Con semillas nativas mejoradas buscan evitar la dependencia de productores ante corporativos
La Jornada
Organizaciones campesinas dieron a conocer que ante la determinación gubernamental de permitir la siembra experimental de maíz transgénico en el país –vía la publicación, la semana pasada, de un decreto modificatorio del reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados–, impulsarán acciones legales, y políticas para frenar dicha situación, debido a que la presencia del grano transgénico contaminará las variedades criollas.
Alfonso Ramírez Cuéllar, líder de El Barzón, señaló en entrevista que el próximo 25 de marzo diversas agrupaciones campesinas se reunirán para analizar posibles acciones legales en contra de esta medida y delinear un plan de actividades, entre las que se podría incluir paralización de maquinaria, así como interponer quejas internacionales, por ejemplo ante la Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre otras.
Max Correa, líder de la Central Campesina Cardenista (CCC) comentó que en conjunto con otras agrupaciones del Consejo Nacional de Organizaciones Rurales y Pesqueros (Conorp) discuten la realización de protestas ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), entre otras. También expuso que promoverán iniciativas legislativas que obliguen a las empresas que comercializan productos derivados de maíz transgénico, tales como harinas y mieles, a informar al consumidor sobre el origen de ese grano.
Agregó que se pedirá la expedición de leyes mediante las cuales las autoridades sanitarias obliguen a las empresas que trabajen con estas variedades transgénicas a que informen sobre las investigaciones que se han realizado sobre los impactos en la salud que originan esas semillas.
De igual forma, apuntó, difundirán entre sus afiliados el uso de semillas de variedades nativas mejoradas para evitar la propagación de cultivos transgénicos, que harán dependientes a los campesinos de esta tecnología y de las empresas que la desarrollan.
Instituciones como el Inifap han desarrollado semillas mejoradas nativas, las que tienen buena productividad, a veces superior a las semillas transgénicas, pero no dañan el germoplasma ni el ambiente, menos la economía campesina, porque son más baratas.
Ramírez Cuéllar detalló que en la reunión del 25 de marzo elaborarán también un documento argumentando la oposición a la siembra experimental de maíz transgénico, y apuntó que entre las acciones de protesta podría contemplarse retirar el maíz transgénico producido, tal y como se hizo en Chihuahua con este grano sembrado ilegalmente, caso en el que se presentó también una denuncia penal.
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