, peanut butter or other foods high in protein. Click here to find a list of soup kitchens by state.
5. Food and clothing are easier to find than a safe place to sleep--the first truth of homelessness is sleep deprivation. Always have a blanket. Whenever possible, sleep in groups with staggered schedules, so you can look out for one another, prioritizing children's needs over those of adults.
6. Know your rights! Knowing constitutional amendments, legal precedents and human rights provisions can help you, even if they're routinely violated. In New York, for example, a 2003 court-ordered settlement strictly forbids selective enforcement of the law against the homeless. The Malcolm X Grassroots Movement offers another resource, and the ACLU has cards, brochures, fact sheets and films.
7. Learn police patterns and practices. Be polite and calm to cops, even when they don't give the same respect. Support initiatives demanding independent police accountability. Link with groups from overlapping populations of nonhomeless and homeless people (i.e., black, Latino, LGBT groups) that are fighting police brutality and building nonpolice safety projects, like the Audre Lorde Project's Safe OUTside the System in Brooklyn. Organize your own CopWatch--and photograph, videotape and publicize instances of police abuse. Consider and support models like the Los Angeles Community Action Network or the People's Self Defense Campaign of the Malcolm X Grassroots Movement in Brooklyn.
8. The First Amendment protects your right to solicit aid (panhandling), especially if your pitch or sign is a statement rather than a request. To succeed, be creative, funny, engaging ("I didn't get a bailout!"). Find good, high-traffic spots where the police won't bother you.
9. Housing is a human right! Squat. Forge coalitions with nonhomeless but potentially displaced people in this era of mass foreclosures. Support United Workers in Baltimore, the Coalition on Homelessness in San Francisco, the Nashville Homeless Power Project. Learn about campaigns against homelessness in other nations, including the Landless Workers' Movement in Brazil and the Anti-Eviction Campaign in South Africa.
10. Don't go it alone! Always be part of an informal network of trust and mutual aid. Start your own organization, with homeless people themselves shaping the fight for a better life and world. Check out the Picture the Homeless Blog for news, updates and reports on homelessness in NY.
The Nation
For millions of Americans, the housing crisis began well before last year's front-page collapse. Bigotry and criminalization by an unjust system of policing and incarceration, combined with economic privation, have kept even the meager privilege of a subprime mortgage or slumlord lease out of reach for many. As the crisis unfolds, the number of homeless will grow.
Picture the Homeless, a social justice organization founded and led by homeless people in New York City, has joined The Nation to come up with a list of things you need to know to live on the street--and ways we can all build movements to challenge the stigma of homelessness and put forward an alternative vision of community.
1. Be prepared to be blamed for your circumstances, no matter how much they may be beyond your control. Think of ways to disabuse the public of common misconceptions. Don't internalize cruelty or condescension. Let go of your pride--but hold on to your dignity.
2. There is no private space to which you may retreat. You are on display 24/7. Learn to travel light. Store valuables in a safe place, only carrying around what you really need: ID and documents for accessing services, a pen, etc. You can check e-mail and read at the library. You can get a post office box for a fee or use general delivery (free).
3. Learn the best bathroom options, where you won't be rushed, turned away or harassed. Find restrooms where it's clean enough to put your stuff down, the stalls are big enough to change in and there's hot water so you can wash up. If you're in New York City go to Restrooms in New York.
4. It's difficult to have much control over when, where and what you eat, so learn soup kitchen schedules and menus. Carry with you nuts, peanut butter or other foods high in protein. Click here to find a list of soup kitchens by state.
5. Food and clothing are easier to find than a safe place to sleep--the first truth of homelessness is sleep deprivation. Always have a blanket. Whenever possible, sleep in groups with staggered schedules, so you can look out for one another, prioritizing children's needs over those of adults.
6. Know your rights! Knowing constitutional amendments, legal precedents and human rights provisions can help you, even if they're routinely violated. In New York, for example, a 2003 court-ordered settlement strictly forbids selective enforcement of the law against the homeless. The Malcolm X Grassroots Movement offers another resource, and the ACLU has cards, brochures, fact sheets and films.
7. Learn police patterns and practices. Be polite and calm to cops, even when they don't give the same respect. Support initiatives demanding independent police accountability. Link with groups from overlapping populations of nonhomeless and homeless people (i.e., black, Latino, LGBT groups) that are fighting police brutality and building nonpolice safety projects, like the Audre Lorde Project's Safe OUTside the System in Brooklyn. Organize your own CopWatch--and photograph, videotape and publicize instances of police abuse. Consider and support models like the Los Angeles Community Action Network or the People's Self Defense Campaign of the Malcolm X Grassroots Movement in Brooklyn.
8. The First Amendment protects your right to solicit aid (panhandling), especially if your pitch or sign is a statement rather than a request. To succeed, be creative, funny, engaging ("I didn't get a bailout!"). Find good, high-traffic spots where the police won't bother you.
9. Housing is a human right! Squat. Forge coalitions with nonhomeless but potentially displaced people in this era of mass foreclosures. Support United Workers in Baltimore, the Coalition on Homelessness in San Francisco, the Nashville Homeless Power Project. Learn about campaigns against homelessness in other nations, including the Landless Workers' Movement in Brazil and the Anti-Eviction Campaign in South Africa.
10. Don't go it alone! Always be part of an informal network of trust and mutual aid. Start your own organization, with homeless people themselves shaping the fight for a better life and world. Check out the Picture the Homeless Blog for news, updates and reports on homelessness in NY.
This monthly feature was conceived by writer and Nation editorial board member Walter Mosley as a kind of do-it-yourself opinion and action device, and Rae Gomes provided research. Most often "Ten Things" will offer a brief list of recommendations for accomplishing a desired political or social end, sometimes bringing to light something generally unknown. The purpose of the feature is to go to the heart of issues in a stripped-down, active and informed way. After getting a visiting expert--or everyday citizen--to construct the list, The Nation will interview that person and post a brief online version of "Ten Things," with links to relevant websites, books or other information. Readers who wish to propose ideas for "Ten Things" should e-mail NationTenThings@gmail.com or use the e-form at the bottom of this page.
Hambre de Justicia
Frei Betto
Alai-amlatina
Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. De allá para acá aumentó el número, debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.
El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23 mil vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.
Casi nadie muere por falta de alimentos. El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar al hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.
Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas seguidas contra el terrorismo o para curar el sida, pero ¿quién protesta contra el hambre?
Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.
Ahora los líderes de las naciones más ricas y poderosas del mundo, reunidos en el G-8, en L’Aquila, Italia, a principios de junio, decidieron liberar US$ 15 mil millones para aplacar el hambre mundial.
¡Qué cinismo se gasta el G-8! Él es el responsable de que los hambrientos sean multitud. Éstos no existirían si las naciones metropolitanas no adoptasen políticas proteccionistas, barreras aduaneras, transnacionales de agrotóxicos y de semillas transgénicas. No morirían de hambre casi 5 millones de niños al año si el G-8 no manipulase a la OMC, no incentivase la desigualdad social y todo lo que la aumenta: el latifundio, la especulación con los precios de los alimentos, la apropiación privada de la riqueza.
¡Sólo 15 mil millones de dólares! ¿Saben esos señores y señoras del G-8 cuántos millones destinaron para salvar, no a la humanidad, sino al mercado financiero, desde setiembre del 2008 a junio del 2009? ¡Mil veces esa cantidad! 15 mil millones de dólares sirven sólo para ofrecer unos caramelos a algunos hambrientos. Sin contar con que buena parte de esos recursos irá a la bolsa de los corruptos o servirá de moneda de cambio electoral. ‘Le doy un pan, deme un voto’.
Si el G-8 tuviera verdadera intención de erradicar el hambre del mundo promovería cambios en las estructuras mercantilistas que rigen la producción y el comercio mundiales, y canalizaría más recursos hacia las naciones pobres que hacia los agentes del mercado financiero y a la industria bélica.
Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero. De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros vegetales, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.
Decir que el G-8 intenta acabar con el hambre o salvar el planeta de la degradación ambiental equivale a esperar que la próxima Navidad Papá Noel traiga de regalo una vida digna para todos los niños pobres. Tanto es el cinismo, que los líderes mundiales prometen establecer bases de sustentabilidad ambiental a partir del 2050.
Ahora bien, si la naturaleza enseña algo obvio es que, a medio plazo, estaremos todos muertos. Si la Tierra ya perdió un 25% de su capacidad de autorregeneración, ¿qué pasará si la humanidad tiene que esperar otros 40 años para que se tomen medidas eficaces?
Si los que no pasan hambre tuvieran, al menos, hambre de justicia, virtud calificada por Jesús como bienaventuranza, entonces la esperanza en un futuro mejor no sería vana. (Traducción de J.L.Burguet)
- Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.
Alai-amlatina
Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. De allá para acá aumentó el número, debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.
El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23 mil vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.
Casi nadie muere por falta de alimentos. El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar al hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.
Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas seguidas contra el terrorismo o para curar el sida, pero ¿quién protesta contra el hambre?
Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.
Ahora los líderes de las naciones más ricas y poderosas del mundo, reunidos en el G-8, en L’Aquila, Italia, a principios de junio, decidieron liberar US$ 15 mil millones para aplacar el hambre mundial.
¡Qué cinismo se gasta el G-8! Él es el responsable de que los hambrientos sean multitud. Éstos no existirían si las naciones metropolitanas no adoptasen políticas proteccionistas, barreras aduaneras, transnacionales de agrotóxicos y de semillas transgénicas. No morirían de hambre casi 5 millones de niños al año si el G-8 no manipulase a la OMC, no incentivase la desigualdad social y todo lo que la aumenta: el latifundio, la especulación con los precios de los alimentos, la apropiación privada de la riqueza.
¡Sólo 15 mil millones de dólares! ¿Saben esos señores y señoras del G-8 cuántos millones destinaron para salvar, no a la humanidad, sino al mercado financiero, desde setiembre del 2008 a junio del 2009? ¡Mil veces esa cantidad! 15 mil millones de dólares sirven sólo para ofrecer unos caramelos a algunos hambrientos. Sin contar con que buena parte de esos recursos irá a la bolsa de los corruptos o servirá de moneda de cambio electoral. ‘Le doy un pan, deme un voto’.
Si el G-8 tuviera verdadera intención de erradicar el hambre del mundo promovería cambios en las estructuras mercantilistas que rigen la producción y el comercio mundiales, y canalizaría más recursos hacia las naciones pobres que hacia los agentes del mercado financiero y a la industria bélica.
Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero. De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros vegetales, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.
Decir que el G-8 intenta acabar con el hambre o salvar el planeta de la degradación ambiental equivale a esperar que la próxima Navidad Papá Noel traiga de regalo una vida digna para todos los niños pobres. Tanto es el cinismo, que los líderes mundiales prometen establecer bases de sustentabilidad ambiental a partir del 2050.
Ahora bien, si la naturaleza enseña algo obvio es que, a medio plazo, estaremos todos muertos. Si la Tierra ya perdió un 25% de su capacidad de autorregeneración, ¿qué pasará si la humanidad tiene que esperar otros 40 años para que se tomen medidas eficaces?
Si los que no pasan hambre tuvieran, al menos, hambre de justicia, virtud calificada por Jesús como bienaventuranza, entonces la esperanza en un futuro mejor no sería vana. (Traducción de J.L.Burguet)
- Frei Betto es escritor, autor de “La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.
Obama and Clinton Nix Change in Honduras
by Roger Burbach
New America Media
The Obama presidency probably hoped that like the years of the Bush administration Latin America would require only marginal attention in the grand scheme of world affairs. This may turn out not to be the case, however, if Honduras, the last of the banana republics, erupts in a civil conflict that draws in neighboring countries.
One thing is increasing clear: The growing conflict represents a failure of the Obama administration to reshape US policy towards Latin America in spite of its early rhetoric towards the leaders of the region.
The situation in Honduras and Central America is growing increasingly tumultuous with each passing day as deposed President Manuel Zelaya confronts the de facto regime of Roberto Micheletti with thousands of partisans mobilizing in the border areas. While Honduran army officers in Washington and the Honduran capital of Tegucigalpa issue statements indicating they may accept Zelaya’s return – if the civilian coup leaders concur – military and police units continue to fire on and even murder demonstrators.
President Barack Obama declared the coup “not legal” the day after it occurred and said “we don’t want to go back to a dark past.” This was in keeping with his remarks at the Summit of the Americas in April when, in alluding to the U.S. history of backing military regimes, he stated, “The United States will be willing to acknowledge past errors where those errors have been made.”
But U.S. policy towards Honduras since the coup indicates that the Obama administration does not represent “change you can believe in.” Rather it is bent on imposing its will and propping up the status quo in Latin America, just as previous U.S. administrations did.
Over the past decade a popular upsurge comprised of indigenous movements, impoverished urban dwellers, peasants, environmentalists, feminists, and human rights advocates has swept Latin America. They are demanding a more equitable distribution of the wealth of their countries and an end to political systems dominated by oligarchs, corrupt politicians and business interests allied with the United States. A string of New Left governments has emerged beginning with Hugo Chavez in Venezuela in 1999 followed by Luis Inacio “Lula” da Silva in Brazil in 2003. They have been joined by the election of left of center presidents in Bolivia, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Nicaragua, Paraguay and El Salvador.
This block of progressive forces spearheaded the international opposition to the coup in Honduras. Argentine President Cristina Fernandez de Kirchner, reflecting the common sentiment around the continent, noted that the coup was a throwback to “the worst years in Latin America’s history.” The Organization of American States, which has historically been dominated by the United States, voted 34-0 to call for the restoration of Zelaya as president.
This unified opposition in Latin America left the Obama administration with no alternative but to call for the resignation of the de facto government. However, what it has done in the aftermath of the coup is to search for a way to undermine the reformist agenda advocated by Zelaya and to prop up the traditional interests aligned with the United States both within Honduras and in Latin America at large. This commitment to the old order is symbolized by the fact that Alvaro Uribe, the conservative president of Colombia, was in the White House meeting with Obama on June 29 as he issued his statement opposing the coup in Honduras.
One of the points Uribe and Obama discussed was U.S. access to three airfields and two naval bases in Colombia. Allegedly for use in the drug war in the Andean region, they are also aimed at counteracting the growing influence of Hugo Chavez in Venezuela who called the expanded U.S. military presence “a threat against us” that could even lead “to a war.”
The U.S. obsession with Venezuela is at the heart of its policy towards Zelaya. Philip Crowley, assistant secretary of public affairs at the U.S. State Department, stated that the coup should serve as a “lesson” for the deposed president who had signed trade and petroleum accords with Venezuela.
“We certainly think that if we were choosing a model government and a model leader for countries of the region to follow, that the current leadership in Venezuela would not be a particular model,” Crowley said. “If that is the lesson that President Zelaya has learned from this episode, that would be a good lesson.”
Even before the coup, the Obama administration made known its opposition to the reformist policies of the Zelaya government. At a meeting of the Organization of American States (OAS) in early June in Tegucigalpa, Secretary of State Hillary Clinton warned Zelaya in a private meeting that he should back off from trying to put a referendum on the ballot that would provide for the convening of a constituent assembly to draft a new constitution for the country. The election of constituent assemblies was the vehicle used by Venezuela, Bolivia and Ecuador to overturn entrenched interests and to “refound” their political institutions.
The main diplomatic gambit used by the Obama administration in an effort to reign in Zelaya was to get President Oscar Arias of Costa Rica to broker an agreement with the coup leaders in Tegucigalpa. Arias had served U.S. interests well in the 1980s during his first presidential term, using regional negotiations to undermine the revolutionary government of Nicaragua and the guerrilla movements in El Salvador and Guatemala while nurturing pseudo-democratic governments that adopted the neo-liberal economic policies then coming into vogue with the “Washington Consensus.” This time however, Arias failed, primarily because OAS and most of the governments of Latin America made it clear that they would not recognize any government in Tegucigalpa other than one led by Zelaya. As President Luis Inacio da Silva of Brazil declared, “we cannot compromise” on the restoration of Zelaya.
In the end Arias issued a mediation proposal that called for the restitution of Zelaya as head of a national government of reconciliation with weakened executive powers. Micheletti’s de facto regime rejected the proposal. It is worth noting that one of the clauses in the proposed accord calls for Zelaya to refrain from promoting a constituent assembly, a clause that has been angrily denounced by leaders of the social movements in Honduras.
U.S. efforts to restore Zelaya have been quite tepid compared to other countries. While many ambassadors have been withdrawn, the U.S. head diplomat Hugo Llorens, appointed by George W. Bush, remains in place. There are reports that he may have even given the green light to the coup plotters, or at least did nothing to stop them. And while the World Bank has suspended assistance, the State Department merely warns that $180 million in U.S. economic aid may be in jeopardy. Most importantly the United States refuses to freeze the bank accounts and cancel the visas of the coup leaders, measures that Zelaya and other Latin American governments have urged Washington to do.
“Change” may be the catch word for the Obama administration, but there’s an old French phrase may be more indicative of what is really occurring: Plus ca change, plus c’est la meme chose – the more things change the more they remain the same.
Roger Burbach is author of “The Pinochet Affair: State Terrorism and Global Justice,” and the Director of the Center for the Study of the Americas based in Berkeley, Calif.
New America Media
The Obama presidency probably hoped that like the years of the Bush administration Latin America would require only marginal attention in the grand scheme of world affairs. This may turn out not to be the case, however, if Honduras, the last of the banana republics, erupts in a civil conflict that draws in neighboring countries.
One thing is increasing clear: The growing conflict represents a failure of the Obama administration to reshape US policy towards Latin America in spite of its early rhetoric towards the leaders of the region.
The situation in Honduras and Central America is growing increasingly tumultuous with each passing day as deposed President Manuel Zelaya confronts the de facto regime of Roberto Micheletti with thousands of partisans mobilizing in the border areas. While Honduran army officers in Washington and the Honduran capital of Tegucigalpa issue statements indicating they may accept Zelaya’s return – if the civilian coup leaders concur – military and police units continue to fire on and even murder demonstrators.
President Barack Obama declared the coup “not legal” the day after it occurred and said “we don’t want to go back to a dark past.” This was in keeping with his remarks at the Summit of the Americas in April when, in alluding to the U.S. history of backing military regimes, he stated, “The United States will be willing to acknowledge past errors where those errors have been made.”
But U.S. policy towards Honduras since the coup indicates that the Obama administration does not represent “change you can believe in.” Rather it is bent on imposing its will and propping up the status quo in Latin America, just as previous U.S. administrations did.
Over the past decade a popular upsurge comprised of indigenous movements, impoverished urban dwellers, peasants, environmentalists, feminists, and human rights advocates has swept Latin America. They are demanding a more equitable distribution of the wealth of their countries and an end to political systems dominated by oligarchs, corrupt politicians and business interests allied with the United States. A string of New Left governments has emerged beginning with Hugo Chavez in Venezuela in 1999 followed by Luis Inacio “Lula” da Silva in Brazil in 2003. They have been joined by the election of left of center presidents in Bolivia, Ecuador, Argentina, Chile, Uruguay, Nicaragua, Paraguay and El Salvador.
This block of progressive forces spearheaded the international opposition to the coup in Honduras. Argentine President Cristina Fernandez de Kirchner, reflecting the common sentiment around the continent, noted that the coup was a throwback to “the worst years in Latin America’s history.” The Organization of American States, which has historically been dominated by the United States, voted 34-0 to call for the restoration of Zelaya as president.
This unified opposition in Latin America left the Obama administration with no alternative but to call for the resignation of the de facto government. However, what it has done in the aftermath of the coup is to search for a way to undermine the reformist agenda advocated by Zelaya and to prop up the traditional interests aligned with the United States both within Honduras and in Latin America at large. This commitment to the old order is symbolized by the fact that Alvaro Uribe, the conservative president of Colombia, was in the White House meeting with Obama on June 29 as he issued his statement opposing the coup in Honduras.
One of the points Uribe and Obama discussed was U.S. access to three airfields and two naval bases in Colombia. Allegedly for use in the drug war in the Andean region, they are also aimed at counteracting the growing influence of Hugo Chavez in Venezuela who called the expanded U.S. military presence “a threat against us” that could even lead “to a war.”
The U.S. obsession with Venezuela is at the heart of its policy towards Zelaya. Philip Crowley, assistant secretary of public affairs at the U.S. State Department, stated that the coup should serve as a “lesson” for the deposed president who had signed trade and petroleum accords with Venezuela.
“We certainly think that if we were choosing a model government and a model leader for countries of the region to follow, that the current leadership in Venezuela would not be a particular model,” Crowley said. “If that is the lesson that President Zelaya has learned from this episode, that would be a good lesson.”
Even before the coup, the Obama administration made known its opposition to the reformist policies of the Zelaya government. At a meeting of the Organization of American States (OAS) in early June in Tegucigalpa, Secretary of State Hillary Clinton warned Zelaya in a private meeting that he should back off from trying to put a referendum on the ballot that would provide for the convening of a constituent assembly to draft a new constitution for the country. The election of constituent assemblies was the vehicle used by Venezuela, Bolivia and Ecuador to overturn entrenched interests and to “refound” their political institutions.
The main diplomatic gambit used by the Obama administration in an effort to reign in Zelaya was to get President Oscar Arias of Costa Rica to broker an agreement with the coup leaders in Tegucigalpa. Arias had served U.S. interests well in the 1980s during his first presidential term, using regional negotiations to undermine the revolutionary government of Nicaragua and the guerrilla movements in El Salvador and Guatemala while nurturing pseudo-democratic governments that adopted the neo-liberal economic policies then coming into vogue with the “Washington Consensus.” This time however, Arias failed, primarily because OAS and most of the governments of Latin America made it clear that they would not recognize any government in Tegucigalpa other than one led by Zelaya. As President Luis Inacio da Silva of Brazil declared, “we cannot compromise” on the restoration of Zelaya.
In the end Arias issued a mediation proposal that called for the restitution of Zelaya as head of a national government of reconciliation with weakened executive powers. Micheletti’s de facto regime rejected the proposal. It is worth noting that one of the clauses in the proposed accord calls for Zelaya to refrain from promoting a constituent assembly, a clause that has been angrily denounced by leaders of the social movements in Honduras.
U.S. efforts to restore Zelaya have been quite tepid compared to other countries. While many ambassadors have been withdrawn, the U.S. head diplomat Hugo Llorens, appointed by George W. Bush, remains in place. There are reports that he may have even given the green light to the coup plotters, or at least did nothing to stop them. And while the World Bank has suspended assistance, the State Department merely warns that $180 million in U.S. economic aid may be in jeopardy. Most importantly the United States refuses to freeze the bank accounts and cancel the visas of the coup leaders, measures that Zelaya and other Latin American governments have urged Washington to do.
“Change” may be the catch word for the Obama administration, but there’s an old French phrase may be more indicative of what is really occurring: Plus ca change, plus c’est la meme chose – the more things change the more they remain the same.
Roger Burbach is author of “The Pinochet Affair: State Terrorism and Global Justice,” and the Director of the Center for the Study of the Americas based in Berkeley, Calif.
7/27/09
La Red Nacional de Acción Ecologista exige que se declare la Emergencia socioambiental en todo el territorio estatal
RENACE
EcoPortal
Como ecologistas consideramos imprescindible dar a conocer nuestra visión sobre el estado de situación socioambiental de la Argentina.
Nuestro planeta se encuentra inmerso en una profunda transformación, siendo el signo más evidente el Cambio Climático Global a partir de la Revolución Industrial e incrementado en la segunda mitad del siglo XX, que es el momento en que al modelo de producción expoliador de los bienes comunes naturales se suma un modelo de consumo insostenible, insustentable y depredador destinado a incrementar las ganancias de las corporaciones y sus socios en todo el mundo.
Nuestro país recibe los impactos a través de redistribución de lluvias, sequías e inundaciones, en ciclos que se aceleran con cada nueva estación, y efectos que se sienten no sólo en el sistema agropecuario o en inundaciones urbanas, sino también en el regreso o incremento de enfermedades tropicales como el dengue o la leishmaniasis y la aparición de nuevas plagas.
Sólo una visión muy sesgada de la realidad puede pretender que el deterioro de la calidad de vida se encuentra asociado de manera unívoca a las cuestiones económicas, políticas o sociales; bajo esa visión reducida de los procesos económicos-productivos y sociales, se obvia la referencia del componente más importante: nuestro ambiente.
El modelo extractivo de recursos primarios para alimentar el consumismo voraz del Norte, la generación de energía sin debatir para qué y para quién, comprometiendo a los sistemas sostenedores de la vida y a las culturas con el fin de sostener al Mercado y cada vez más alejada del concepto del buen vivir, afecta no sólo a las generaciones futuras sino también a las actuales.
En un recorrido por los problemas ambientales de nuestro país, vemos que todos los casos coinciden en sumar conflictos en la sociedad, un determinado modelo de producción y consumo y el soporte natural.
A lo largo de toda la zona cordillerana, las explotaciones mineras a cielo abierto, como Bajo La Alumbrera y Veladero, por citar sólo dos de los emprendimientos mineros más emblemáticos, están destruyendo el paisaje, los glaciares y un modo de vida sostenible, secando las escasas reservas de agua y contaminando con cianuro y/o ácido sulfúrico y metales pesados, más allá de las fronteras provinciales tal como se ha podido detectar en Tucumán (canal DP2) y en Lago de Termas de Río Hondo (Santiago del Estero).
La organización, la insurrección y la vigilia permanente de la población local, que ve afectado su futuro y el de sus hijos, han podido detener algunos proyectos como en Esquel (Chubut) que inició el camino de seis provincias que legislaron contra la minería a cielo abierto y/o lixiviación con compuestos químicos.
Cabe destacar la influencia de los poderes del estado nacional que intenta evitar el procesamiento por contaminación del vicepresidente de mina La Alumbrera, causa aceptada por la Cámara Federal con asiento en la Provincia de Tucumán y convertida en el primer caso de América Latina en su tipo. Mientras tanto, un tratado binacional minero de implementación conjunta argentino-chileno entrega la Cordillera de los Andes a un tercer país en manos de las corporaciones del sector extractivo, ante la ceguera acordada por la comunidad política nacional.
En la Patagonia, vemos que el permanente acecho de la minería hidro-química contaminante, el proceso de eutrofización y contaminación industrial, agroquímica, petrolera y cloacal de la Cuenca del lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro, el sobrepastoreo, la destrucción del bosque cordillerano a través de los incendios o la siembra intensiva y extensiva de especies exóticas, la apropiación de fuentes de agua, la extranjerización del territorio, la explotación del petróleo, el proyecto latente del establecimiento de un basurero nuclear y la persecución y el despojo a los pueblos originarios a ambos lados de la cordillera está llevando a esta rica y hermosa región a un callejón sin salida.
La amenaza de la explotación de uranio en diversos puntos del país refiere directamente al desmanejo ambiental histórico de la CNEA en Malargüe, Sierra Pintada, Los Gigantes, Los Adobes, Don Otto sitio Tonco, etc., donde se acumulan toneladas de desperdicios, escoria radiactiva con remediación pendiente desde hace más de 25 años. Las poblaciones se ven afectadas por “colas” abandonadas por más de 30 años que comprenden en opinión de la propia Comisión Nacional de Energía Atómica, “más del 80% del decaimiento del uranio 238” reconociendo que se trata de “partículas cancerígenas”.-
En el centro del país, y en un salvaje proceso de expansión de las fronteras agropecuarias para atender a los mercados externos, se destruyen e incendian montes y bosques nativos, se avanza expulsando a miles de campesinos, pequeños productores y trabajadores del campo que terminan engrosando las villas miserias de las grandes ciudades. Se elimina la biodiversidad y se modifican los ciclos agrícolas, abriendo paso al monocultivo de soja transgénica con el sistema de siembra directa y más de 250 millones de litros de agrotóxicos por campaña rociados sobre las cabezas de la población urbana y rural, que sufren las consecuencias de década y media de fumigaciones, aún cuando existe suficiente evidencia científica sobre su toxicidad aguda y crónica. Los efectos cancerígenos, acción mutagénica, contaminación de alimentos y persistencia en suelos y cultivos, han sido demostrados en forma fehaciente por numerosas investigaciones en nuestro país y el mundo, incluyendo los últimos aportes del Dr. Andrés Carrasco, Director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA. En coincidencia con los grupos económicos, ni los gobiernos ni el SENASA han dado acuse de recibo de tales investigaciones.
El paisaje cotidiano de silos y máquinas fumigadoras dentro de las áreas urbanas, otrora símbolo de progreso, comienza a percibirse como una agresión a la salud de los ciudadanos, que se movilizan en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Santiago del Estero, Misiones, etc.
Como efecto colateral a este proceso de agricultura sin agricultores, nuestras carnes, antes de renombre internacional, pierden calidad y ventajas comparativas al confinarse al ganado vacuno a las peores tierras o a los feed-lots, obligándolos a consumir alimentos balanceados de muy dudosa calidad, hacinados en corrales, enterrados en los barros de sus propias orinas, con escaso control sanitario y el fantasma de la “vaca loca” rondando los corrales, y con el alto riesgo de probables recombinaciones virales, como está sucediendo con la Gripe A.. Una situación similar ocurre con la producción tambera, habiendo eliminado actividades generadoras de mano de obra o produciendo leche maternizada con altos contenidos de pesticidas. O peor aún, pretendiéndo reemplazarla por el jugo de soja (mal llamado leche de soja).
La pérdida de los cinturones verdes fruti hortícolas ante el avance de la soja, otrora generadores de mano de obra y proveedores de alimentos frescos a escala local y regional, productos básicos de nuestra Soberanía Alimentaria, han desaparecido de la dieta de muchos argentinos que hoy no pueden acceder a ellos ni en cantidad ni en calidad, con el consecuente incremento de enfermedades de la malnutrición.
La destrucción de los hábitats naturales conlleva la desaparición o retroceso numérico de aves, insectos, mamíferos, hierbas, arbustos y árboles, que cumplen una función esencial en el mantenimiento del sistema y que ya se encuentran sitiados por la agricultura, las urbanizaciones y el cambio climático.
Presenciamos una política gubernamental errática en su atención a las áreas naturales de conservación, que siempre serán pocas en comparación a las necesidades.
De continuar estas practicas depredadoras, el Monte Chaqueño, la Selva de Montiel, la Selva Misionera y próximamente las Yungas con los últimos bosques nativos del chaco árido y del espinal, serán recordados sólo en fotografías.
Las pesquerías continentales y marítimas se encuentran en proceso de agotamiento por la sobreexplotación: ni sábalo ni merluza forman parte importante de esa variada ictiofauna que nos caracterizaba hasta hace unos años. Y con ellos, desaparece toda una sociedad y una cultura relacionada al recurso.
El Atlántico Sur, uno de los últimos caladeros que quedan, fue diezmado sin escrúpulos por un mercantilismo que arrasa con artes de pesca destructivas del ecosistema marino y que selecciona en sus bodegas sólo las especies más rentables en detrimento de otras, sin importarle la biodiversidad de un medio que contiene aún la mayor diversidad biológica templada–fría del planeta.
La contaminación del aire, del agua y del suelo se acentúa en los parques industriales, con el consiguiente impacto sobre las poblaciones circundantes. En los polos petroquímicos de Bahía Blanca y La Plata (Buenos Aires), Gran Rosario (Santa Fe) y el paradigmático caso del Dock Sud, la Villa Inflamable y la cuenca del Riachuelo-Matanza, a las puertas de la capital nacional y con un impacto directo sobre 5 millones de argentinos, nos encontramos con un estado desarticulado a la hora de ejercer su rol de control.
El reciente conflicto por las pasteras de Fray Bentos, Uruguay, desnudó con vergüenza a nuestras propias plantas de producción de pasta de papel -con los monocultivos asociados de eucaliptos y pinos- y tecnologías productoras de dioxinas, una de las sustancias más tóxicas que ha creado el hombre.
Añadimos el profundo deterioro ambiental que sufre actualmente la costa atlántica, en especial la bonaerense, con motivo del robo de arena de sus playas y el terreno ganado al sistema dunícola por emprendimientos edilicios.
Esto nos remite también a las tierras públicas urbanas donde los inversores inmobiliarios reciben especial atención por parte de las autoridades políticas mientras que los vecinos deben pelear por cada metro cuadrado de espacio verde; la lucha por esos espacios trasciende el romanticismo habiéndose formado redes de ciudadanos movilizados en todas las provincias.
En un país con el 85% de la población residiendo en áreas urbanas, resulta lógico que muchas de las problemáticas estén asociadas a las ciudades, como el inadecuado manejo de residuos cuyo caso más resonante es el CEAMSE y los rellenos sanitarios “regionales” que desnudan la falta de un Plan de Gestión Ambiental de Residuos realista, en el que se incluya una ley de envases que propugne la disminución de la oferta y del uso de productos envasados, fomentando un modelo de consumo que genere menos residuos y promueva el re-uso de los escasos bienes que provee la naturaleza.
La falta de este Plan lleva a justificar la necesidad de los peligrosos rellenos sanitarios o, lo que sería peor, a tratar los residuos mediante la incineración.
Rechazamos toda posibilidad de incinerar residuos, aún los disfrazados como “generadores de energía” porque emiten sustancias altamente peligrosas, como las dioxinas y los furanos. Los incineradores han sido objeto de largas campañas de protesta, ante los oídos sordos oficiales y el aumento de las patologías asociadas a esos tóxicos, en las comunidades en las que se localizan: Zárate, Marcos Paz, Morón, El Bolsón, Crespo, Lanús, entre otras.
La falta de acceso al agua potable y a cloacas sin sistemas de tratamiento, la proliferación de las antenas de telefonía celular sin los correspondientes Estudios de Impacto Ambiental (EIA), la contaminación del aire por el tránsito automotor y la elevación de las napas freáticas en partidos del Gran Buenos Aires, los transformadores con PCB, la aplicación de pesticidas en los espacios verdes o vias de tren, los ruidos... la lista es muy extensa.
Todo ésto no debe verse en forma separada del hacinamiento y la violencia social, que más sufren los desprotegidos, los que no pueden acceder a los alimentos básicos, los que deben atenderse en hospitales sobresaturados y que terminan, en muchos casos, engrosando las filas del clientelismo político.
Dos elementos básicos para la supervivencia de una sociedad son motivo de discusiones permanentes: la energía y el agua. La matriz energética de nuestro país, basada mayoritariamente en el petróleo y el gas, tiene sus impactos globales y locales por la prospección, la destilación y el aporte de gases de efecto invernadero. La respuesta al futuro son las energías alternativas y hacia ellas, en este momento histórico, debieran apuntar los esfuerzos de toda la sociedad.
En cuanto a la energía nuclear, RENACE entiende que el desarrollo de la generación nucleoeléctrica produce en todo su ciclo un riesgo tal, que excede las posibilidades de protección y guarda. A ésto debe agregarse el empecinamiento oficial en prolongar la vida útil de las centrales nuecleoeléctricas (Atucha y Embalse) sin consultar a la población circundante expuesta al colapso y desatendiendo la obsolescencia de las instalaciones. Atucha II es otro ejemplo de imprudencia mercantil al continuar la construcción de una planta obsoleta en origen, cuya tecnología es previa a la de Chernobyl.
La experiencia demuestra que el Estado, a través de sus distintas administraciones, no ha evitado los pasivos ambientales, sitios contaminados, percances y desmanejos con materiales radiactivos. Ezeiza (contaminación con uranio y nitratos), Malargüe y una docena de emplazamientos (desechos de la extracción de uranio) y Alta Córdoba, (almacenamiento en zona densamente poblada de miles de toneladas de residuos radiactivos), son sólo algunos ejemplos.
El Estado, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica, (CNEA) engaña a la población con un cálculo de costo-beneficio que excluye adrede el costo desmesurado de controles, saneamiento, remediación y depósito final que no está en condiciones de ejecutar.
El agua es un recurso vital. Esto lo saben las poblaciones de las zonas áridas, donde hoy deben disputar su posesión con los emprendimientos mineros devoradores de agua y energía. Pero también donde abunda debe ser utilizada racionalmente: el agotamiento y contaminación del acuífero Puelches es un llamado de alerta, al igual que la extracción de agua termal salada proveniente del Sistema Acuífero Guaraní y el posterior vuelco de la misma a los cursos superficiales.
Por otro lado, las cíclicas sequías e inundaciones del Gran Chaco se han incrementado con la sistemática destrucción del otrora “Impenetrable”, poniendo en serio peligro la subsistencia de grandes poblaciones. En las ciudades, mientras tanto, el agua potable que cada vez cuesta más producir, se derrocha en usos suntuarios.
Asimismo no podemos dejar de manifestar nuestro más enérgico repudio al veto de la ley de glaciares, medida que somete a nuestras cuencas al espurio mercado minero merced a imposiciones de transnacionales del sector. La Cordillera de los Andes fabrica el agua que nutre al conjunto del continente sudamericano.
Acompañando todo este proceso, los profesionales y técnicos de nuestras Universidades argentinas egresan de una institución que se sostiene en parte por las dádivas de las empresas más contaminantes del país. Esa paradoja es denunciada y rechazada por numerosas casas de estudio. RENACE se pregunta ¿adónde está la ética de formar un profesional con fondos de industrias probadamente contaminantes?. ¿Qué independencia tiene ese profesional, a la hora de auditar a la industria que lo formó?
Esta política nacional, social y ecológicamente insostenible, se alienta desde las estructuras del IIRSA, (Iniciativa para la Infraestructura Regional Sudamericana) que responde a los planes de consolidación y dominio de los países del Norte en pos del despojo de los recursos naturales, para nosotros bienes comunes naturales, sometiendo a nuestros territorios a la contaminación irreparable, la destrucción de comunidades y depredación en todas sus formas.
En este breve recorrido por una extensión tan amplia como es nuestro territorio nacional, encontramos pruebas que permiten ratificar que los problemas sociales generan problemas ambientales y los problemas ambientales generan problemas sociales. Y ambos son hoy de una gravedad tal que nos pone a todos lo habitantes de esta tierra en serio riesgo de vida.
La solicitud
Por todo ello, la RED NACIONAL DE ACCIÓN ECOLOGISTA (RENACE), reclama y exige al Gobierno Nacional, a los Gobiernos Provinciales y Municipales y a nuestros representantes electos, que se declare la Emergencia socioambiental en todo el territorio de la República Argentina.
Pretendemos que se asuma la calidad de vida de todos los argentinos como una Política de Estado, ratificando el art.Nº 41 de nuestra Constitución Nacional, para lo cual es necesario que las estructuras gubernamentales y la sociedad en su conjunto debatan sobre estos problemas que amenazan nuestra vida presente y futura, asumiendo los cambios necesarios en la educación; a través de acciones punitivas a aquellos que transgredan; recuperando la Soberanía Alimentaria mediante el fomento de las producciones alternativas; protegiendo la biodiversidad, promoviendo las energías renovables y limpias y modos de producción y consumo que respeten los derechos de los que heredarán este país.
Este es el único camino viable que ayudará a los pueblos a conservar la Tierra, nuestra casa grande, como único lugar posible para la vida que conocemos.
Red Nacional de Accion Ecologista - www.renace.net
RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA desde 1984
asoc.amigos del lago de palermo (ciudad autónoma) -centro ambiental argentino (ciudad autónoma) - por la reserva -vecinos auto convocados -(ciudad autónoma) – acción por la biodiversidad (marcos paz) - asoc.ambientalista del sur (bahía blanca) - asoc.contra la contaminación ambiental (esteban echeverria) – asoc. ecológica de lanús - bios argentina (mar del plata) - centro de observación de la naturaleza ( mar del plata) - comision ecologica de ituzaingo - ecología y crecimiento con organización solidaria (Saladillo) - fundación nuevo horizonte (olavarria) - fundación uñopatun (carmén de patagones) - iniciativa radial (temperley) -reconciliarnos con la tierra (marcos paz) - eco sitio (villa maría) -fund. argentina de energías alternativas y renovables (cordoba) - fundación para la defensa del ambiente (cordoba) - agrup.ambientalista valle azul (yacanto) - fundacion ambiente total (resistencia ) - movimiento antinuclear del chubut (trelew) – foro ecologista de parana - instituto argentino de investigaciones espeleologicas (malargue mza) - fundación cullunche (mendoza) - asoc.civil de ecologia social (neuquén) - asoc.conservación patagónica (san martín y junin de los andes ) -asoc ambientalista piuke (bariloche) - asoc.para la protección de la naturaleza lihue (bariloche) - sociedad ecológica regional ( el bolsón) - fundación inti cuyum ( san luis) - centro de protección a la naturaleza (santa fe) - asoc. parque federal (santa fe)- centro ecologista renacer (villa constitución -sta fe) - muyuqui (santa fe) - vida si! (tucumán) - pro eco grupo ecologista (tucumán)
EcoPortal
Como ecologistas consideramos imprescindible dar a conocer nuestra visión sobre el estado de situación socioambiental de la Argentina.
Nuestro planeta se encuentra inmerso en una profunda transformación, siendo el signo más evidente el Cambio Climático Global a partir de la Revolución Industrial e incrementado en la segunda mitad del siglo XX, que es el momento en que al modelo de producción expoliador de los bienes comunes naturales se suma un modelo de consumo insostenible, insustentable y depredador destinado a incrementar las ganancias de las corporaciones y sus socios en todo el mundo.
Nuestro país recibe los impactos a través de redistribución de lluvias, sequías e inundaciones, en ciclos que se aceleran con cada nueva estación, y efectos que se sienten no sólo en el sistema agropecuario o en inundaciones urbanas, sino también en el regreso o incremento de enfermedades tropicales como el dengue o la leishmaniasis y la aparición de nuevas plagas.
Sólo una visión muy sesgada de la realidad puede pretender que el deterioro de la calidad de vida se encuentra asociado de manera unívoca a las cuestiones económicas, políticas o sociales; bajo esa visión reducida de los procesos económicos-productivos y sociales, se obvia la referencia del componente más importante: nuestro ambiente.
El modelo extractivo de recursos primarios para alimentar el consumismo voraz del Norte, la generación de energía sin debatir para qué y para quién, comprometiendo a los sistemas sostenedores de la vida y a las culturas con el fin de sostener al Mercado y cada vez más alejada del concepto del buen vivir, afecta no sólo a las generaciones futuras sino también a las actuales.
En un recorrido por los problemas ambientales de nuestro país, vemos que todos los casos coinciden en sumar conflictos en la sociedad, un determinado modelo de producción y consumo y el soporte natural.
A lo largo de toda la zona cordillerana, las explotaciones mineras a cielo abierto, como Bajo La Alumbrera y Veladero, por citar sólo dos de los emprendimientos mineros más emblemáticos, están destruyendo el paisaje, los glaciares y un modo de vida sostenible, secando las escasas reservas de agua y contaminando con cianuro y/o ácido sulfúrico y metales pesados, más allá de las fronteras provinciales tal como se ha podido detectar en Tucumán (canal DP2) y en Lago de Termas de Río Hondo (Santiago del Estero).
La organización, la insurrección y la vigilia permanente de la población local, que ve afectado su futuro y el de sus hijos, han podido detener algunos proyectos como en Esquel (Chubut) que inició el camino de seis provincias que legislaron contra la minería a cielo abierto y/o lixiviación con compuestos químicos.
Cabe destacar la influencia de los poderes del estado nacional que intenta evitar el procesamiento por contaminación del vicepresidente de mina La Alumbrera, causa aceptada por la Cámara Federal con asiento en la Provincia de Tucumán y convertida en el primer caso de América Latina en su tipo. Mientras tanto, un tratado binacional minero de implementación conjunta argentino-chileno entrega la Cordillera de los Andes a un tercer país en manos de las corporaciones del sector extractivo, ante la ceguera acordada por la comunidad política nacional.
En la Patagonia, vemos que el permanente acecho de la minería hidro-química contaminante, el proceso de eutrofización y contaminación industrial, agroquímica, petrolera y cloacal de la Cuenca del lago Nahuel Huapi y los ríos Limay, Neuquén y Negro, el sobrepastoreo, la destrucción del bosque cordillerano a través de los incendios o la siembra intensiva y extensiva de especies exóticas, la apropiación de fuentes de agua, la extranjerización del territorio, la explotación del petróleo, el proyecto latente del establecimiento de un basurero nuclear y la persecución y el despojo a los pueblos originarios a ambos lados de la cordillera está llevando a esta rica y hermosa región a un callejón sin salida.
La amenaza de la explotación de uranio en diversos puntos del país refiere directamente al desmanejo ambiental histórico de la CNEA en Malargüe, Sierra Pintada, Los Gigantes, Los Adobes, Don Otto sitio Tonco, etc., donde se acumulan toneladas de desperdicios, escoria radiactiva con remediación pendiente desde hace más de 25 años. Las poblaciones se ven afectadas por “colas” abandonadas por más de 30 años que comprenden en opinión de la propia Comisión Nacional de Energía Atómica, “más del 80% del decaimiento del uranio 238” reconociendo que se trata de “partículas cancerígenas”.-
En el centro del país, y en un salvaje proceso de expansión de las fronteras agropecuarias para atender a los mercados externos, se destruyen e incendian montes y bosques nativos, se avanza expulsando a miles de campesinos, pequeños productores y trabajadores del campo que terminan engrosando las villas miserias de las grandes ciudades. Se elimina la biodiversidad y se modifican los ciclos agrícolas, abriendo paso al monocultivo de soja transgénica con el sistema de siembra directa y más de 250 millones de litros de agrotóxicos por campaña rociados sobre las cabezas de la población urbana y rural, que sufren las consecuencias de década y media de fumigaciones, aún cuando existe suficiente evidencia científica sobre su toxicidad aguda y crónica. Los efectos cancerígenos, acción mutagénica, contaminación de alimentos y persistencia en suelos y cultivos, han sido demostrados en forma fehaciente por numerosas investigaciones en nuestro país y el mundo, incluyendo los últimos aportes del Dr. Andrés Carrasco, Director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA. En coincidencia con los grupos económicos, ni los gobiernos ni el SENASA han dado acuse de recibo de tales investigaciones.
El paisaje cotidiano de silos y máquinas fumigadoras dentro de las áreas urbanas, otrora símbolo de progreso, comienza a percibirse como una agresión a la salud de los ciudadanos, que se movilizan en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Santiago del Estero, Misiones, etc.
Como efecto colateral a este proceso de agricultura sin agricultores, nuestras carnes, antes de renombre internacional, pierden calidad y ventajas comparativas al confinarse al ganado vacuno a las peores tierras o a los feed-lots, obligándolos a consumir alimentos balanceados de muy dudosa calidad, hacinados en corrales, enterrados en los barros de sus propias orinas, con escaso control sanitario y el fantasma de la “vaca loca” rondando los corrales, y con el alto riesgo de probables recombinaciones virales, como está sucediendo con la Gripe A.. Una situación similar ocurre con la producción tambera, habiendo eliminado actividades generadoras de mano de obra o produciendo leche maternizada con altos contenidos de pesticidas. O peor aún, pretendiéndo reemplazarla por el jugo de soja (mal llamado leche de soja).
La pérdida de los cinturones verdes fruti hortícolas ante el avance de la soja, otrora generadores de mano de obra y proveedores de alimentos frescos a escala local y regional, productos básicos de nuestra Soberanía Alimentaria, han desaparecido de la dieta de muchos argentinos que hoy no pueden acceder a ellos ni en cantidad ni en calidad, con el consecuente incremento de enfermedades de la malnutrición.
La destrucción de los hábitats naturales conlleva la desaparición o retroceso numérico de aves, insectos, mamíferos, hierbas, arbustos y árboles, que cumplen una función esencial en el mantenimiento del sistema y que ya se encuentran sitiados por la agricultura, las urbanizaciones y el cambio climático.
Presenciamos una política gubernamental errática en su atención a las áreas naturales de conservación, que siempre serán pocas en comparación a las necesidades.
De continuar estas practicas depredadoras, el Monte Chaqueño, la Selva de Montiel, la Selva Misionera y próximamente las Yungas con los últimos bosques nativos del chaco árido y del espinal, serán recordados sólo en fotografías.
Las pesquerías continentales y marítimas se encuentran en proceso de agotamiento por la sobreexplotación: ni sábalo ni merluza forman parte importante de esa variada ictiofauna que nos caracterizaba hasta hace unos años. Y con ellos, desaparece toda una sociedad y una cultura relacionada al recurso.
El Atlántico Sur, uno de los últimos caladeros que quedan, fue diezmado sin escrúpulos por un mercantilismo que arrasa con artes de pesca destructivas del ecosistema marino y que selecciona en sus bodegas sólo las especies más rentables en detrimento de otras, sin importarle la biodiversidad de un medio que contiene aún la mayor diversidad biológica templada–fría del planeta.
La contaminación del aire, del agua y del suelo se acentúa en los parques industriales, con el consiguiente impacto sobre las poblaciones circundantes. En los polos petroquímicos de Bahía Blanca y La Plata (Buenos Aires), Gran Rosario (Santa Fe) y el paradigmático caso del Dock Sud, la Villa Inflamable y la cuenca del Riachuelo-Matanza, a las puertas de la capital nacional y con un impacto directo sobre 5 millones de argentinos, nos encontramos con un estado desarticulado a la hora de ejercer su rol de control.
El reciente conflicto por las pasteras de Fray Bentos, Uruguay, desnudó con vergüenza a nuestras propias plantas de producción de pasta de papel -con los monocultivos asociados de eucaliptos y pinos- y tecnologías productoras de dioxinas, una de las sustancias más tóxicas que ha creado el hombre.
Añadimos el profundo deterioro ambiental que sufre actualmente la costa atlántica, en especial la bonaerense, con motivo del robo de arena de sus playas y el terreno ganado al sistema dunícola por emprendimientos edilicios.
Esto nos remite también a las tierras públicas urbanas donde los inversores inmobiliarios reciben especial atención por parte de las autoridades políticas mientras que los vecinos deben pelear por cada metro cuadrado de espacio verde; la lucha por esos espacios trasciende el romanticismo habiéndose formado redes de ciudadanos movilizados en todas las provincias.
En un país con el 85% de la población residiendo en áreas urbanas, resulta lógico que muchas de las problemáticas estén asociadas a las ciudades, como el inadecuado manejo de residuos cuyo caso más resonante es el CEAMSE y los rellenos sanitarios “regionales” que desnudan la falta de un Plan de Gestión Ambiental de Residuos realista, en el que se incluya una ley de envases que propugne la disminución de la oferta y del uso de productos envasados, fomentando un modelo de consumo que genere menos residuos y promueva el re-uso de los escasos bienes que provee la naturaleza.
La falta de este Plan lleva a justificar la necesidad de los peligrosos rellenos sanitarios o, lo que sería peor, a tratar los residuos mediante la incineración.
Rechazamos toda posibilidad de incinerar residuos, aún los disfrazados como “generadores de energía” porque emiten sustancias altamente peligrosas, como las dioxinas y los furanos. Los incineradores han sido objeto de largas campañas de protesta, ante los oídos sordos oficiales y el aumento de las patologías asociadas a esos tóxicos, en las comunidades en las que se localizan: Zárate, Marcos Paz, Morón, El Bolsón, Crespo, Lanús, entre otras.
La falta de acceso al agua potable y a cloacas sin sistemas de tratamiento, la proliferación de las antenas de telefonía celular sin los correspondientes Estudios de Impacto Ambiental (EIA), la contaminación del aire por el tránsito automotor y la elevación de las napas freáticas en partidos del Gran Buenos Aires, los transformadores con PCB, la aplicación de pesticidas en los espacios verdes o vias de tren, los ruidos... la lista es muy extensa.
Todo ésto no debe verse en forma separada del hacinamiento y la violencia social, que más sufren los desprotegidos, los que no pueden acceder a los alimentos básicos, los que deben atenderse en hospitales sobresaturados y que terminan, en muchos casos, engrosando las filas del clientelismo político.
Dos elementos básicos para la supervivencia de una sociedad son motivo de discusiones permanentes: la energía y el agua. La matriz energética de nuestro país, basada mayoritariamente en el petróleo y el gas, tiene sus impactos globales y locales por la prospección, la destilación y el aporte de gases de efecto invernadero. La respuesta al futuro son las energías alternativas y hacia ellas, en este momento histórico, debieran apuntar los esfuerzos de toda la sociedad.
En cuanto a la energía nuclear, RENACE entiende que el desarrollo de la generación nucleoeléctrica produce en todo su ciclo un riesgo tal, que excede las posibilidades de protección y guarda. A ésto debe agregarse el empecinamiento oficial en prolongar la vida útil de las centrales nuecleoeléctricas (Atucha y Embalse) sin consultar a la población circundante expuesta al colapso y desatendiendo la obsolescencia de las instalaciones. Atucha II es otro ejemplo de imprudencia mercantil al continuar la construcción de una planta obsoleta en origen, cuya tecnología es previa a la de Chernobyl.
La experiencia demuestra que el Estado, a través de sus distintas administraciones, no ha evitado los pasivos ambientales, sitios contaminados, percances y desmanejos con materiales radiactivos. Ezeiza (contaminación con uranio y nitratos), Malargüe y una docena de emplazamientos (desechos de la extracción de uranio) y Alta Córdoba, (almacenamiento en zona densamente poblada de miles de toneladas de residuos radiactivos), son sólo algunos ejemplos.
El Estado, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica, (CNEA) engaña a la población con un cálculo de costo-beneficio que excluye adrede el costo desmesurado de controles, saneamiento, remediación y depósito final que no está en condiciones de ejecutar.
El agua es un recurso vital. Esto lo saben las poblaciones de las zonas áridas, donde hoy deben disputar su posesión con los emprendimientos mineros devoradores de agua y energía. Pero también donde abunda debe ser utilizada racionalmente: el agotamiento y contaminación del acuífero Puelches es un llamado de alerta, al igual que la extracción de agua termal salada proveniente del Sistema Acuífero Guaraní y el posterior vuelco de la misma a los cursos superficiales.
Por otro lado, las cíclicas sequías e inundaciones del Gran Chaco se han incrementado con la sistemática destrucción del otrora “Impenetrable”, poniendo en serio peligro la subsistencia de grandes poblaciones. En las ciudades, mientras tanto, el agua potable que cada vez cuesta más producir, se derrocha en usos suntuarios.
Asimismo no podemos dejar de manifestar nuestro más enérgico repudio al veto de la ley de glaciares, medida que somete a nuestras cuencas al espurio mercado minero merced a imposiciones de transnacionales del sector. La Cordillera de los Andes fabrica el agua que nutre al conjunto del continente sudamericano.
Acompañando todo este proceso, los profesionales y técnicos de nuestras Universidades argentinas egresan de una institución que se sostiene en parte por las dádivas de las empresas más contaminantes del país. Esa paradoja es denunciada y rechazada por numerosas casas de estudio. RENACE se pregunta ¿adónde está la ética de formar un profesional con fondos de industrias probadamente contaminantes?. ¿Qué independencia tiene ese profesional, a la hora de auditar a la industria que lo formó?
Esta política nacional, social y ecológicamente insostenible, se alienta desde las estructuras del IIRSA, (Iniciativa para la Infraestructura Regional Sudamericana) que responde a los planes de consolidación y dominio de los países del Norte en pos del despojo de los recursos naturales, para nosotros bienes comunes naturales, sometiendo a nuestros territorios a la contaminación irreparable, la destrucción de comunidades y depredación en todas sus formas.
En este breve recorrido por una extensión tan amplia como es nuestro territorio nacional, encontramos pruebas que permiten ratificar que los problemas sociales generan problemas ambientales y los problemas ambientales generan problemas sociales. Y ambos son hoy de una gravedad tal que nos pone a todos lo habitantes de esta tierra en serio riesgo de vida.
La solicitud
Por todo ello, la RED NACIONAL DE ACCIÓN ECOLOGISTA (RENACE), reclama y exige al Gobierno Nacional, a los Gobiernos Provinciales y Municipales y a nuestros representantes electos, que se declare la Emergencia socioambiental en todo el territorio de la República Argentina.
Pretendemos que se asuma la calidad de vida de todos los argentinos como una Política de Estado, ratificando el art.Nº 41 de nuestra Constitución Nacional, para lo cual es necesario que las estructuras gubernamentales y la sociedad en su conjunto debatan sobre estos problemas que amenazan nuestra vida presente y futura, asumiendo los cambios necesarios en la educación; a través de acciones punitivas a aquellos que transgredan; recuperando la Soberanía Alimentaria mediante el fomento de las producciones alternativas; protegiendo la biodiversidad, promoviendo las energías renovables y limpias y modos de producción y consumo que respeten los derechos de los que heredarán este país.
Este es el único camino viable que ayudará a los pueblos a conservar la Tierra, nuestra casa grande, como único lugar posible para la vida que conocemos.
Red Nacional de Accion Ecologista - www.renace.net
RED NACIONAL DE ACCION ECOLOGISTA desde 1984
asoc.amigos del lago de palermo (ciudad autónoma) -centro ambiental argentino (ciudad autónoma) - por la reserva -vecinos auto convocados -(ciudad autónoma) – acción por la biodiversidad (marcos paz) - asoc.ambientalista del sur (bahía blanca) - asoc.contra la contaminación ambiental (esteban echeverria) – asoc. ecológica de lanús - bios argentina (mar del plata) - centro de observación de la naturaleza ( mar del plata) - comision ecologica de ituzaingo - ecología y crecimiento con organización solidaria (Saladillo) - fundación nuevo horizonte (olavarria) - fundación uñopatun (carmén de patagones) - iniciativa radial (temperley) -reconciliarnos con la tierra (marcos paz) - eco sitio (villa maría) -fund. argentina de energías alternativas y renovables (cordoba) - fundación para la defensa del ambiente (cordoba) - agrup.ambientalista valle azul (yacanto) - fundacion ambiente total (resistencia ) - movimiento antinuclear del chubut (trelew) – foro ecologista de parana - instituto argentino de investigaciones espeleologicas (malargue mza) - fundación cullunche (mendoza) - asoc.civil de ecologia social (neuquén) - asoc.conservación patagónica (san martín y junin de los andes ) -asoc ambientalista piuke (bariloche) - asoc.para la protección de la naturaleza lihue (bariloche) - sociedad ecológica regional ( el bolsón) - fundación inti cuyum ( san luis) - centro de protección a la naturaleza (santa fe) - asoc. parque federal (santa fe)- centro ecologista renacer (villa constitución -sta fe) - muyuqui (santa fe) - vida si! (tucumán) - pro eco grupo ecologista (tucumán)
Starbucks' Latest Evil Plan to Take Over (More) of the World
By Priyamvada Gopal
Comment Is Free
First, a confession. I'm writing this in a coffee shop. I spend a lot of time reading and writing in them. Worse, in Cambridge where I live, I frequent the Clone Street branch of Café Chain. In the absence of viable independent alternatives, it has become my default local, lent distinctive charm by the friendly and appallingly paid young people who work there. Right now, however, I'm in one of the many "locally-owned" coffee shops that dot North American university towns. Ironically, in many parts of the nation that invented gonzo multinational chains, it has long been possible to find sturdily unique cafes, independent bookstores, artisan-run bakeries and farmer co-operatives.
But perhaps not for much longer, and not because the local is inevitably pulverised by the global. On the contrary. Starbucks' new stealth strategy sees it "rebranding", or de-branding, stores to give them different names and more local "community personality". A victim of its own success -- 161 branches within a five-mile radius in Central London and the famous promise to open a new one every fortnight -- Starbucks has been hit by the recession and, in different ways, both by the turn to less expensive caffeine hits and a reawakening of interest in local economies. Even before the downturn, its legendary CEO, Howard Schultz, fretted about what he called the 'watering down of the Starbucks experience' and the loss of 'the soul of the past' in 'the warm feeling of the neighborhood store'.
Nothing, obviously, that couldn't be sourced and commodified in due course. The transformation of the quirky, the unique and the countercultural into mainstream commodity culture is not new, and Starbucks is hardly alone in enacting this relentless corporate logic. As the ubiquitous HSBC adverts insist, global success is dependent on exploiting local knowledge and cultures. Coca-Cola came to India in the 90s waving the national flag and insisting, in local languages, on its indigenity; McDonald's succeeds in Asian countries by serving variants of local cuisines. Don't be too surprised if fast-food joints begin to cater to the "slow food" movement, just as gigantic petroleum corporations now sport bright "green" logos.
What can be done, and is it an issue? If every human desire, including a commitment to the distinctively local can be repackaged with such global panache, perhaps this is further evidence of the futility of resisting the gigantic enclosure that is corporate globalization.
Then again, we might reflect on how we enable corporations to play stealth games with our expectations. While consumer activism has undoubtedly brought about some limited good in relation to environmental and trade justice concerns, sometimes change itself seems to have dwindled into a set of consumer choices whereby fairness, for instance, is just another "option". Starbucks' conscience-soothing "fair trade" range invited the question of whether everything else it – and others with similar options – had on offer was tacitly unfair trade. While there is a real debate to be had about whether consumer campaigning for "fair", "green" and "local" choices offers limited or substantive change, the truth is we have lost the ability to imagine economic alternatives to neoliberal fundamentalism. The more the focus remains exclusively on market excesses and abuses, the less we think about the inbuilt flaws of corporate globalization.
Of course, when dissident alternatives enter the discussion from areas such as Brazil and Venezuela, where there have been concerted efforts to reclaim the local from private corporations, they too are subject to rebranding as "lost regions", troublespots that threaten the stability of the world mocha order. Conversely, there is admiration for India or China when the local is appropriated, privatized and patented, actions that have worse consequences for the vegetable-cart vendor and small farmer than for coffee shops and bakeries in affluent countries. As long as we place our resolute faith in a global economic system that has shown itself to be rickety and ruthless, we remain susceptible to believing "the world is flat", a world where, Thomas Friedman notes happily, our "choices get reduced to Pepsi or Coke – to slight nuances of taste, slight nuances of policy, slight alterations in design". Is another world still possible?
Comment Is Free
First, a confession. I'm writing this in a coffee shop. I spend a lot of time reading and writing in them. Worse, in Cambridge where I live, I frequent the Clone Street branch of Café Chain. In the absence of viable independent alternatives, it has become my default local, lent distinctive charm by the friendly and appallingly paid young people who work there. Right now, however, I'm in one of the many "locally-owned" coffee shops that dot North American university towns. Ironically, in many parts of the nation that invented gonzo multinational chains, it has long been possible to find sturdily unique cafes, independent bookstores, artisan-run bakeries and farmer co-operatives.
But perhaps not for much longer, and not because the local is inevitably pulverised by the global. On the contrary. Starbucks' new stealth strategy sees it "rebranding", or de-branding, stores to give them different names and more local "community personality". A victim of its own success -- 161 branches within a five-mile radius in Central London and the famous promise to open a new one every fortnight -- Starbucks has been hit by the recession and, in different ways, both by the turn to less expensive caffeine hits and a reawakening of interest in local economies. Even before the downturn, its legendary CEO, Howard Schultz, fretted about what he called the 'watering down of the Starbucks experience' and the loss of 'the soul of the past' in 'the warm feeling of the neighborhood store'.
Nothing, obviously, that couldn't be sourced and commodified in due course. The transformation of the quirky, the unique and the countercultural into mainstream commodity culture is not new, and Starbucks is hardly alone in enacting this relentless corporate logic. As the ubiquitous HSBC adverts insist, global success is dependent on exploiting local knowledge and cultures. Coca-Cola came to India in the 90s waving the national flag and insisting, in local languages, on its indigenity; McDonald's succeeds in Asian countries by serving variants of local cuisines. Don't be too surprised if fast-food joints begin to cater to the "slow food" movement, just as gigantic petroleum corporations now sport bright "green" logos.
What can be done, and is it an issue? If every human desire, including a commitment to the distinctively local can be repackaged with such global panache, perhaps this is further evidence of the futility of resisting the gigantic enclosure that is corporate globalization.
Then again, we might reflect on how we enable corporations to play stealth games with our expectations. While consumer activism has undoubtedly brought about some limited good in relation to environmental and trade justice concerns, sometimes change itself seems to have dwindled into a set of consumer choices whereby fairness, for instance, is just another "option". Starbucks' conscience-soothing "fair trade" range invited the question of whether everything else it – and others with similar options – had on offer was tacitly unfair trade. While there is a real debate to be had about whether consumer campaigning for "fair", "green" and "local" choices offers limited or substantive change, the truth is we have lost the ability to imagine economic alternatives to neoliberal fundamentalism. The more the focus remains exclusively on market excesses and abuses, the less we think about the inbuilt flaws of corporate globalization.
Of course, when dissident alternatives enter the discussion from areas such as Brazil and Venezuela, where there have been concerted efforts to reclaim the local from private corporations, they too are subject to rebranding as "lost regions", troublespots that threaten the stability of the world mocha order. Conversely, there is admiration for India or China when the local is appropriated, privatized and patented, actions that have worse consequences for the vegetable-cart vendor and small farmer than for coffee shops and bakeries in affluent countries. As long as we place our resolute faith in a global economic system that has shown itself to be rickety and ruthless, we remain susceptible to believing "the world is flat", a world where, Thomas Friedman notes happily, our "choices get reduced to Pepsi or Coke – to slight nuances of taste, slight nuances of policy, slight alterations in design". Is another world still possible?
Las reservas de coltan y de otros minerales son estratégicas para mantener en pie la guerra en el norte y sur de Kivu
República Democrática del Congo
Agencia Fides
Son los minerales del subsuelo del norte y sur de Kivu (al Este de la República Democrática del Congo) los que alimentan un conflicto que continúa después de 12 años.
Lo afirma un informe publicado recientemente por la organización Global Witness, que describe detalladamente cómo las diversas formaciones militares del área se financian depredando las riquezas de la región.
“En diversas áreas de las provincias del norte y del sur de Kivu, los grupos armados y el ejército nacional congolés controlan el comercio de la casiterita (mineral de estaño), del oro, de la columbita-tantalita (coltan), de la wolframita (de la que se saca el tungsteno) y de otros minerales” afirma un reporte titulado “Frente a un fusil, ¿qué se puede hacer?”. Entre los grupos citados en el informe están las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), formadas por hutu ruandeses que desde hace 15 años atacan a la población congolesa pesa a los diversos esfuerzos realizado para bloquear su actividad. ¿Cómo es posible que dicho grupo, oficialmente censurado por todos, continúe activo?. A la luz de las revelaciones de Global Witness, la respuesta es clara: porque se financia con el tráfico ilícito de minerales con la complicidad de agentes internacionales.
El documento de la británica Global Witness llega después de un estudio realizado por la francesa “Ecole de Guerre Economique” (ECG), bajo la dirección de Christian Harbulot, en noviembre del 2008, titulado “La Guerre du Coltan en RDC”, en el que se ponen a la luz los intereses económicos y estratégicos de las mayores potencias mundiales para controlar el coltan, un mineral utilizado en la industria electrónica, aeroespacial y de armamentos.
“Europa y Estados Unidos son totalmente dependientes de las reservas extranjeras de coltan”, afirma un reporte de la ECG. “Si actualmente Australia o Brasil exportan en grandes cantidades, la apuesta geoestratégica de las potencias que razonan en términos de reservas, está en la República Democrática del Congo. En efecto, el coltan de la región del Kivu representa entre el 60% y el 80% de las reservas mundiales de tantalio (metal extraído del coltan). Lo que está en juego para estos Estados dotados de sistemas de defensa y de alta tecnología es que el coltan, además de su potencial económico efectivo, es estratégico, en cuanto que el tantalio es indispensable para la industria aeronáutica, aeroespacial y de defensa”, afirma el documento que cita también un informe del Pentágono en el que se reconoce que “diversas aplicaciones del tantalio tiene que ver, directa o indirectamente, con la defensa”.
Del análisis de los informes de los dos grupos de investigación se concluye que la guerra en las dos Kivu, con frecuencia catalogada como “étnica”, se enmarca en un conflicto mucho más vasto que tiene implicaciones económicas y estratégicas que van mucho más allá del Congo y de la misma África. Los diversos movimientos de guerrilla y los ejércitos que actúan en las dos provincias congolesas se disputan el control de los yacimientos minerales. Detrás están algunos Estados africanos, utilizados para exportar minerales ilícitamente sustraídos a los congoleses, así como algunas multinacionales mineras y diversas potencias que, como hemos afirmado, dependen del coltan y de otros minerales estratégicos del área.
Los misioneros y ONGs que operan en el área desde hace años denuncian esta situación. Y constituye un bien el que grupos de análisis independientes, en Europa y en los Estados Unidos, sindiquen a los responsables de esta situación. Continuar hablando de guerra “étnica” o “tribal” significa hacerse cómplice de quien pretende continuar explotando impunemente esta región afectando gravemente a sus habitantes. Entre los crímenes cometidos por grupos armados de la región están los estupros masivos (cientos de miles de casos), utilizados deliberadamente para sembrar el terror en la población local y obligarla a la fuga, para así dejar el campo libre a los depredadores de las riquezas congolesas.
Agencia Fides
Son los minerales del subsuelo del norte y sur de Kivu (al Este de la República Democrática del Congo) los que alimentan un conflicto que continúa después de 12 años.
Lo afirma un informe publicado recientemente por la organización Global Witness, que describe detalladamente cómo las diversas formaciones militares del área se financian depredando las riquezas de la región.
“En diversas áreas de las provincias del norte y del sur de Kivu, los grupos armados y el ejército nacional congolés controlan el comercio de la casiterita (mineral de estaño), del oro, de la columbita-tantalita (coltan), de la wolframita (de la que se saca el tungsteno) y de otros minerales” afirma un reporte titulado “Frente a un fusil, ¿qué se puede hacer?”. Entre los grupos citados en el informe están las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), formadas por hutu ruandeses que desde hace 15 años atacan a la población congolesa pesa a los diversos esfuerzos realizado para bloquear su actividad. ¿Cómo es posible que dicho grupo, oficialmente censurado por todos, continúe activo?. A la luz de las revelaciones de Global Witness, la respuesta es clara: porque se financia con el tráfico ilícito de minerales con la complicidad de agentes internacionales.
El documento de la británica Global Witness llega después de un estudio realizado por la francesa “Ecole de Guerre Economique” (ECG), bajo la dirección de Christian Harbulot, en noviembre del 2008, titulado “La Guerre du Coltan en RDC”, en el que se ponen a la luz los intereses económicos y estratégicos de las mayores potencias mundiales para controlar el coltan, un mineral utilizado en la industria electrónica, aeroespacial y de armamentos.
“Europa y Estados Unidos son totalmente dependientes de las reservas extranjeras de coltan”, afirma un reporte de la ECG. “Si actualmente Australia o Brasil exportan en grandes cantidades, la apuesta geoestratégica de las potencias que razonan en términos de reservas, está en la República Democrática del Congo. En efecto, el coltan de la región del Kivu representa entre el 60% y el 80% de las reservas mundiales de tantalio (metal extraído del coltan). Lo que está en juego para estos Estados dotados de sistemas de defensa y de alta tecnología es que el coltan, además de su potencial económico efectivo, es estratégico, en cuanto que el tantalio es indispensable para la industria aeronáutica, aeroespacial y de defensa”, afirma el documento que cita también un informe del Pentágono en el que se reconoce que “diversas aplicaciones del tantalio tiene que ver, directa o indirectamente, con la defensa”.
Del análisis de los informes de los dos grupos de investigación se concluye que la guerra en las dos Kivu, con frecuencia catalogada como “étnica”, se enmarca en un conflicto mucho más vasto que tiene implicaciones económicas y estratégicas que van mucho más allá del Congo y de la misma África. Los diversos movimientos de guerrilla y los ejércitos que actúan en las dos provincias congolesas se disputan el control de los yacimientos minerales. Detrás están algunos Estados africanos, utilizados para exportar minerales ilícitamente sustraídos a los congoleses, así como algunas multinacionales mineras y diversas potencias que, como hemos afirmado, dependen del coltan y de otros minerales estratégicos del área.
Los misioneros y ONGs que operan en el área desde hace años denuncian esta situación. Y constituye un bien el que grupos de análisis independientes, en Europa y en los Estados Unidos, sindiquen a los responsables de esta situación. Continuar hablando de guerra “étnica” o “tribal” significa hacerse cómplice de quien pretende continuar explotando impunemente esta región afectando gravemente a sus habitantes. Entre los crímenes cometidos por grupos armados de la región están los estupros masivos (cientos de miles de casos), utilizados deliberadamente para sembrar el terror en la población local y obligarla a la fuga, para así dejar el campo libre a los depredadores de las riquezas congolesas.
Bill Moyers: Dangerous Alliance of Health Industry and Right-Wingers Will Stop at Nothing to Derail Progressive Reforms
By Bill Moyers and Michael Winship
AlterNet
Push finally came to shove in Washington this past week as the battle for health care escalated from scattered sniper fire into all-out combat. If it all seems to be getting more and more confusing, join the club. It's hard to see what's happening through all the gun smoke.
The Republicans have more than health care reform in their bombsights -- they want a loss for Obama so crushing it will bring the administration to its knees and restore GOP control of Congress after next year's elections.
In the words of Republican Senator Jim DeMint, "If we're able to stop Obama on this, it will be his Waterloo. It will break him."
The "Waterloo" of DeMint's metaphor, of course, is not the 1974 Abba hit but the battle in 1815 that ended Napoleon Bonaparte's rule as Emperor of France -- a humiliating defeat and a turning point in European history. Right-wingers like Glenn Beck see Obama as Napoleon incarnate, a popular emperor who must be stopped.
Here's what Beck said on his television show Monday, July 20: "I'm telling you, this guy is dangerous. He's never lost before. He won't understand ... like, 'Who are you to question me?' I mean, this guy is practically an imperial President now. When he starts to lose and people start to question him and push him back against the wall, he's not gonna know how to react."
The Republican strategy is almost identical to the way they turned health care into Waterloo for Bill and Hillary Clinton in 1993.
Back then, one of their chief propagandists, William Kristol, urged his party to block any health care plan for fear that Democrats would be seen as "the generous protector of middle class interests." Now he's telling the GOP to "go for the kill ... throw the kitchen sink ... drive a stake through its heart ... We need to start over."
So in lockstep are the Republicans that when strategist Alex Castellanos issued a memo outlining their battle plan, party chairman Michael Steele parroted large sections of it word for word in a speech at Washington's National Press Club. Asked a health care-related question that took him off script, Steele replied, "I don't do policy."
As the Republicans fired away, big business stepped up the attack too, their lobbying and advertising guns blazing. The Chamber of Commerce, for one, announced a major campaign of rallies and print and Internet ads to crush the White House plan for a competitive public option allowing consumers to choose between a government plan and private health insurance.
In key states where members of Congress remain on the fence, the airwaves are vibrating with television commercials aimed at shifting hearts and minds away from any change that might threaten profits.
President Obama rejected the Republicans' Waterloo metaphor and mounted a massive media counteroffensive of his own. But the President has already run into booby traps of his own making and minefields laid by members of his own party, exacerbated when the Congressional Budget Office reported that reform plans, instead of controlling costs, would send the national debt further into the stratosphere.
Meanwhile, supporters who want to scrap the present system for fundamental change are staring glumly though the fog of war at a battlefield in total disarray.
They fear that in the White House's desire to get a bill -- any bill - passed by Congress, it will have been so compromised, so bent to favor the big interests, that it will be less Waterloo than watered down, a steady diluting of the change they had hoped for and that America needs.
The big drug companies are already so pleased with what they've been promised that they've brought back Harry and Louise -- the make-believe couple who starred in TV ads that helped torpedo the Clinton health care plan -- but this time they're in favor of reform.
According to The Associated Press, the drug industry's trade group PhRMA (the Pharmaceutical Research and Manufacturers of America) and the drug company Pfizer "reported spending more money than other health care organizations on lobbying in the second quarter of this year" - $6.2 million from PhRMA, $5.6 million from Pfizer.
"Including its latest report, PhRMA has now spent $13.1 million lobbying so far this year. Pfizer has reported $11.7 million in lobbying expenses for 2009."
This is part of the reason, as Alicia Mundy and Laura Meckler recently wrote in The Wall Street Journal, that "the pharmaceuticals industry, which President Barack Obama promised to 'take on' during his campaign, is winning most of what it wants in the health-care overhaul."
Their story describes "a string of victories" plucked from the Senate Finance Committee by drug company lobbyists, including no cost-cutting steps, no cheaper drugs to be allowed across the border from Canada, and no direct Federal government negotiations with the pharmaceutical companies to lower Medicare drug prices.
And that's not all. The Senate Health Committee is giving the biotech industry monopoly protection against competition from generic drugs for 12 years after they go on the market.
No wonder the cost of reform keeps going up and up and up. Could it be that Harry and Louise are happier because, this time, they're in on the deal?
Bill Moyers is managing editor and Michael Winship is senior writer of the weekly public affairs program Bill Moyers Journal, which airs Friday night on PBS. Check local airtimes or comment at The Moyers Blog. Research provided by editorial producer Rebecca Wharton.
AlterNet
Push finally came to shove in Washington this past week as the battle for health care escalated from scattered sniper fire into all-out combat. If it all seems to be getting more and more confusing, join the club. It's hard to see what's happening through all the gun smoke.
The Republicans have more than health care reform in their bombsights -- they want a loss for Obama so crushing it will bring the administration to its knees and restore GOP control of Congress after next year's elections.
In the words of Republican Senator Jim DeMint, "If we're able to stop Obama on this, it will be his Waterloo. It will break him."
The "Waterloo" of DeMint's metaphor, of course, is not the 1974 Abba hit but the battle in 1815 that ended Napoleon Bonaparte's rule as Emperor of France -- a humiliating defeat and a turning point in European history. Right-wingers like Glenn Beck see Obama as Napoleon incarnate, a popular emperor who must be stopped.
Here's what Beck said on his television show Monday, July 20: "I'm telling you, this guy is dangerous. He's never lost before. He won't understand ... like, 'Who are you to question me?' I mean, this guy is practically an imperial President now. When he starts to lose and people start to question him and push him back against the wall, he's not gonna know how to react."
The Republican strategy is almost identical to the way they turned health care into Waterloo for Bill and Hillary Clinton in 1993.
Back then, one of their chief propagandists, William Kristol, urged his party to block any health care plan for fear that Democrats would be seen as "the generous protector of middle class interests." Now he's telling the GOP to "go for the kill ... throw the kitchen sink ... drive a stake through its heart ... We need to start over."
So in lockstep are the Republicans that when strategist Alex Castellanos issued a memo outlining their battle plan, party chairman Michael Steele parroted large sections of it word for word in a speech at Washington's National Press Club. Asked a health care-related question that took him off script, Steele replied, "I don't do policy."
As the Republicans fired away, big business stepped up the attack too, their lobbying and advertising guns blazing. The Chamber of Commerce, for one, announced a major campaign of rallies and print and Internet ads to crush the White House plan for a competitive public option allowing consumers to choose between a government plan and private health insurance.
In key states where members of Congress remain on the fence, the airwaves are vibrating with television commercials aimed at shifting hearts and minds away from any change that might threaten profits.
President Obama rejected the Republicans' Waterloo metaphor and mounted a massive media counteroffensive of his own. But the President has already run into booby traps of his own making and minefields laid by members of his own party, exacerbated when the Congressional Budget Office reported that reform plans, instead of controlling costs, would send the national debt further into the stratosphere.
Meanwhile, supporters who want to scrap the present system for fundamental change are staring glumly though the fog of war at a battlefield in total disarray.
They fear that in the White House's desire to get a bill -- any bill - passed by Congress, it will have been so compromised, so bent to favor the big interests, that it will be less Waterloo than watered down, a steady diluting of the change they had hoped for and that America needs.
The big drug companies are already so pleased with what they've been promised that they've brought back Harry and Louise -- the make-believe couple who starred in TV ads that helped torpedo the Clinton health care plan -- but this time they're in favor of reform.
According to The Associated Press, the drug industry's trade group PhRMA (the Pharmaceutical Research and Manufacturers of America) and the drug company Pfizer "reported spending more money than other health care organizations on lobbying in the second quarter of this year" - $6.2 million from PhRMA, $5.6 million from Pfizer.
"Including its latest report, PhRMA has now spent $13.1 million lobbying so far this year. Pfizer has reported $11.7 million in lobbying expenses for 2009."
This is part of the reason, as Alicia Mundy and Laura Meckler recently wrote in The Wall Street Journal, that "the pharmaceuticals industry, which President Barack Obama promised to 'take on' during his campaign, is winning most of what it wants in the health-care overhaul."
Their story describes "a string of victories" plucked from the Senate Finance Committee by drug company lobbyists, including no cost-cutting steps, no cheaper drugs to be allowed across the border from Canada, and no direct Federal government negotiations with the pharmaceutical companies to lower Medicare drug prices.
And that's not all. The Senate Health Committee is giving the biotech industry monopoly protection against competition from generic drugs for 12 years after they go on the market.
No wonder the cost of reform keeps going up and up and up. Could it be that Harry and Louise are happier because, this time, they're in on the deal?
Bill Moyers is managing editor and Michael Winship is senior writer of the weekly public affairs program Bill Moyers Journal, which airs Friday night on PBS. Check local airtimes or comment at The Moyers Blog. Research provided by editorial producer Rebecca Wharton.
“Desobedezco sus Leyes para Mostrar que No Sirven”
Flor Crisóstomo, emigrante mexicana, lleva más de 500 días encerrada en una iglesia de Chicago resistiendo a su deportación y luchando por la libertad de movimientos
Andrea García
Diagonal
Flor Crisóstomo creció en Oaxaca, México. En el año 2000, con 20 años, decidió emigrar a EE UU para poder sostener a su familia, dejando allí a su madre y a dos hijos y una hija. Asegura que su salida no fue “por vivir el sueño americano”, sino por los tratados comerciales que producen la emigración forzosa de millones de personas.
Ahora se encuentra encerrada en una iglesia en Chicago, la iglesia Metodista San Adalberto, después de que un juez federal dictara la orden de deportación. Es su forma de seguir luchando contra la política migratoria. La misma iglesia en la que estuvo Elvira Arellano, cuyo caso fue internacionalmente conocido. Con ella compartió su primera huelga de hambre tras ser arrestada en una de las principales redadas llevadas a cabo en el año 2006, el año de las masivas movilizaciones de inmigrantes en el país.
DIAGONAL: ¿Por qué decidiste encerrarte en esta iglesia?
FLOR CRISÓSTOMO: Soy miembro de esta iglesia desde que me arrestaron en una redada en la compañía IFCO Systems en 2006. Detuvieron en todo el país a 1.200 hombres, y sólo dos mujeres. Fue la redada que marcó el tiempo que estamos viviendo ahora, de enorme persecución contra el migrante indocumentado. Todos los trabajadores fueron deportados automáticamente, excepto quienes estábamos en Chicago. Entre las organizaciones que nos apoyaron estaba Centro Sin Fronteras, que es parte de esta iglesia. Durante dos años desarrollamos mucho trabajo político, pero el proceso de lucha culminó cuando el juez de migración dictó que el 28 de enero de 2008 era el día final para salir voluntariamente del país. Yo decidí quedarme, y aquí me he mantenido, durante más de 500 días, haciendo mucho trabajo.
D.: ¿Cómo fue el trato recibido en el centro de detención de personas migrantes?
F.C.: A las mujeres nos humillaron de una forma horrible delante de los hombres. Son procesos muy difíciles como mujer. A cada momento traté de hacerme una persona muy fuerte. Me sacaban de la celda, me sentaban en una silla atada de pies y manos, y me enseñaban documentos para que firmara mi salida voluntaria. Los agentes de migración torturan psicológica y físicamente. Violaron nuestros derechos. Yo no podía quedarme callada después de eso.
D.: ¿Qué tipo de trabajo estás realizando en la iglesia con las personas que vienen a verte?
F.C.: Lo principal es hablar de la separación de familias por el desplazamiento forzado de inmigrantes en busca de trabajo. Vienen estudiantes de universidades de todo el país y les explico que el Tratado de Libre Comercio no es el buen proyecto que les dicen en sus clases: somos más de seis millones de mexicanos indocumentados, el TLC nos negó la oportunidad de mantener nuestro pequeño negocio, le negó a nuestros campesinos poder trabajar sus tierras, y a muchos profesionales el ejercer su profesión. Yo les digo que soy una mujer indígena que nunca quiso llegar aquí a vivir el sueño americano, soy una mujer a la que se le negó el mantener su cultura, su lengua, su tradición, y a su familia junta.
Otro de los proyectos que tenemos es crear un sistema de medios independiente. Y el proyecto más grande es el trabajo con mujeres que están quedando desempleadas, muchas sufren abusos por sus parejas, o madres solteras que como yo algún día tuvieron la necesidad de emigrar a este país. Las apoyamos para que realicen trabajos colectivos, que formen sus cooperativas y puedan cambiar sus vidas.
D.: ¿Qué consecuencias puede tener para ti este encierro?
F.C.: Me dicen que lo único que queda es que me deporten o que me den entre 15 y 35 años de cárcel. Es muy difícil de asimilar incluso para mí, pero puedo aceptar cualquier castigo por haber desobedecido una orden federal. Esto es una acción de desobediencia civil. Estoy mostrando que sus leyes no sirven.
Por otra parte, da mucha satisfacción que al menos cuatro de los trabajadores de los 26 que nos arrestaron en Chicago nos hayamos quedado. Hemos conseguido un reconocimiento, y lo importante de esto es que nuestra gente se active. El Gobierno a mí no me derrotó, todo lo contrario, me sacó de la oscuridad, me dio la voz que yo necesitaba tener, me abrió mi conciencia.
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“OBAMA NO SE COMPROMETE A ACABAR CON LAS REDADAS”
La esperanza, en algunos grupos bastante ciega, en la reforma migratoria prometida por Obama durante la campaña para la elección presidencial parece que se desvanece después de que se hayan rebasado los cien días de Gobierno puestos por él mismo como límite para actuar en este sentido.
Así, la exigencia de medidas específicas al Gobierno estadounidense se escucha cada vez más alto. El pasado 25 de junio, varios congresistas se reunieron con el presidente para tratar el tema migratorio, reunión que había sido pospuesta en dos ocasiones. Obama nombró entonces a la secretaria de Seguridad Interna –equivalente al Ministerio de Interior–, Janet Napolitano, como enlace con el Congreso sobre el tema migratorio.
Flor Crisóstomo considera este nombramiento como un posible avance, pero con ello “Obama no adopta el compromiso político de someter a moratoria las redadas y deportaciones hasta que se realice la legislación sobre migración, tal como estamos demandando la gran mayoría de la comunidad migrante”.
Sobre las posibles actuaciones legislativas hacia la población migrante indocumentada se está hablando desde hace tiempo de que se implemente la propuesta de ley denominada DREAM Act, que pretende regular la situación de cientos de miles de estudiantes sin papeles legales de residencia. Esta regulación es denunciada como tramposa por algunas organizaciones debido a presuntos intereses de que sirva para aumentar el número de militares en el ejército estadounidense.
Otra propuesta está dirigida a la regularización de quienes trabajan de forma irregular en los campos. Para Flor se debe hablar de una reforma migratoria integral “pues los 12 millones de personas indocumentadas no somos todas estudiantes o trabajadores del campo”, considera que “los jóvenes no deben caer en ese individualismo de pensar sólo en su problemática y unirse con sus padres y madres, hermanos, abuelos” y añade que las propuestas planteadas hasta ahora como posibles medidas “no incluyen a toda la comunidad migrante”.
Andrea García
Diagonal
Flor Crisóstomo creció en Oaxaca, México. En el año 2000, con 20 años, decidió emigrar a EE UU para poder sostener a su familia, dejando allí a su madre y a dos hijos y una hija. Asegura que su salida no fue “por vivir el sueño americano”, sino por los tratados comerciales que producen la emigración forzosa de millones de personas.
Ahora se encuentra encerrada en una iglesia en Chicago, la iglesia Metodista San Adalberto, después de que un juez federal dictara la orden de deportación. Es su forma de seguir luchando contra la política migratoria. La misma iglesia en la que estuvo Elvira Arellano, cuyo caso fue internacionalmente conocido. Con ella compartió su primera huelga de hambre tras ser arrestada en una de las principales redadas llevadas a cabo en el año 2006, el año de las masivas movilizaciones de inmigrantes en el país.
DIAGONAL: ¿Por qué decidiste encerrarte en esta iglesia?
FLOR CRISÓSTOMO: Soy miembro de esta iglesia desde que me arrestaron en una redada en la compañía IFCO Systems en 2006. Detuvieron en todo el país a 1.200 hombres, y sólo dos mujeres. Fue la redada que marcó el tiempo que estamos viviendo ahora, de enorme persecución contra el migrante indocumentado. Todos los trabajadores fueron deportados automáticamente, excepto quienes estábamos en Chicago. Entre las organizaciones que nos apoyaron estaba Centro Sin Fronteras, que es parte de esta iglesia. Durante dos años desarrollamos mucho trabajo político, pero el proceso de lucha culminó cuando el juez de migración dictó que el 28 de enero de 2008 era el día final para salir voluntariamente del país. Yo decidí quedarme, y aquí me he mantenido, durante más de 500 días, haciendo mucho trabajo.
D.: ¿Cómo fue el trato recibido en el centro de detención de personas migrantes?
F.C.: A las mujeres nos humillaron de una forma horrible delante de los hombres. Son procesos muy difíciles como mujer. A cada momento traté de hacerme una persona muy fuerte. Me sacaban de la celda, me sentaban en una silla atada de pies y manos, y me enseñaban documentos para que firmara mi salida voluntaria. Los agentes de migración torturan psicológica y físicamente. Violaron nuestros derechos. Yo no podía quedarme callada después de eso.
D.: ¿Qué tipo de trabajo estás realizando en la iglesia con las personas que vienen a verte?
F.C.: Lo principal es hablar de la separación de familias por el desplazamiento forzado de inmigrantes en busca de trabajo. Vienen estudiantes de universidades de todo el país y les explico que el Tratado de Libre Comercio no es el buen proyecto que les dicen en sus clases: somos más de seis millones de mexicanos indocumentados, el TLC nos negó la oportunidad de mantener nuestro pequeño negocio, le negó a nuestros campesinos poder trabajar sus tierras, y a muchos profesionales el ejercer su profesión. Yo les digo que soy una mujer indígena que nunca quiso llegar aquí a vivir el sueño americano, soy una mujer a la que se le negó el mantener su cultura, su lengua, su tradición, y a su familia junta.
Otro de los proyectos que tenemos es crear un sistema de medios independiente. Y el proyecto más grande es el trabajo con mujeres que están quedando desempleadas, muchas sufren abusos por sus parejas, o madres solteras que como yo algún día tuvieron la necesidad de emigrar a este país. Las apoyamos para que realicen trabajos colectivos, que formen sus cooperativas y puedan cambiar sus vidas.
D.: ¿Qué consecuencias puede tener para ti este encierro?
F.C.: Me dicen que lo único que queda es que me deporten o que me den entre 15 y 35 años de cárcel. Es muy difícil de asimilar incluso para mí, pero puedo aceptar cualquier castigo por haber desobedecido una orden federal. Esto es una acción de desobediencia civil. Estoy mostrando que sus leyes no sirven.
Por otra parte, da mucha satisfacción que al menos cuatro de los trabajadores de los 26 que nos arrestaron en Chicago nos hayamos quedado. Hemos conseguido un reconocimiento, y lo importante de esto es que nuestra gente se active. El Gobierno a mí no me derrotó, todo lo contrario, me sacó de la oscuridad, me dio la voz que yo necesitaba tener, me abrió mi conciencia.
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“OBAMA NO SE COMPROMETE A ACABAR CON LAS REDADAS”
La esperanza, en algunos grupos bastante ciega, en la reforma migratoria prometida por Obama durante la campaña para la elección presidencial parece que se desvanece después de que se hayan rebasado los cien días de Gobierno puestos por él mismo como límite para actuar en este sentido.
Así, la exigencia de medidas específicas al Gobierno estadounidense se escucha cada vez más alto. El pasado 25 de junio, varios congresistas se reunieron con el presidente para tratar el tema migratorio, reunión que había sido pospuesta en dos ocasiones. Obama nombró entonces a la secretaria de Seguridad Interna –equivalente al Ministerio de Interior–, Janet Napolitano, como enlace con el Congreso sobre el tema migratorio.
Flor Crisóstomo considera este nombramiento como un posible avance, pero con ello “Obama no adopta el compromiso político de someter a moratoria las redadas y deportaciones hasta que se realice la legislación sobre migración, tal como estamos demandando la gran mayoría de la comunidad migrante”.
Sobre las posibles actuaciones legislativas hacia la población migrante indocumentada se está hablando desde hace tiempo de que se implemente la propuesta de ley denominada DREAM Act, que pretende regular la situación de cientos de miles de estudiantes sin papeles legales de residencia. Esta regulación es denunciada como tramposa por algunas organizaciones debido a presuntos intereses de que sirva para aumentar el número de militares en el ejército estadounidense.
Otra propuesta está dirigida a la regularización de quienes trabajan de forma irregular en los campos. Para Flor se debe hablar de una reforma migratoria integral “pues los 12 millones de personas indocumentadas no somos todas estudiantes o trabajadores del campo”, considera que “los jóvenes no deben caer en ese individualismo de pensar sólo en su problemática y unirse con sus padres y madres, hermanos, abuelos” y añade que las propuestas planteadas hasta ahora como posibles medidas “no incluyen a toda la comunidad migrante”.
The Color Line is Black
The Future Has Just Been Read
By GREG MOSES
CounterPunch
For many months the right wing populist chatter box has been drumming up the spectre of a socialist radical president with no respect for civil liberties, due process, or property rights. Then as soon as the president says it is stupid to arrest a man on his own property for speaking his mind, the right wing populist chatter box denounces the president for that.
Overnight, the fashion for denouncing the president is all the rage. Nobody worries anymore about private property, due process, or civil liberties. It is the uniformed officer who can do you no wrong. And just like that, America’s post-racial presidency has come to a windshield-smashing end. The color line is back.
One hardly knows how to defend the man who holds the most powerful office in the world. His defeat already shows on his face. Either one has already helped to defeat the president or one is already too late.
It is already too late to distinguish between racism as bigotry aforethought and racism as saturated cultural response. It is already too late to point out that the president said, “Now, I don't know, not having been there and not seeing all the facts, what role race played in that . . .” It is already too late to ask how a career cop in Cambridge can approach the home of Skip Gates without already knowing who he is. It is already too late to undo the swift victory that white supremacy has won, with all its well-known right wing populist momentum.
The choosing time has passed. You already know which side you’re on. And if you’re on the president’s side this time, you know what comes next. The president will try to figure out how to appeal to the side that you and he are not on. He’ll try to appease the right wing populist rest. Say you’ve been on the president’s side before? ‘Nuff said.
With another three years of hard work left in this presidency, I think the shape of things going forward will depend upon the internal struggle now at play between the bulls and bears. As I’m working on that struggle internally in a fractal replay of things writ large, I have to think that the arrest of Skip Gates marks a bear market in the currency of respect.
By coincidence Skip Gates was returning home from the land of scholars when he encountered some difficulties at his own front door. “Slight the learned,” warned Mozi in 400 BCE, “and you will neglect the ruler and injure the state.” Even in Cambridge Massachusetts the learned are not respected. Apparently they are not even well known. The ruler has been neglected, the state injured. Neat as a fortune cookie America, in the image of Skip Gates handcuffed, your future has just been read.
Greg Moses is editor of the Texas Civil Rights Review and author of Revolution of Conscience: Martin Luther King, Jr. and the Philosophy of Nonviolence. He is a contributor to Red State Rebels: Tales of Grassroots Resistance in the Heartland, published by AK Press. He can be reached at: gmosesx@gmail.com
By GREG MOSES
CounterPunch
For many months the right wing populist chatter box has been drumming up the spectre of a socialist radical president with no respect for civil liberties, due process, or property rights. Then as soon as the president says it is stupid to arrest a man on his own property for speaking his mind, the right wing populist chatter box denounces the president for that.
Overnight, the fashion for denouncing the president is all the rage. Nobody worries anymore about private property, due process, or civil liberties. It is the uniformed officer who can do you no wrong. And just like that, America’s post-racial presidency has come to a windshield-smashing end. The color line is back.
One hardly knows how to defend the man who holds the most powerful office in the world. His defeat already shows on his face. Either one has already helped to defeat the president or one is already too late.
It is already too late to distinguish between racism as bigotry aforethought and racism as saturated cultural response. It is already too late to point out that the president said, “Now, I don't know, not having been there and not seeing all the facts, what role race played in that . . .” It is already too late to ask how a career cop in Cambridge can approach the home of Skip Gates without already knowing who he is. It is already too late to undo the swift victory that white supremacy has won, with all its well-known right wing populist momentum.
The choosing time has passed. You already know which side you’re on. And if you’re on the president’s side this time, you know what comes next. The president will try to figure out how to appeal to the side that you and he are not on. He’ll try to appease the right wing populist rest. Say you’ve been on the president’s side before? ‘Nuff said.
With another three years of hard work left in this presidency, I think the shape of things going forward will depend upon the internal struggle now at play between the bulls and bears. As I’m working on that struggle internally in a fractal replay of things writ large, I have to think that the arrest of Skip Gates marks a bear market in the currency of respect.
By coincidence Skip Gates was returning home from the land of scholars when he encountered some difficulties at his own front door. “Slight the learned,” warned Mozi in 400 BCE, “and you will neglect the ruler and injure the state.” Even in Cambridge Massachusetts the learned are not respected. Apparently they are not even well known. The ruler has been neglected, the state injured. Neat as a fortune cookie America, in the image of Skip Gates handcuffed, your future has just been read.
Greg Moses is editor of the Texas Civil Rights Review and author of Revolution of Conscience: Martin Luther King, Jr. and the Philosophy of Nonviolence. He is a contributor to Red State Rebels: Tales of Grassroots Resistance in the Heartland, published by AK Press. He can be reached at: gmosesx@gmail.com
Cada vez hay más pobres
Alberto Nájar
BBC Mundo
Desde hace varios meses los padres de Leticia Hernández, trabajadora doméstica en la ciudad de México, completan la comida con hierbas y frutos que recogen del campo, porque sólo pueden comprar una parte de sus alimentos.
Solía ser una medida de emergencia, cuando sus hijos no les enviaban dinero a la comunidad donde viven en Tlaxcala, al oriente de la capital mexicana.
"Pero ahora no tienen de otra, la vida se puso muy difícil", dijo Leticia a BBC Mundo.
Y es que según datos oficiales, entre 2006 y 2008 aumentó la pobreza extrema en México.
En dos años, la cantidad de personas que no pudieron comprar alimentos básicos pasó de 14,4 millones a 19,5 millones, reveló el Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (Coneval).
Se trata de personas cuyos ingresos son menores a US$65, el valor de una canasta básica como se define en México a la lista de alimentos indispensables para la salud.
Explicación oficial
De acuerdo con el Coneval, prácticamente la mitad de los mexicanos son pobres.
A quienes padecen pobreza alimentaria se suman otros 31 millones cuyos ingresos no alcanzan para satisfacer otras necesidades básicas, como transporte, vivienda o servicios médicos.
Es la población en pobreza patrimonial que según el Consejo alcanza al 47,4 % de los mexicanos, es decir, 50,6 millones de personas.
El secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Ernesto Cordero, ha dicho que la causa del problema fue el aumento de precios en alimentos registrado a partir de 2007, así como el impacto de la actual crisis financiera mundial.
La mezcla detuvo la tendencia positiva que se tenía desde 1996, cuando la pobreza en México empezó a ceder.
"A quien más afecta las crisis económicas es la población más pobre", dijo el funcionario
Leticia Hernández sabe de esto. "Todo está muy caro y a veces nada más trabajo tres días a la semana. Por eso no alcanza ni para mandar a la casa".
Más desnutrición
Los números de la pobreza tienen otra cara, advirtieron analistas.
"Hay implicaciones en nutrición y rendimiento educativo, sobre todo en niños y jóvenes que no pueden adquirir el número de nutrientes y calorías que necesitan en sus primeros años", dijo a BBC Mundo Gerardo Esquivel, académico del Colegio de México.
"Ellos no sólo sufren ahora sino en el mediano y largo plazo. Es dramático que haya aumentado la pobreza en ese nivel".
No es todo. El informe del Coneval reveló que el 92% de los jefes de hogares pobres no tienen seguridad social, lo que limita el acceso a servicios de salud.
La tercera parte de estos hogares -la mayoría en comunidades indígenas- están fuera de todos los programas de ayuda del gobierno, afirmó el investigador.
Pero lo más grave es que los datos de Coneval midieron sólo el nivel de pobreza del año pasado y no toma en cuenta la crisis en el país generada en 2009 por la gripe porcina.
Debate político
Los nuevos datos de la pobreza causaron polémica en México.
Analistas y legisladores cuestionaron la política social del gobierno, especialmente los programas para contener la marginación que han recibido el mayor presupuesto de la historia.
El gasto fiscal de Sedesol es de US$4.800 millones, según datos oficiales. Una cantidad 114% mayor a la asignada en 2006, afirmó la organización Fundar, que analiza el gasto del gobierno.
"Llevamos 16 años destinando cada vez más recursos a la política social, y el número de pobres sigue siendo el mismo", dijo el académico Esquivel.
El secretario Ernesto Cordero reconoció que algunos programas sociales están rebasados, pero eso no provocó el aumento en la pobreza, dijo.
"No quiere decir no sirven sino que dependen más allá de una política social, dependen de precios, de situaciones de ingreso, de una coyuntura económica".
Por lo pronto, el funcionario ofreció revisar los 19 programas de apoyo a población marginada que tiene la Secretaría, y modificar los que sean necesarios.
BBC Mundo
Desde hace varios meses los padres de Leticia Hernández, trabajadora doméstica en la ciudad de México, completan la comida con hierbas y frutos que recogen del campo, porque sólo pueden comprar una parte de sus alimentos.
Solía ser una medida de emergencia, cuando sus hijos no les enviaban dinero a la comunidad donde viven en Tlaxcala, al oriente de la capital mexicana.
"Pero ahora no tienen de otra, la vida se puso muy difícil", dijo Leticia a BBC Mundo.
Y es que según datos oficiales, entre 2006 y 2008 aumentó la pobreza extrema en México.
En dos años, la cantidad de personas que no pudieron comprar alimentos básicos pasó de 14,4 millones a 19,5 millones, reveló el Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (Coneval).
Se trata de personas cuyos ingresos son menores a US$65, el valor de una canasta básica como se define en México a la lista de alimentos indispensables para la salud.
Explicación oficial
De acuerdo con el Coneval, prácticamente la mitad de los mexicanos son pobres.
A quienes padecen pobreza alimentaria se suman otros 31 millones cuyos ingresos no alcanzan para satisfacer otras necesidades básicas, como transporte, vivienda o servicios médicos.
Es la población en pobreza patrimonial que según el Consejo alcanza al 47,4 % de los mexicanos, es decir, 50,6 millones de personas.
El secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Ernesto Cordero, ha dicho que la causa del problema fue el aumento de precios en alimentos registrado a partir de 2007, así como el impacto de la actual crisis financiera mundial.
La mezcla detuvo la tendencia positiva que se tenía desde 1996, cuando la pobreza en México empezó a ceder.
"A quien más afecta las crisis económicas es la población más pobre", dijo el funcionario
Leticia Hernández sabe de esto. "Todo está muy caro y a veces nada más trabajo tres días a la semana. Por eso no alcanza ni para mandar a la casa".
Más desnutrición
Los números de la pobreza tienen otra cara, advirtieron analistas.
"Hay implicaciones en nutrición y rendimiento educativo, sobre todo en niños y jóvenes que no pueden adquirir el número de nutrientes y calorías que necesitan en sus primeros años", dijo a BBC Mundo Gerardo Esquivel, académico del Colegio de México.
"Ellos no sólo sufren ahora sino en el mediano y largo plazo. Es dramático que haya aumentado la pobreza en ese nivel".
No es todo. El informe del Coneval reveló que el 92% de los jefes de hogares pobres no tienen seguridad social, lo que limita el acceso a servicios de salud.
La tercera parte de estos hogares -la mayoría en comunidades indígenas- están fuera de todos los programas de ayuda del gobierno, afirmó el investigador.
Pero lo más grave es que los datos de Coneval midieron sólo el nivel de pobreza del año pasado y no toma en cuenta la crisis en el país generada en 2009 por la gripe porcina.
Debate político
Los nuevos datos de la pobreza causaron polémica en México.
Analistas y legisladores cuestionaron la política social del gobierno, especialmente los programas para contener la marginación que han recibido el mayor presupuesto de la historia.
El gasto fiscal de Sedesol es de US$4.800 millones, según datos oficiales. Una cantidad 114% mayor a la asignada en 2006, afirmó la organización Fundar, que analiza el gasto del gobierno.
"Llevamos 16 años destinando cada vez más recursos a la política social, y el número de pobres sigue siendo el mismo", dijo el académico Esquivel.
El secretario Ernesto Cordero reconoció que algunos programas sociales están rebasados, pero eso no provocó el aumento en la pobreza, dijo.
"No quiere decir no sirven sino que dependen más allá de una política social, dependen de precios, de situaciones de ingreso, de una coyuntura económica".
Por lo pronto, el funcionario ofreció revisar los 19 programas de apoyo a población marginada que tiene la Secretaría, y modificar los que sean necesarios.
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