Entrevista a Mario Palacios de Conacami (Perú)
Diagonal
Mario Palacios es el presidente de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami), que desde 1999 trabaja en Perú por los derechos de los pueblos y el respeto a la naturaleza.
¿Qué ha significado la Minga peruana para Conacami?
La Minga Global en Perú, como en todo el mundo, es una respuesta desde los pueblos frente a la voracidad del capitalismo destructivo y contaminador de las multinacionales y los países ricos. Con su afán de poder y control sin límites, iniciado con la colonización de nuestros pueblos hace 517 años, imponen una política salvaje de criminalización y violencia buscando sólo acrecentar sus ganancias. Esta Minga es la resistencia y lucha colectiva de la humanidad. Es un pacto por la vida, por nuestra Madre Tierra, que nos provee de alimentos, agua y aire para existir. El 12 de octubre ha sido una fecha de profunda reflexión y afirmación.
¿Cómo es la relación del movimiento andino con el amazónico?
Desde Aidesep en la Amazonía y Conacami en los Andes participamos decisivamente en la construcción del Movimiento Indígena en Perú y en el desarrollo de su agenda. Hemos evidenciado los patrones de comportamiento de las empresas transnacionales extractivas mineras y petroleras, así como el carácter ultraliberal de los últimos gobiernos y la situación de colonialidad del Estado peruano. En este período logramos visibilizarnos como pueblos indígenas en diferentes luchas, tanto de resistencia como de propuesta.
Un desafío para nuestras organizaciones es avanzar de la resistencia social y cultural hacia la construcción del poder desde las comunidades. El proyecto de vida de nuestros pueblos es la construcción de la plurinacionalidad para el buen vivir como alternativa a la crisis civilizatoria, ambiental, económica, política y sobre todo frente a la deshumanización. Las distancias entre el movimiento andino y el amazónico cada vez son más cortas, a pesar de que las políticas de Gobierno y Estado intentan diferenciarnos, dividirnos y enfrentarnos. Las desconfianzas de nuestros pueblos producto de las exclusiones históricas y de la diversidad lingüística y cultural se están superando, no sin dificultad. El liderazgo indígena de Alberto Pizango, líder awajún de la Amazonía, es reconocido por los andinos.
En octubre se celebraron los diez años de existencia de Conacami. ¿Qué luchas han ganado? ¿Cuáles están todavía presentes?
Conacami ha logrado articular, organizar y proyectar las resistencias locales y aisladas de las comunidades y sus organizaciones frente a la expansión sin control de la minería transnacional, cuyos impactos producen miles de víctimas en el país con anuencia y promoción del propio Estado. Muchas políticas públicas han recogido nuestras propuestas, pero han sido distorsionadas y convenidas para favorecer a las transnacionales. Los escasos derechos que se les reconoce a las comunidades han sido arrasados por la avalancha de decretos legislativos del Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos. Nuestra lucha es por su derogación y por la restitución de derechos colectivos arrebatados a nuestros pueblos. Es importante comentar la lucha por el Derecho a la Consulta y Consentimiento Previo. El Perú es pionero en el ejercicio de la consulta en América Latina. Además de la celebrada en Tambogrande en 2002, en Perú ya ha habido cinco procesos de consultas provinciales y todas ellas con más del 94% de rechazo a la actividad minera. Sin embargo, el Gobierno las considera no vinculantes e impone la minería porque según sus voceros nos trae el desarrollo. En la IV Cumbre Continental de los Pueblos Indígenas del Abya Yala, el pasado mayo en Puno, se ha logrado hacer visible a los pueblos indígenas como sujeto social. Hoy el Gobierno y el Estado no pueden negar nuestra existencia. Hoy nuestra lucha por nuestros derechos es una lucha política, el movimiento indígena andino amazónico está encaminado a constituirse como el principal actor político trasformador del siglo XXI.
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