Congreso Nacional Indígena
“Para detener la siembra de tanta muerte”
Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada
Representantes de los pueblos wixárika, nahua, purhépecha, zoque, cuicateco, mixteco, triqui, yaqui y yoreme, reunidos en la combativa Sierra Huichola del norte de Jalisco, hicieron un llamado al resto de los pueblos indios “a no creerse del mal gobierno y a continuar su lucha por el ejercicio de la autonomía y sus derechos por la vía de los hechos”.
En el marco de la vigésimo primera reunión ampliada de la Región Centro Pacífico del Congreso Nacional Indígena ( cni ), los 94 delegados advirtieron que en los últimos meses y días el gobierno “ha recrudecido la guerra de exterminio en contra de nuestros pueblos, tribus y naciones a través de la aplicación de diversos proyectos y políticas neoliberales que tienen como finalidad despojar nuestras tierras y territorios, robar y destruir nuestra cultura y provocar la migración y explotación despiadadas de nuestras comunidades”.
El CNI es un espacio de reflexión creado por los pueblos indios de México en octubre de 1996, durante la visita de la comandanta Ramona, representante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a la ciudad de México. En noviembre de ese mismo año, durante su primera asamblea nacional, los pueblos indígenas acordaron no “reproducir las formas de dominación o de control con que durante tantos años nos han oprimido los grupos de poder en el país, sino por el contrario, establecer nuevas formas de vivir la democracia”, basados en los siguientes principios: servir y no servirse; construir y no destruir; obedecer y no mandar; proponer y no imponer; convencer y no vencer; bajar y no subir; y enlazar y no aislar. Siete lineamientos que fueron recordados durante esta reunión celebrada en la comunidad wixárika de Mesa del Tirador.
Las aulas de la escuela primaria de la comunidad abrieron sus puertas a las cuatro mesas de trabajo en las que se vertieron demandas, propuestas, luchas y resistencias de los pueblos indios de México, quienes advirtieron que en contra de la salvaje destrucción que el capitalismo neoliberal impone a toda la humanidad, ellos, los pueblos, tribus y naciones “sueñan, proponen y construyen un mundo distinto sobre las bases del respeto y la protección de la madre tierra y la continuidad de la vida, la preservación de nuestra identidad y el fortalecimiento de nuestra organización comunal opuesta a la organización capitalista de la sociedad que mercantiliza la vida”. Nuestra lucha, señalaron, “es para detener la siembra de tanta muerte”.
Las reflexiones de los días 5 y 6 de julio giraron alrededor de cuatro ejes temáticos: el impacto de las políticas gubernamentales en los pueblos indígenas, el fortalecimiento de la autonomía indígena por la vía de los hechos, la resistencia de la identidad indígena frente a la dominación de la cultura occidental y, al final de la jornada, el fortalecimiento del CNI. Se habló también de las actuales embestidas neoliberales dirigidas a despojar de sus recursos a las comunidades indígenas del país, de las resistencias concretas que hay como respuesta y de la represión ejercida por el Estado.
En concreto se habló del proyecto de la carretera Amatitán-Huejuquilla el Alto, actualmente paralizado por la lucha y la movilización de la comunidad wixárika de Tuapurie. Este proyecto, afirmaron, tiene como finalidad “fragmentar y privatizar el territorio wixárika con el propósito de propiciar el despojo de la madre tierra en la región occidental del país”. Los delegados apoyaron las demandas de la comunidad de Tuapurie, “en el sentido de cancelar la ejecución del proyecto carretero”.
El CNI se solidarizó también con la demanda wixárika de recuperar el territorio de la comunidad de Waut+a (San Sebastián Teponahuaxtlán), actualmente invadida por ganaderos de los ejidos Puente de Camotlán y Huajimic, ambos del municipio de la Yesca, Nayarit. Se demandó también la salida de los ganaderos del paraje Cañón de Tlaxcala y se pronunciaron contra la contaminación del río Camotlán, que atraviesa su territorio. En el mismo sentido, se exigió “el reconocimiento legal a favor de la comunidad autónoma wixárika de Bancos de San Hipólito, Durango, sobre la superficie de 10 720 hectáreas correspondientes a las tierras comunales de su propiedad y posesión inmemorial, mismas que fueron ilegalmente tituladas a favor de la comunidad mestiza de San Lucas de Jalpa”.
Con la presencia de representantes yaquis y yoreme, de Sonora, el cni rechazó los megaproyectos conocidos como Mar de Cortés o Escalera Náutica, Fiderco y Plan Puebla Panamá, y exigió la restitución de los derechos territoriales y de agua de la tribu yaqui, la cancelación de los proyectos carreteros en el territorio de las tribus yaqui y mayo, en el estado de Sonora, en los territorios wixárika, cora y tepehuano de Jalisco, Durango y Nayarit, y en los territorios nahua y purhépecha de Michoacán. Se rechazó también el nuevo intento gubernamental de construir el aeropuerto internacional de la ciudad de México en la región de San Salvador Atenco; se pronunciaron por la cancelación de las concesiones mineras otorgadas en las regiones indígenas del sur de Jalisco, Costa de Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
Nacido como fruto del Foro Nacional Indígena convocado por el EZLN en enero de 1996, en esta XXI reunión el CNI, como siempre, mantuvo presente a las comunidades indígenas zapatistas, actualmente asediadas por el ejército y grupos paramilitares: “Condenamos las provocaciones y amenazas en contra de la comunidad zapatista de La Garrucha y la reserva comunitaria zapatista El Huitepec, en Chiapas, por parte del gobierno de Felipe Calderón, el gobierno estatal de Juan Sabines y los gobiernos municipales involucrados, a quienes responsabilizamos de cualquier agresión o inicio de violencia en contra de nuestros hermanos zapatistas, haciendo nuestra su palabra y su denuncia y exigiendo la desmilitarización inmediata de los territorios zapatistas”.
Además de exigir la liberación inmediata de todos los presos políticos, indígenas y no indígenas, el CNI ratificó su carácter anticapitalista y su adhesión a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, así como su participación en La Otra Campaña.
Voces de la resistencia
Los partidos políticos cuando llegan a nuestras comunidades llegan partidos y también nos parten a nosotros, se van y nos dejan divididos. Cada día que pasa, los diputados y senadores tienen una ley lista que irá contra nuestras comunidades y la naturaleza, y por el lado de la comercialización. (Salvador Campanur, purhépecha de Cherán, Michoacán)
El turismo se está apoderando hasta de las zonas federales, las está reduciendo y privatizando, sólo a los extranjeros permiten entrar, a quienes tienen dólares. Donde yo vivo hay tres lagunas y el empresario extranjero las tiene privatizadas. Toda la agricultura se ha ido abajo. (Antonio Altamirano, comunidad en resistencia La Yerbabuena, Colima)
La resistencia no sólo debe ser por los hidrocarburos, sino además defender a todo México, en especial a nuestros pueblos indígenas. (Ztlalxochitzin, nahua de la Mixteca poblana)
La propiedad es un robo, es un invento legal. La propiedad verdadera es nuestro pensamiento, el mar, el aire y las plantas. Así como el cuerpo, sus obligaciones son tomar el aire o el néctar, sus derechos son el oír, hablar y testificar la palabra. Existe un solar, el cual es México, y es nuestro. No nos tienen que dar un escrito, nosotros somos los legítimos, y está escrito con la sangre de nuestros padres. Mi legitimidad está en mi sangre, desde la creación del primer indio, repito, nosotros como tribus somos las letras, no necesitamos de papel. El que se dice presidente de México, sólo recibe órdenes de otros organismos. Cuando llegan al poder, quieren con armas y fuego moldear el país, y cuando no pueden, siguen con el dinero, tratando de comprar voluntades. Cada tribu tiene su derecho de gobernarse por sí misma. (Alfredo Osuna Valenzuela, tribu yoreme, Sonora)
Las grandes estructuras del gobierno nos engañan con los certificados sobre la tierra, lo que provoca que se pueda vender como mercancía. También pasa con el agua, la quieren privatizar, quieren caer en ese error. Hasta la fecha nosotros tenemos el modo de vida comunal (Crisológo Calleja Hernández, cuicateco del Consejo Indígena Popular de Oaxaca, cipo )
Mientras que los pueblos, naciones y tribus no pierdan su autonomía, su territorio, su libre determinación, sus culturas sus derechos, conocimientos, recursos y su identidad como sujetos de derecho, seguiremos existiendo. La tierra es la madre y no se vende. La tierra de la comunidad es de la comunidad. (Juan Chávez, purhépecha de Nurío, Michoacán)
Allá en nuestro pueblo tenemos graves problemas de integración, ahora tenemos la división en dos pueblos que ha originado una dualidad de poderes. La tribu yaqui esta conformada por ocho pueblos, pero actualmente tenemos problemas en Vícam y en Pótam. Esta problemática tiene mas de diez años, ha originando confusión en lo político y rebota en otros sectores como en los culturales, sociales y hasta en lo económico. (Juan Domingo Molina Valencia, tribu yaqui de Vícam, Sonora)
Ahora también sabemos que se atenta contra nuestra tierra, rentándola para su explotación con productos ajenos, como el caso del aguacate que en un plazo de veinte años deja la tierra pobre y deja de ser productiva. Ésta es la estrategia que hace el gobierno federal, estatal y municipal, para que las comunidades dejen sus tierras y con esto provocar la división para luego poder vender la tierra. Esta política es clara, así como la del Procede, la cual divide mucho a cambio de unos cuantos pesos que ofrece, pero los resultados del despojo no se pueden ocultar. (María de Jesús Patricio, nahua, Tuxpan, región Sur, Jalisco)
Con el levantamiento zapatista, en 1994, en Nurío se aceptan sus preceptos y desde entonces no se reconoce al municipio de Paracho y ahora ya no votamos más. Ellos dijeron que estamos locos y que el municipio no nos iba a dar nada, pero aún así impedimos las elecciones, y al siguiente año reclamamos nuestro derecho como pueblo y comunidad. Nosotros vemos que esto es un logro, aquí es el pueblo el que decide y no sólo unos dirigentes. Nosotros fuimos apoyados por otras comunidades, pero hoy ellos nos han traicionado y hoy sus dirigentes son parte del gobierno. (Agustín González, purhépecha, Nurío, Michoacán)
Espero que los que estamos aquí hagamos el análisis necesario sobre lo que hacen los partidos políticos contra nuestras comunidades y que aquí mismo debatamos las resoluciones para luchar en contra de estas acciones. (José Guadalupe Taizan Hernández, wixárika, Mesa del Tirador, Jalisco)
Oaxaca es el estado donde no ha entrado tan fuerte el Procede, es por ello que han aplicado estas acciones de represión. Nosotros no pedimos limosnas, sino justicia y que nos respeten como pueblo indígena, pero el gobierno se ha hecho de oídos sordos. (Pedro Bautista Rojas, mixteco del Consejo Indígena Popular de Oaxaca, CIPO)
Nosotros desconfiamos del comisariato ejidal de nuestro ejido, pues él fue designado por el presidente municipal para que haga lo que él le ordene. Esto es muy malo, pues ellos sólo ven cómo sacar dinero y a nosotros nos tienen olvidados. (Ynocencio Jacobo, nahua, Lagunillas, Ayotitlán, Jalisco)
Con los yaquis nosotros nombramos a un comité, pero no es de ningún partido y ellos gestionan lo que se necesita. En todos lados se cuecen habas y allá también hemos detectado irregularidades, pero los sancionamos cuando descubrimos que se quieren meter cosas de partidos. (Fernando Jiménez, tribu yaqui, Sonora)
Recopilación: Gloria Muñoz Ramírez
7/28/08
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